Padres les pegan borrachos y madres por desquite

* Visión Mundial Nicaragua presenta causa institucional y un estudio sobre la violencia contra niñas y niños de nuestro país

Desde padres que los golpean estando borrachos, a madres que hacen lo mismo en venganza porque ellas reciben su tanda de porrazos de parte del macho en el hogar. Es el drama de los niños y niñas presentado este martes por la organización cristiana humanitaria, Visión Mundial Nicaragua.

Visión Mundial Nicaragua presentó su causa: “Una niñez protegida como promotora de una sociedad más segura”, la cual tiene como objetivo hacer un llamado a la sociedad civil, las entidades gubernamentales y la empresa privada sobre la urgencia de proteger y desarrollar un ambiente seguro para las niñas y niños en situación de vulnerabilidad.

María Haydée Pereira, directora de Visión Mundial Nicaragua, explica que la causa busca promover actitudes, tradiciones y prácticas que valoren, que protejan a la niñez e invita a desechar y erradicar aquellas que la lastiman y no la dignifican.

Situaciones catastróficas

“La causa tiene como fin abogar para que se apliquen los instrumentos internacionales de protección de la niñez, provocar a la participación activa de las familias en la protección de la niñez y movilizar a la sociedad para ser un actor clave y vigilante en la protección de la niñez”, explicó.

Para Visión Mundial, los niños más vulnerables son aquellos cuya calidad de vida y capacidad para desarrollar su potencial queda más afectada por la privación extrema y las violaciones a sus derechos, porque viven en situaciones catastróficas y relaciones caracterizadas por la violencia, el abuso, el descuido o negligencia, la explotación, la exclusión y la discriminación.

Para ayudarlos a mejorar sus condiciones, Visión Mundial considera importante el fortalecimiento de un Sistema de Protección de la Niñez, cuyos principales actores deben ser: el estado, la comunidad, las niñas y niños, la familia y la cooperación internacional. Y donde se priorice la salud y nutrición, la educación para la vida, el bienestar social y el cumplimiento de la ley.

Resultados preocupantes sobre violencia

Además de su causa institucional, Visión Mundial Nicaragua presentó los resultados de un estudio sobre violencia en comunidades urbanas y rurales de Nicaragua, donde se desarrollará una Campaña de Protección. El estudio abarca 19 municipios con encuestas en 900 hogares. En cada hogar se entrevistó a madres y padres de familia, así como a adolescente de 10 a 18 años.

El diagnóstico destaca que la mitad de las madres y padres encuestados reconocen que el hogar es donde existe más violencia contra la niñez y la adolescencia. En cambio, cuatro de cada diez adolescentes percibe la comunidad como el espacio donde hay más violencia contra niños, niñas y adolescentes.

En toda la familia prevalece la concepción de que el castigo físico “siempre es necesario” para la educación de los hijos e hijas. Más de la mitad de las madres y padres reconoce que es necesario aplicarlo en algún momento.

Fajazos y palmadas en el rostro

De manera general, los adolescentes encuestados piensan que sus padres los golpean con enojo por influencia del alcohol, por tensiones económicas o problemas matrimoniales, o en venganza en el caso de las madres que sufren violencia intrafamiliar.

El estudio refleja que las niñas y niños menores de 10 años de edad, sufren castigo físico como fajazos, bofetadas o palmadas en el rostro, o son agredidos con cualquier objeto que los padres tengan a su alcance. Se suma la violencia física que reciben niños y niñas fuera de sus hogares, en las escuelas o al regresar de las mismas.

En cuanto a los hallazgos sobre violencia sexual, se destaca que los “callejones oscuros”; “predios baldíos”; y las esquinas o calles en las que permanecen “alcohólicos, drogadictos y pandilleros”, son percibidos como los lugares de mayor riesgo para que los niños y niñas sean víctimas de violencia sexual.

No les creen a abusados

Un hallazgo preocupante en el estudio es que un buen porcentaje de los encuestados: 28.2 % de los adolescentes, 27.6% de los padres y 22.9 % de las madres considera que no siempre se les debe creer a los niños/as y adolescentes cuando revelan que han sido abusados sexualmente por algún miembro de la familia. Esta incredulidad la fundamentan en la falta de confianza en la palabra de los niños y niñas, argumentando que suelen decir mentiras.

Alrededor del 60% de las madres y padres entrevistados prefiere mantener en secreto los casos de abuso sexual contra sus hijos e hijas para que no sean señalados o estigmatizados en la comunidad. Al respecto, para el 44.7% de los adolescentes encuestados, las niñas y/o niños abusados sexualmente eligen el silencio para no ser señalados o estigmatizados en la comunidad, por temor a sufrir represalias de los agresores contra los miembros de sus familias.