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Ubican falla y epicentro del Richter 6.2

xolotlán sismos* Geólogos descartan erupción volcánica y pese a que actividad sísmica irá disminuyendo, señalan posibilidad de que ocurran más temblores mayores de 5 y menores de 6 grados. También recuerdan peligrosidad de las enormes fallas de Mateare y Cofradía.

El epicentro del temblor de 6.2 grados en la escala de Richter que sacudió Managua y otros departamentos del país el pasado 10 de abril, tuvo como epicentro una franja de tierra firme ubicada entre Nagarote y Mateare, a 5 kilómetros al oeste de la costa del lago Xolotlán, según informe del Ineter y geólogos nacionales y extranjeros.

Los expertos identificaron una falla que inicia desde el epicentro del sismo y se proyecta a lo largo de 20 kilómetros en dirección noreste en el lago Xolotlán y que atraviesa la isla Momotombito.

“En la misma alineación de esta falla, entre el volcán Momotombo y San Francisco Libre, en trabajo de campo se detectó una importante falla que viaja a través de un río en dirección noreste, pudiendo ser la continuación de la falla principal”, precisa el parte.

Otras fallas más pequeñas corren paralelas en el fondo del también llamado lago de Managua, que viajan de oeste al noreste; una cercana al volcán Momotombo y dos más al Sur, y una atraviesa el volcán Apoyeque.

“Mediante registros de GPS (Sistemas de Posicionamiento Global), se pudo comprobar que ocurrieron desplazamientos en el terreno de hasta 4cm en dirección sureste y otros dos desplazamientos del oeste hacia el noreste de 1cm y otro de sur a norte frente al volcán Apoyeque, generando una zona de relajamiento cercana al volcán Momotombo y una zona de compresión cercana al volcán Apoyeque, esto explica la migración de sismos del volcán Momotombo hacia Apoyeque”, señalan los geólogos.

Agregan que a partir de las réplicas del sismo de 6.2, surgen una serie de sismos de menor magnitud que en primer lugar, se localizan alrededor del volcán Momotombo, luego migran hacia el Sur concentrándose en la base del volcán Apoyeque y los más recientes se han localizado más al sur, en dirección hacia Managua.

Y dejan claro que no hay evidencia científica en torno a la posible ocurrencia de una erupción volcánica en las circunstancias actuales, debido a la ausencia de otros factores básicos como la calidad de las aguas en los cráteres y la ausencia de emanaciones de dióxido de azufre.

Tampoco encontraron variación de la calidad de las aguas en pozos cercanos ni presencia de deformaciones en las estructuras de los volcanes mencionados, entre otros. No obstante, las condiciones actuales podrían preparar futuros escenarios de actividad volcánica; “ya hemos tenido en el país situaciones parecidas, la última explosión volcánica del volcán Cerro Negro fue precedida por cientos de sismos”, indican.

“Todos los sucesos geológicos originados entre los volcanes Momotombo y Apoyeque continuarán produciendo sismos, cuya tendencia hasta la fecha, demuestra una disminución en el número y magnitud (…) sin embargo no se descartan replicas importantes superiores a 5 y menores de 6 en la zona”, sostienen.

El grupo científico explica que existe un importante sistema de fallas ya conocidas en la ciudad de Managua, las cuales son independientes de los eventos actuales en curso, por lo cual un evento sísmico de importante magnitud en el lago de Managua, podría activar algunas de estas fallas produciendo daños en la ciudad.

Estas fallas han generado en el pasado sismos mayores a 6 grados como en 1972. Igualmente en los extremos este y oeste de Managua se encuentran las fallas de Cofradía y la de Mateare, que por su longitud, tienen capacidades de generar sismos por encima de 7 grados.

Se detectó una deformación paralela a la costa del lago Xolotlán en el sector noreste de la península de Chiltepe que levantó temporalmente el lecho lacustre, lo que ocasionó el retiro de la línea de costa del lago, efecto que puede ser secundario a la alta sismicidad registrada en la zona y cuyas causas se continúan investigando.

Las temperaturas del agua en el Lago Xolotlán se consideran normales, tomando en consideración que siempre han existido puntos calientes de aguas termales en el sector oeste del Lago.

Los registros automáticos del nivel del Lago Xolotlán muestran sus niveles normales durante el período de ocurrencia de los sismos, marcando una fluctuación diaria de entre 20 y 25 centímetros, las cuales están condicionadas por el régimen de olas que genera el viento en ese lago. Los datos del sensor fueron verificados mediante mediciones manuales efectuadas los días 11 y 17 de abril.

Desde el inicio de los eventos sísmicos, hasta la fecha, la temperatura superficial del aire se ha mantenido en los valores históricos para este mes, alrededor de los 37 grados centígrados, según la estación meteorológica del Aeropuerto “Augusto César Sandino”.

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