Empresas hondureñas se interesan en mercado ruso
Piotr Pankrátov, agregado comercial de la Embajada de Rusia para Honduras y El Salvador.
El acercamiento diplomático entre Honduras y Rusia ha despertado el interés de las empresas de ambos países por aprovechar las oportunidades de intercambio comercial que se puedan presentar, según publica el diario La Tribuna, del país vecino.
En los últimos tres meses, son más de seis las empresas hondureñas que han solicitado información a la embajada de Rusia en Nicaragua y concurrente en Tegucigalpa. El agregado comercial para Honduras y El Salvador, Piotr Pankrátov, manifestó a este rotativo que “atendimos cinco o seis solicitudes de información”, de importadoras hondureñas.
“Son varias las empresas interesadas en algún material para industria de alimentos, porque Rusia suministra” de este tipo de mercancías para América Latina, dijo el representante ruso.
Agregó que hay algunas empresas interesadas en software de uso comercial, entre otras que pidieron información para exportar frutas tropicales al mercado ruso de más de 144 millones de habitantes.
Pankrátov explicó que actualmente su país importa frutas de México y Costa Rica, pero muy poco de Honduras, a pesar de aquí hay un potencial alto en el rubro agrícola con posibilidades de exportar a Rusia.
Para desarrollar este mercado, los exportadores hondureños deberán asistir a las ferias comerciales rusas.
De acuerdo al entrevistado, la apertura de relaciones ha despertado interés, es así que una empresa moscovita lo contactó para conocer todos los tipos de frutas jugosas o secas que produce la región.
La logística es uno de los desafíos que enfrenta el futuro de esta relación comercial entre los dos países, Honduras tiene una ventaja comparativa en relación a los vecinos, con Puerto Cortés en el atlántico.
Hay dos rutas naturales de intercambio comercial; una es el puerto de San Petersburgo, en el báltico; la otra se encuentra en Novorosíisk, en el mar negro. El comercio bilateral es de aproximadamente 72 millones de dólares, la balanza es deficitaria para Honduras, que exporta menos de 15 millones, principalmente, café.
Pero con este acercamiento entre Tegucigalpa y Moscú el intercambio de bienes aumentaría desde diez, a 15 por ciento anual, según proyecciones de la representación comercial rusa.
El café es básicamente la principal exportación de Honduras a Rusia, en cambio, el país importa una gama amplia de bienes de consumo y de capital.
“Nosotros les vendemos fertilizantes, poligrafía, y el resto tintas, plásticos, madera, aluminio. Compramos café, por desgracia pocas frutas y verduras. Compramos también productos de maquila”, detalló Pankratov.
El mercado de llantas es uno de los bienes que podría mostrar un buen desempeño comercial, ya que los fabricantes moscovitas tienen distribuidoras en Nicaragua, Colombia y Brasil, entre otros países latinoamericanos.
El comercio entre Rusia y Centroamérica ronda los 250 millones de dólares. “El balance es a favor de Rusia”, valoró el funcionario desde Managua, que considera un plus para los hondureños las instalaciones portuarias en Puerto Cortés, en tanto, que el costo promedio por contenedor puesto en Rusia es de cinco mil dólares.
Honduras y Rusia mantienen relaciones diplomáticas desde 1990, cuando se desintegró la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas; en 2014 una comitiva viajó y anunció la apertura de la sede diplomática catracha en Moscú.
Recién en marzo de este año, el embajador ruso en Nicaragua, Alexander Nikolaevich Khokhólikov, vino a Tegucigalpa y se reunió con las autoridades de gobierno, donde se acordó la compra venta de 4.2 millones de dosis de la vacuna Sputnik V.
En ese momento el diplomático también aprovechó la visita a Tegucigalpa y se entrevistó con la cúpula privada, donde hubo un intercambio de palabras y obsequios durante una reunión privada en el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep).
Este acercamiento se produce en el contexto de la pandemia y la carrera por adquirir las vacunas contra la COVID-19, sorprende a distintos sectores dado que Honduras y la desaparecida URSS, vivieron un distanciamiento de varias décadas marcado por la Guerra Fría y la hegemonía de Estados Unidos sobre Honduras.