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¿Qué es una emergencia humanitaria?

gazaVicente Maltez Montiel (*)

• La necesidad de prevenir es un reto para todos los países, en especial los pobres por tener muchos factores de riesgo para desastres naturales. Está demostrado que las guerras son un nefasto factor condicionante de pobreza, atraso, enfermedades y muerte. ¿Está preparado nuestro país para darle respuesta a los desastres de la Naturaleza?

Una cruenta guerra civil en Siria que ha cumplido cuatro años , ha producido 400 mil muertos, la inmensa mayoría civiles, 6.5 millones de desplazados internos y 3 millones de refugiados. Ucrania vive un conflicto bélico de más un año de duración con 4,000 víctimas fatales y un millón de desplazados. El violento ciclón tropical “Pam” categoría 5, según clasificación Safir-Simmson, con vientos de más de 380 kilómetros por hora, dejó al menos 24 fallecidos, 3,600 desplazados internos y ha destruido 90% de las viviendas en la República de Vanuatu, un grupo de islas e islotes situadas a 1,750 kilómetros al este de Australia. Tres ejemplos de Emergencias humanitarias (EH).

Bajo el concepto de “emergencias” se abarca todas las situaciones en las que la población requiere ayuda humanitaria y en las cuales las enfermedades trasmisibles son una causa determinante de enfermedad y muerte (morbi-mortalidad). Se habla de crisis humanitaria cuando existe una situación de emergencia en la que se prevén necesidades masivas de ayuda humanitaria en un grado superior a lo habitual, y que en caso de no satisfacerse en cantidad y calidad adecuadas desemboca en una catástrofe humanitaria.

Entre las EH encontramos dos grandes grupos de causas: primero, los desastres naturales o crisis ambientales que se han clasificado en tres tipos, de acuerdo a la posibilidad de prevenirlos: previsibles, como las malas cosechas por sequía, plagas o mala planificación, que conducen a hambrunas. Segundo, los poco previsibles como huracanes, monzones o ciclones. Tercero: los totalmente imprevisibles que son terremotos y tsunamis o maremotos.

El segundo grupo de causales son derivados de conflictos variados o crisis del tipo de guerras de cualquier inspiración y modalidad, caso de guerras internacionales, civiles, persecución de minorías, etc.

En septiembre del pasado año más de 60 millones de personas, desde África occidental hasta Iraq, necesitaron y necesitan de ayuda humanitaria. Las crisis humanitarias son más complejas y afectan a más personas, incluso mucho más de lo que se vio en la Segunda Guerra Mundial.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha llegado a manejar hasta cinco tipos diferentes de crisis clasificadas como Emergencias de Grado 3 o máximo grado. Estas crisis se corresponden al brote de Ébola en África Occidental, Iraq, Siria, el sur de Sudán y la República Centro Africana.

Las enfermedades trasmisibles que acompañan a las EH van a depender del origen del suceso, ubicación geográfica, nivel del desarrollo, accesibilidad de la zona afectada y el importante nivel de salud previo de la población. La principal causa de muerte en estas situaciones la aportan las enfermedades diarreicas, infecciones respiratorias agudas, sarampión y malaria.

Por otro lado, después que se han instalado los efectos negativos de la EH, se recrudecen las enfermedades: las de tipo epidémica, entre las cuales se encuentran el cólera, disentería bacilar o meningitis. También se reactivan aquellas enfermedades habituales o endémicas de una región, entre ellas malaria y las infecciones respiratorias agudas.

Es importante destacar que los conflictos y las secuelas se acompañan de un repunte del padecimiento epidémico y endémico y que la tendencia puede afectar a países desarrollados y subdesarrollados, pero son estos últimos los que más sufren por la carencia de servicios esenciales del tipo de agua potable, refugio y condiciones adecuadas de saneamiento que eviten el temido hacinamiento, al cual se asocia alto riesgo de enfermedades trasmisibles.

Sufrimiento de las poblaciones

Detrás de las guerras y conflictos de todo tipo, encontramos siempre el sufrimiento de los sectores más vulnerables como mujeres, niños y ancianos. Las personas “desplazadas” fuera del territorio nacional son los llamados refugiados, mientras los que se movilizan o huyen dentro del territorio de su país son se les conoce como “desplazados internos”.

Se calcula que en todo el mundo, 40 millones de personas comparten la tragedia de ser refugiados o desplazados internos. A principios del 2008 había más de 25 países afectados por conflictos que requerían ayuda humanitaria, la mayor parte localizados en el África sub-sahariana.

Tanto los desplazados de todo tipo y en especial las poblaciones que permanecen en los sitios impactados por la EH, pueden presentar mayor riesgo de contraer enfermedades trasmisibles.

Riesgo de enfermedades trasmisibles en las E.H.

La experiencia mundial de organismos humanitarios indica que la mayoría de fallecimientos son consecuencia inmediata del propio desastre destacándose el efecto letal de ahogamientos y traumatismos.

La posibilidad de enfermedades trasmisibles en las E.H está determinada por los siguientes factores:

1. El desplazamiento de la población suele ser difícil, grande y prolongado.

2. Estado de salud previo a la EH: casi siempre hay malas condiciones de salud, incluida la desnutrición, por lo que los niños corren mayor riesgo. El hambre crónica se agudiza, los alimentos llegan en poca cantidad y en algunos países como Etiopía y Somalia, grupos delincuenciales se apoderan de ellos con fines ilegales.

3. Falta de albergue, alimentos, agua potable y saneamiento. Cuando el suministro de agua es escaso y de mala calidad, junto a todos los problemas del hacinamiento y falta de higiene se favorecen las enfermedades diarreicas, que en algunos casos han producido hasta el 40% de las defunciones en la fase aguda de la emergencia y más de 80% de los fallecidos son niños menores de dos años.

Los agentes que causan enfermedad vinculados con los problemas de una agua de mala calidad son virus norovirus y de la hepatitis A y E, salmonella y vibrión cólera.

Dentro del saneamiento ambiental es importante el control de roedores, que se asocian con la mayor propagación de leptospirosis.

4. El hacinamiento en asentamientos temporales o campamentos: es común en las poblaciones desplazadas y eso explica brotes o epidemias de sarampión, que por ejemplo en Sudán Oriental y Somalia en 1995 produjo el 53% y 42% de las muertes de refugiados, respectivamente.

Las infecciones respiratorias agudas son causa de enfermedad y muerte. La incidencia de este tipo de padecimientos se incrementó cuatro veces después de haber transcurrido un mes del huracán Mitch (1998) en nuestro país.

La meningitis meningocócica, producida por la bacteria neisseria meningitidis tipo A y C y el serogrupo W135, en el África subsahariana se trasmite de persona a persona y no son raros los brotes epidémicos en el hacinamiento.

En estos grupos humanos hacinados y en aquellos con heridas contaminadas, sobre todo los más pobres, se ha visto la irrupción del tétanos como se dio en Indonesia después del maremoto del 2005, en el cual en un conglomerado de personas aparecieron 106 casos, de los cuales murieron 20, todo ello ocurrido a veinte días de la catástrofe.

Las enfermedades trasmitidas por vectores son una preocupación, ya que los desastres naturales, en especial ciclones, huracanes e inundaciones pueden afectar los criaderos de vectores y la trasmisión de enfermedades por vectores: malaria, dengue clásico y dengue hemorrágico, fiebre de chikunguya y otras.

5. Falta de acceso a los servicios básicos de salud, como atención primaria de salud y vacunación. La OMS ha expresado su preocupación sobre los desequilibrios de la salud mental en estas situaciones adversas, por lo cual se llama a afrontar las necesidades de salud mental con el concepto de realizar una “atención de salud mental y psicosocial sostenible después de una emergencia”.

Una EH es un gran reto para toda sociedad, que debe tener la responsabilidad de aplicar en su desarrollo presente y futuro el principio de prevención, que significa adelantarse a la posibilidad de desastres naturales. La prevención y solución negociada de los variados conflictos existentes y por surgir, la cultura y la formación espiritual y la plena vigencia del estado de derecho, previenen conflictos y guerras de todo tipo.

La ayuda de Dios, la Defensa Civil, Cruz Roja y Bomberos, junto a las Fuerzas Armadas de la nación, encabezados por la jefatura del Estado, así como la colaboración y compromiso de los medios de comunicación, constituyen elementos de primera línea para salirle adelante a las adversidades de la naturaleza. La conservación de la paz social debe ser un ideal y decisión inalterable de todos los nicaragüenses.

• Especialista en Medicina Interna y químico-farmacéutico. Autor del libro “Larga vida y prosperidad, consejos de salud”.
• Clínica Médica en Calle principal de Altamira frente a la CECA, Managua. Teléfono: 2278-0830.(previa cita) maltezvic@hotmail.com

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