Dibujará los 400 elefantes de Rubén Darío

Enrique Delgadillo Lacayo
Noticultura.com

Esta es una historia de elefantes, dibujos y poesía. Valeria Zelaya es una artista nicaragüense entregada a la ilustración, en la universidad estudió diseño gráfico al sur de la frontera, en Costa Rica. Parte de su trabajo puede verse en las librerías, pues durante los últimos tres años ha ilustrado la tapa de varios libros de poesía y narrativa como: Memorias del agua (Foro nicaragüense de cultura, 2011), de Francisco Ruiz Udiel, Historia Vertical (Leteo Ediciones, 2011), de Javier González Blandino, entre otros.

Hasta aquí, diría Eclesiastés, nada nuevo bajo el sol.

Esta historia, también debería ser una historia gráfica, para que sepan de lo que hablo y puedan observar la violencia de lo cotidiano —como la inevitable visita de las horas—, eso que proyectan los dibujos de Valeria frente al público.

Ella viene dibujando desde pequeña, así que podemos imaginarla en el piso, con los lápices de colores desparramados, dibujando en una casa de la vieja Habana, Cuba, donde estudió por esas cosas que les ocurrían a los nicaragüenses en los ochentas. Igual pudo terminar en la Unión Soviética o en la RDA.

Encontrar a Valeria Zelaya Lacayo en Facebook es sencillo, sólo deben escribir el nombre tal cual. De ahí a que acepte tu solicitud es diferente. Lo cierto es que en Facebook transcurre una parte de esta historia, la otra parte no ocurre hasta que cada quien vea uno de sus dibujos.

Es un día parcialmente nublado, con poco viento y llego puntual a mi cita, son las 10:30 a.m., en punto.

—Hay mucha participación de la gente en mi trabajo, a veces me dicen que les gustaría que yo dibujara algo y si se ajusta a lo que estoy haciendo, lo hago —Valeria está sentada en el bistró de la Alianza Francesa de Managua, frente a un café, la grabadora, un croissant y un vaso de Jamaica—.

Valeria Zelaya ha decidido dibujar 400 elefantes, sí, 400 elefantes como dice el verso del poema A Margarita Debayle, de Rubén Darío, una de las obras más trascendentes del vate, que incluso cuenta con un cortometraje animado.

—El primer elefante que dibujé se lo hice a una persona que yo quería mucho, luego quise mostrarlos en Facebook para recibir opiniones, así que agrupé y publiqué un álbum de ilustraciones de animales para mostrarlas y me di cuenta que ya tenía nueve elefantes, porque estaba dentro de mi temática como artista y pensé en hacer los 400.

De aquellos nueve elefantes en febrero del corriente, han transcurrido más de 80 orejones y está muy próxima a dibujar el elefante número 100. Entre los elefantes de Valeria hallamos una variedad de la sociedad nicaragüense que ella misma va nutriendo a medida que agrega nuevos personajes o persofantes.

Los elefantes desfilan en Facebook

Valeria recomienda a los artistas divulgar su obra en las redes sociales, a ella, por ejemplo, el Facebook le ha venido tan bien, que lo ha convertido en la vitrina donde exhibe sus dibujos, que luego se convertirán en tazas, camisetas y afiches que el público compra bajo demanda.

Sin embargo no piensa abrir su propia Página de fans o tratar el proyecto de forma comercial.

—si yo empiezo a enfocar esto como un negocio ¿quién va a dibujar?, eso me lo plantearé cuando lo termine, pero no es mi prioridad ahorita.

—Valeria, quién va a ser el elefante 100, quién el 400 y cuándo estará finalizado este proyecto —pregunto conservando el último trago de Jamaica—.

—No lo sé todavía, pero a este ritmo van estar listos en 2016 —su sonrisa se levanta como la trompa de los elefantes y me oculta el nombre del 100 y 400, habrá que esperar—.

—Algo más —Valeria se dirige a mí una vez apagada la grabadora—, no olvidés que este es un proyecto que ha sido bien apadrinado por la gente y yo estoy bien agradecida.

—No lo olvidaré, lo pondré justo al final, para cerrar la nota.