¿Empiezan augurios sobre calendario maya?
La foto muestra el arcoiris que alarmaó ayer a muchos managuas.
Si nos atenemos a lo que se ha venido publicando desde el año pasado por parte de algunos agoreros, a partir de hoy 21 de septiembre quedan tres meses para el fin del mundo.
El abrupto final lo achacan a que el 21 de diciembre de este año, cuatro días antes de celebrar la Navidad, concluye el calendario maya y con él una era astronómica de 5,125 años que servía de referencia a nuestros antepasados americanos para medir el tiempo.
Para los mayas actuales, es el inicio de una cuenta regresiva, porque van a experimentar el fin de una era y el renacimiento de una nueva. Para otros que han interpretado el calendario indígena a su manera, podría tratarse del fin de la humanidad.
A partir de la interpretación fatalista se ha tratado de asociar muchos fenómenos naturales, con la señalada debacle. El gran terremoto de Chile de 8.8 grados en la escala de Richter, que movió 8 centímetros el eje de la Tierra, provocando que los días sean ahora más cortos.
El cambio de eje traería implicancias energéticas importantes para cada uno de nosotros, por ser parte del cambio final que se daría el 22 de diciembre del 2012 y que cambiaría totalmente lo que conocemos.
¿Hay más “señales”? Muchos las ven en una serie de cataclismos de alto impacto que se han dado en el mundo en los últimos años: Sumatra, China, Haití, Chile, Japón, recientemente Costa Rica… y hasta la inusual especie de aurora boreal que disfrutamos los managuas el martes 18 de septiembre.
Ese día, las redes sociales pusieron a temblar a muchos y esta sí es una “señal” clara de que las nuevas histerias colectivas ya no empezarán como en décadas pasadas, cuando un solitario observador descubría algo “raro” en el cielo, se le acercaban otro y otro hasta que se formaba un numeroso grupo que conjeturaba sobre lo que se le iba ocurriendo a los más imaginativos.
No fueron pocos los managuas –sobre todo jóvenes- que salieron de sus casas a la hora del fenómeno atmosférico a ver lo que ocurría en el poniente. Era en realidad algo espectacular por el despliegue de colores, una suerte de nimbo sobre nubes oscuras y obviamente cargadas de agua para poder formar semejante prisma al ser tocadas por los rayos del sol.
Pero no es nada parecido a lo que decían antes nuestras abuelas, de que “señales en el cielo, desgracias en la tierra”. Hay que estar alertas para no ser víctimas de temores infundados, sobre todo ahora que se acerca la fecha del fin del calendario maya conocido como el Oxlajuj Baktum.