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Nicaragua con la sartén por el mango

¿Santos con una paloma de la paz? De seguro la quiere para una sopa.

¿Santos con una paloma de la paz? De seguro la quiere para una sopa.

Judith Gómez Colley
elpaís.com.co

La decisión del presidente Juan Manuel Santos de buscar negociaciones directas con Nicaragua, que anunció el jueves y que ya había mencionado en el 2012, para resolver las diferencias limítrofes en el mar Caribe, a través de un tratado, no parece ser tan fácil como se escucha.

Tanto así que en los tres años y cuatro meses que han transcurrido desde que la Corte Internacional de Justicia, CIJ, falló el litigio sobre San Andrés -donde ratificó la soberanía de Colombia sobre el archipiélago y cayos pero concedió a Nicaragua una amplia porción de mar-, las partes no han concretado nada.

Contrario a eso, el país vecino recurrió, en 2013, nuevamente al alto tribunal a instaurar dos demandas contra Colombia, sobre las cuales la CIJ se declaró competente el jueves para resolverlas. Eso echó por tierra, ese mismo año, los intentos de diálogo entre los dos gobiernos.

“Los temas bilaterales entre Nicaragua y Colombia no van a seguir sujetos a la decisión de un tercero y deberán abordarse mediante negociaciones directas entre las partes, de conformidad con el derecho internacional”, aseguró Santos el jueves al anunciar que no seguirá compareciendo ante la CIJ por ese asunto.

Para el Mandatario es claro que los límites solo pueden ser establecidos o modificados mediante un tratado internacional, aprobado por el Congreso, como lo dispone la Constitución Política y ratificado por la Corte Constitucional, que en 2014 cuando falló una demanda del Pacto de Bogotá (al que Colombia renunció), estableció que los límites solo pueden ser modificados por un tratado internacional.

Aunque la canciller María Ángela Holguín dijo que tanto el presidente Santos, como su homólogo nicaragüense Daniel Ortega han manifestado la intención de negociar un tratado, la pregunta es: ¿qué tan factible es que los dos gobiernos logren ese acuerdo si Nicaragua lleva la ventaja?

Al decir de abogados especializados en derecho internacional y expertos en dinámicas de integración fronteriza, esa tarea es complicada en el actual momento, dado que el país centroamericano tiene la sartén por el mango al haber logrado victorias en el alto tribunal internacional.

Antonio José Rengifo, PhD en Derecho Internacional y profesor de la Universidad Nacional, sostiene que el hecho de que Colombia haya dicho que no comparecerá ante la CIJ por las demandas de Nicaragua deja al país en una situación complicada, además que para sentarse a negociar se necesita que el otro esté de acuerdo y esa no parece ser la posición de esa nación.

“Además para uno negociar, en este caso Colombia, debe llevar unos puntos sobre los cuales discutir, ya que el fallo del 2012 es cuestionable en varios aspectos, sustentarlos, pero a nuestro país le faltó cuestionar mucho esa sentencia”, sostiene el jurista.

Rengifo explica además que en el momento actual no es fácil negociar un tratado con Nicaragua que está en una posición muy fuerte y preferirá esperar las decisiones futuras que tome la Corte Internacional de Justicia sobre sus reclamos.

“Una cosas es negociar en condición de fuerza y otra abrir espacios, que es lo que le toca a Colombia, pero eso solo lo hace controvirtiendo, por la posición defensiva en que está”, agrega el docente de la Universidad Nacional.

Inge Helena Valencia, profesora asociada a la Facultad de Derecho de la Universidad Icesi y experta en dinámicas de integración fronteriza, no cree que Nicaragua hoy quiera concretar un tratado con Colombia, ya que tiene la posibilidad de esperar a que la Corte de La Haya defina el conflicto, por lo que resulta difícil pedirle a ese país que se siente a negociar.

“En este momento la decisión de Colombia de no comparecer más ante la Corte tiene unos costos políticos importantes, más aún cuando se puede hacer la lectura de que para el conflicto armado interno busca apoyo internacional, pero incumple las decisiones de un tribunal internacional. Ese es un mal mensaje”, explica la catedrática Valencia.

Ricardo Abello, profesor de Derecho Internacional en la Universidad del Rosario, asegura que mientras haya asuntos abiertos en la Corte Internacional de Justicia va a ser difícil llegar a un tratado y que al pasar de una actividad jurídica a una diplomática, eso (un tratado) será a mediano o largo plazo porque va a ser difícil que hoy haya una negociación directa con Nicaragua.

Y la razón de eso, asegura Abello, es que Nicaragua se va a aferrar a la sentencia del 2012 y no va a querer una modificación de ninguna índole. Lea también: ¿Qué viene para Colombia al no comparecer ante la CIJ por litigio con Nicaragua?

Además llegar a un acuerdo con Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, tampoco es fácil. “Con relación a esto le da lo mismo, y por eso pide que se cumpla el fallo del 2012”, agrega.

El experto no es partidario de que en una eventual negociación entre los dos gobiernos se incluya el tema de la plataforma continental más allá de las 200 millas náuticas.

Lo que hay que negociar son derechos de pesca, el respeto a las vedas por los dos Estados, que no se pongan en peligro especies; también ver si se puede modificar el trazado que hizo la CIJ en el 2012, cómo manejar la seguridad en la lucha contra el narcotráfico en la zona, entre otros aspectos.

El también experto en derecho internacional Juan Ramón Jiménez, considera que aunque el presidente Santos esté abierto a un diálogo en este momento, las tensiones impedirían que eso se pueda dar, ya que para Nicaragua puede ser más fructífero esperar una decisión de fondo de la Corte que buscar un tratado, aunque lo importante es la estrategia de Colombia a través de organismos diplomáticos para lograr ese tratado.

“El tema es difícil pero no imposible, la posibilidad está a la vuelta y es dejar de pensar que la única alternativa es ir a tribunales internacionales y buscar una solución que convenga a las dos partes. Siempre va a ser mejor un buen arreglo que un mal pleito”, añade el profesor de la Universidad del Rosario.

Ante ese panorama, por ahora las promesas que hizo el viernes al presidente Santos a los líderes raizales de que podrán participar en las negociaciones que se lleven a cabo con Nicaragua tendrán que esperar, pues voces de políticos y funcionarios del vecino país dice que se debe mantener la posición de hacer cumplir el fallo.

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