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Pagar para que no te quiten la vida

Los dueños de estos dos carros no pudieron pagar la extorsión. Este fue un primer aviso, el segundo podría ser que les quiten la vida.

Los dueños de estos dos carros no pudieron pagar la extorsión. Este fue un primer aviso, el segundo podría ser que les quiten la vida.

Los ciudadanos de Honduras y El Salvador sufren desde hace varios años un mal que por suerte no tenemos en Nicaragua: la extorsión de grupos del crimen organizado que obliga al pago diario, semanal o mensual a fin de evitar que te quiten la vida.

Es eso, un pago por seguir viviendo. Los hondureños le llaman “impuesto de guerra”, los salvadoreños “renta”, pero sin importar el nombre que le den, el concepto es el mismo: grupos del crimen organizado exigen dinero diario, semanal o mensual a cambio de no matar a sus víctimas.

El diario La Prensa, de Honduras, publicó el lunes un reportaje sobre esta lacra social, a la que se refieren como “Imperios de la extorsión”, a la que sitúan en Honduras y El Salvador, aunque también afecta a Guatemala.

Esa grave situación de vida o muerte, hace que muchos huyan hacia Nicaragua, Costa Rica y Panamá. En nuestro país los hemos visto. De repente, aparece una familia hondureña o salvadoreña buscando una casa que alquilar.

No son pocos los que han traído incluso a sus hijos a estudiar aquí y los más pudientes han comprado tierras en Nicaragua y las han puesto a trabajar.

El pago por seguir viviendo deja millones de dólares cada año a los malvivientes y cada año surgen nuevas organizaciones cuyos miembros se sienten con derechos sobre quién vive y quién muere. Todo es asunto de quién puede pagar.

Según la Fuerza Nacional Antiextorsión (FNA), de Honduras, ese país y El Salvador, en ese orden, son los países centroamericanos en los que se paga más por extorsiones cada año. En tercer lugar de la sangrienta lista negra está Guatemala.

Los datos indican que en El Salvador se pagan más de US$ 390 millones por extorsión al año, en Honduras más de US$ 200 millones y en Guatemala US$ 61 millones.

Pero esa cifras no reflejan la realidad debido a que hay numerosos extorsiones que no son denunciadas debido al horror en que están sumidas las víctimas, que temen desatar la furia homicida de los delincuentes si denuncian el calvario a que los someten.

Por ejemplo, un solo caso de extorsión en El Salvador asciende hasta la increíble cifra de US$ 50 millones, como reveló la Fiscalía General de la República (FGR) salvadoreña en febrero de este año.

El fiscal general de El Salvador, Luis Martínez, confirmó el caso. “Sí, sepan que hay extorsiones en este país (El Salvador) de US$ 50 millones, de carácter internacional. Hay gente que lava dinero y que ha sido pagada y colabora con delincuentes internacionales”, dijo el funcionario al anunciar que el caso ya está en los tribunales.

Tres países doblegados

En Honduras, que es el segundo país más afectado por la extorsión en Centroamérica, desde hace años corre la sangre, se fuga el dinero y se respira el miedo en el país.

Un informe de la Cámara de Comercio e Industrias de Tegucigalpa (CCIT) dio a conocer que al menos 72,000 empleos se han perdido por el cobro del “impuesto de guerra”, pues en solo dos años tuvieron que cerrar al menos 18,000 negocios.

Estudios señalan que solo el sector comercio se ve obligado a pagar al menos unos US$ 27 millones (L600 millones) anualmente a los grupos criminales.

Se valora que solo entre los locatarios de los mercados de Tegucigalpa pagan US$ 8.7 millones (L192 millones) al año por extorsiones.

Se calcula que los transportistas hondureños pagan por extorsión más de US$c25 millones al año (más de L540 millones).

Este delito ha crecido tanto en Honduras, que se calcula que solo las pandillas reciben más de US$ 54 millones (más de L1,200 millones) cada año por “impuesto de guerra”; esto sin contar otras organizaciones criminales que también cobran extorsión a los hondureños.

Sólo El Salvador supera a Honduras en el pago de extorsiones en Centroamérica.

Los métodos son similares. En El Salvador el dueño de este autobús fue "avisado" de que está obligado a pagar o morirá.

Los métodos son similares. En El Salvador el dueño de este autobús fue “avisado” de que está obligado a pagar o morirá.

Se valora que solo los transportistas cuscatlecos se ven obligados a dar más de US$ 34 millones al año a grupos criminales que les exigen “renta”.

El Consejo Nacional de la Pequeña Empresa de El Salvador (Conapes), ha calculado que el sector paga US$ 30 millones al mes por “renta” a organizaciones del crimen organizado, lo que suma al año unos US$ 360 millones.

La crisis es tan aguda, que en El Salvador saben que hasta 10 pequeñas empresas cierran operaciones cada semana por la extorsión.

Debido este inmenso problema, en El Salvador se aprobó el recién pasado marzo una ley antiextorsiones, con lo que buscan combatir frontalmente el delito.

Pero no solo las naciones antes señaladas sufren ese flagelo. Según la fundación InSight Crime, dedicada a la investigación del crimen organizado en Latinoamérica, en Guatemala se pagan US$ 61 millones anuales por extorsión.

Maldad clonada

Las similitudes en las estrategias, en los métodos de cobro y medidas de presión son extremadamente similares en Honduras, El Salvador y Guatemala.

En los tres países matar a las víctimas o la quema de unidades de transporte es una represalia común contra quienes no “cumplen” con los pagos que les exigen los grupos criminales.

En Honduras, más de 300 personas del sector transporte fueron asesinadas en los últimos cuatro años y aunque casi todos los casos quedan impunes y sin conocerse los culpables, se sabe que varias de estas muertes tuvieron relación con las extorsiones.

Muchos otros hondureños en actividades diferentes, también fueron ultimados por no poder pagar las extorsiones.

En territorio salvadoreño este año ya han sido asesinados más de 36 transportistas; el año pasado mataron a 70.

Miembros de los Empresarios de Autobuses Salvadoreños (Aeas), han dado a conocer que en los últimos cinco años cayó en la quiebra financiera el 35% de los empresarios que operan rutas en la zona metropolitana de la capital de El Salvador debido a las extorsiones.

Corren por su vida

Miles de hondureños huyen del país por la extorsión y violencia. Algunos salen a Estados Unidos o España, pero no todos puedes llegar tan lejos.

Un informe del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh) de Honduras, reveló que miles de hondureños también han huido a Nicaragua, Costa Rica y Panamá, países con índices de violencia mucho más bajos que los del Triángulo Norte.

Al revelar el éxodo de hondureños, Conadeh pidió erradicar las causas de la salida de migrantes del país, meta que aún está muy lejos.

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