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Prevenir la discapacidad para mejor salud

discapacitados* En un estudio realizado en el año 2003 se concluyó que la prevalencia de discapacidad en Nicaragua es del 10.3% de la población, equivalente en la actualidad a 618 mil personas.

Dr. Vicente Maltez Montiel *
Especialista y Profesor de Medicina Interna

Hace unas cuantas décadas en nuestro país las familias ocultaban con vergüenza a sus personas discapacitadas, llamadas en ese entonces “inválidos” o “impedidos”. Hoy en día nuestra sociedad y el mundo reclaman para ellos y ellas dignidad, derechos, participación inclusiva y progreso material y espiritual.

Desde 1992, las Naciones unidas celebran el 3 de diciembre como el Día Internacional de las personas con discapacidad, que en su edición del 2014 lleva por lema “El desarrollo sostenible: la promesa de la tecnología”.

La ONU se ha propuesto insistir en que de cara a los objetivos del milenio, se considere a las personas con discapacidad, disminuyan sus riesgos frente a desastres y que gocen de oportunidades de trabajo acordes con sus posibilidades.

Y no es para menos cuando se considera que de un 10 a 13% de la población mundial presenta algún tipo de limitación funcional que resulta en 1000 millones de personas, de las cuales 80% se encuentra en países “en desarrollo” como el nuestro.

Instrumentos jurídicos internacionales como la Convención Internacional de derechos de las personas con discapacidad (ONU), establecen el siguiente concepto: “Las personas con discapacidad incluyen aquellas que tengan deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo, que al interactuar con diversas barreras puedan impedir su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con los demás”.

En un estudio realizado en el año 2003 se concluyó que la prevalencia de discapacidad en nuestro país es del 10.3% de la población, equivalentes en la actualidad a 618 mil personas.

Con todo respeto hablamos del ciego, sordo, mudo, el que no puede deambular (déficit motor) o el que padece una deficiencia mixta. En el estudio realizado en 2003 prevalecen trastornos de la movilidad en 75%, comunicación en 58% y participación en 54% y cuando se analizó la severidad de estas limitaciones, 47% fue calificado “muchísima y completa” y un 37% es “mucho”. El 17% restante se catalogó moderado o leve.

¿Cómo prevenir la discapacidad?

Una de las principales causas de discapacidad en nuestro país lo aportaron los conflictos bélicos vividos en las guerras intestinas que se dieron para derrocar a Somoza, y después la guerra civil de los años ochenta en contra del sandinismo, que fue una de las últimas guerras crueles de la penúltima guerra fría que pude presenciar y sentir por haber sido médico militar en zona de guerra.

No más guerras en nuestra patria como fuente de discapacidad, debe ser uno de los propósitos de todas las tendencias que participaron, donde todavía no se distinguen vencedoras ni vencidas. Vencidos: los pobres, los muertos, los discapacitados, el pueblo y su potencial progreso tornado en atraso.

La salud sexual es fundamental para prevenir discapacidad. Que las mujeres se ajusten a parir entre 18 a 35 años, con un promedio de tres hijos o hijas, con una separación de nacimientos de dos años entre uno y otro(a).

Toda mujer sexualmente activa que le falte un período menstrual, deberá acudir al médico para una captación precoz del embarazo y cumplir con todas las recomendaciones del control prenatal para garantizar descendencia saludable. Siempre insistiremos en la necesidad de tomar ácido fólico, porque su carencia produce malformaciones neurológicas del tipo de meningocele, mielomeningocele y otras.

Una vez nacido el bebé, insistimos que la mejor leche del mundo es la leche materna, todas las vacunas y controles del programa de “niño sano” en el centro de salud o con el médico privado, junto al maravilloso amor de madre garantizan niños saludables.

Asignaturas reprobadas de nuestra sociedad lo constituyen la falta de educación sexual que evite, entre otros problemas de la sexualidad del país, la epidemia de embarazos en adolescentes, el necesario chequeo médico pre-matrimonial y la licencia médica para contraer matrimonio.

En la condición adulta el correcto control de las enfermedades crónicas previene las complicaciones que se derivan de éstas y que resultan en discapacidad crónica y dramática. Los derrames cerebrales e infartos cardíacos imponen dificultad o imposibilidad de movilizarse, hablar y valerse por sí mismo, además que impone a las familias la carga de una prolongada, costosa y dolorosa atención del enfermo.

En cuanto a las enfermedades crónicas, la diabetes es un ejemplo de reducción de vida de cinco años como mínimo, así como de la calidad de vida. Esto se ve especialmente en aquellos pacientes que no cumplen con su tratamiento y tienen un estilo de vida negativo con sedentarismo, comiendo de todo, consumiendo alcohol y tabaco, etc. Demostrado está en el mundo que se puede vivir con esta y otras enfermedades crónicas, actuando con sentido de prevención, responsabilidad y cuidos médicos.

En la esfera sexual se dan discapacidades ocultas como la disfunción eréctil en el varón y la anorgasmia, que afecta a un 40% o más de féminas.

Más de 12 mil accidentes laborales se producen como promedio por año. La accidentalidad en nuestras carreteras se ha vuelto preocupante por su cuota de muertes y lesionados. La violencia intradomiciliar y la exposición a sustancias tóxicas en los puestos de trabajo y otros lugares, así como el consumo de sustancias tóxicas legales o ilegales, son otro de los factores que favorecen la discapacidad de personas, muchísimas de ellas en la mejor etapa de sus vidas productivas.

A través de factores como la educación en salud de nuestra población y otros que moldean conductas como la familia, escuela, iglesia y medios de comunicación, tenemos el compromiso de promover estilos de vida saludables, es decir, el compromiso de cada quien con su propia salud y con la salud de las personas de su entorno, a fin de evitar las limitaciones de todo tipo que interfieran con una vida feliz y placentera…

Sin embargo, mientras tanto la sociedad, a través de las políticas públicas y sociales (programa Todos con Voz, ONG, Minsa, medios de comunicación y otros), deberemos continuar apoyando a quienes presentan limitaciones de cualquier tipo para que estas personas con discapacidad, que rebasan el medio millón de nicas, puedan disfrutar de todos los aspectos de la vida de nuestro país. Nicaragua con todos y para todos, es un objetivo irrenunciable a propósito del día de los discapacitados.

*Calle principal de Altamira, frente a la CECA. Teléfonos: 2278-0830 y 2267-0251. maltezvic@hotmail.com

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