Crece uso de agua de mar en Nicaragua
Por su similitud con el plasma sanguíneo, el agua de mar facilita la recuperación de la salud en varios casos: se utiliza en pacientes con hipertensión arterial, cardiopatías, cirrosis hepática e insuficiencia renal y desnutrición, entre otros.
Por esta razón, el gobierno de Nicaragua tomó la decisión de aprobar la ingesta de agua de mar como medicina oficial en el país.
Esto como parte de una ley que aprueba el uso de terapias alternativas y naturales como medicinas. La Dra. M. Teresa Ilari ha sido una de las impulsoras de esta nueva Ley de Medicina General en Nicaragua.
Los registros de pacientes que han consumido agua de mar en la Clínica Santo Domingo en Managua, son la prueba de los beneficios que esto trae. El Dr. Alfredo Ruiz, docente de la Universidad Politécnica de Nicaragua, realiza seguimientos a pacientes que han logrado reducir o descontinuar el uso de medicamentos que antes utilizaban, gracias a este tratamiento natural. Además, muchos de ellos también han logrado recuperarse del todo.
Los tratamientos también han tenido efectos económicos.
Esto se debe a que la recuperación de los pacientes es rápida y hay un menor consumo de medicamentos. Y ¿cómo se están llevando a cabo estos planes? A través de un Proyecto de Dispensarios Marinos (lugares cubiertos o al aire libre donde se consigue, almacena y expende agua de mar con fines terapéuticos y nutricionales), que abarca 20 mil pacientes en 60 dispensarios ubicados en Managua (capital) y en los principales departamentos del país.
Las autoridades de salud observan constantemente el fenómeno del agua de mar y capacitan a médicos y enfermeras del sistema público de salud.
Gracias a los trabajos de investigación y difusión de las Fundaciones Aquamaris (España), Seawater (Miami), y Proyectos de Dispensarios Marinos (Colombia) sobre el uso terapéutico y nutricional del agua de mar, Nicaragua ha podido comprobar los beneficios que trae en la recuperación de la salud y la desnutrición humana y animal. Aunque es una práctica antigua, su expansión en Nicaragua es un proceso lento que cada vez se acepta más.