La Ruta del Café de Nicaragua

* “Y entre medias, plantaciones de café y tabaco, reservas naturales, pueblos pintorescos…”

El nuevo recorrido turístico entre plantaciones, reservas naturales y pueblos pintorescos abarca la región del norte central del país, donde los viajeros pueden hospedarse en encantadores hoteles rurales y compartir la vida de campo en casas de huéspedes.

Matagalpa, Nicaragua.- Estaba tardando… pero a las dos rutas más emblemáticas de Nicaragua, la Colonial y de los Volcanes y la del Agua, hay que sumar ahora la del Café, una nueva propuesta para aquellos que quieran conocer el auténtico norte central del país americano a través de uno de sus productos más codiciados.

Y entre medias, plantaciones de café y tabaco, reservas naturales, pueblos pintorescos… El itinerario completo recorre cinco departamentos: Estelí, Jinotega, Madriz, Matagalpa y Nueva Segovia. Y tiene un objetivo claro: dar a conocer la diversidad cultural, gastronómica, paisajista y turística de la región.

A lo largo del itinerario, los viajeros pueden hospedarse en encantadores hoteles rurales o compartir la vida de campo en casas de huéspedes. No hay que perderse los senderos que recorren las reservas naturales de la zona o conocer de primera mano cómo sus artesanos trabajan la piedra marmolina, el barro o la tusa, así como sus pueblos típicos y sus pintorescas ciudades. Además, otro reclamo turístico es su gastronomía a base de maíz.

En Matagalpa, el viajero podrá descubrir los hechos históricos vinculados con la producción del tabaco en el Museo Nacional del Café. Jinotega, por su parte, es el departamento con mayor producción de este producto del país, mientras que en Estelí se encontrará rodeado varios parques naturales como Cerro Tisey-La Estanzuela, Miraflores-Moropotente, Canta-Gallo y La Patasta. La ruta sigue en Madriz (sí, con «z»), donde hay que comer alguna de sus típicas rosquillas, producto icónico de la comarca.

Seguimos en Nueva Segovia, rebosante de historia colonial y revolucionaria, así como de artesanía, marca de una población indígena activa. Y es que la ruta combina las tradiciones milenarias con los acontecimientos derivados de las inmigraciones europeas al istmo en un escenario de naturaleza exuberante y biodiversidad. Y todo mientras apura una buena taza de café…

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