Peligrosas elucubraciones de Colombia
Mientras en Colombia ha resurgido la preocupación por la decisión pendiente de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), en torno a la petición de Nicaragua de una plataforma continental extendida en el Caribe, en la nación sudamericana apareció de pronto una información que señala que nuestro país habría concedido asilo a la dirigencia de las FARC.
El diario El Economista América publicó el martes como “primicia”, la elucubración en torno al presunto asilo, y de inmediato, a como suele ocurrir con la cadena de medios al servicio del gobierno colombiano, la información fue reproducida.
Como evidencia “irrefutable”, los diarios colombianos señalan el hecho, “que pudo haberse concretado hace unos tres meses”, del “estrecho vínculo entre las Farc y el gobierno de Nicaragua, que, precisamente, es liderado por Daniel Ortega, quien fuera comandante del Frente Sandinista para la Liberación de Nicaragua, grupo armado que puso fin a la dictadura de Anastasio Somoza a finales de los setenta”.
Los medios colombianos especulan sobre el hecho de que Nicaragua es uno de los países de la región que no ha ratificado el Estatuto de Roma, es decir, su acogimiento a la Corte Penal Internacional, a donde debería ir a parar el juzgamiento de los delitos de lesa humanidad que se les atribuyen a las Farc, de no llegarse a una definición jurídica en el marco del proceso de paz que adelanta el gobierno del presidente Juan Manuel Santos con ese grupo.
Dando por hecho que la guerrilla colombiana trafica drogas, mencionan que en el tratado de extradición que Nicaragua mantiene con el gobierno de los Estados Unidos, el narcotráfico no figura entre los 24 delitos para los cuales es aplicado éste.
También llama la atención que el trámite y posible concesión de la nacionalidad nicaragüense a los guerrilleros colombianos coincide con el nuevo aire que Estados Unidos y Cuba le están dando a su relación bilateral, tras más de medio siglo de ruptura y guerra fría.
Operación blindaje
Entre los grandes interrogantes que surgen están: uno, ¿el gobierno colombiano tendrá ya confirmación de este hecho?, dos, ¿qué incidencia pudiera tener sobre las negociaciones de La Habana y las decisiones finales sobre la responsabilidad jurídica que recae sobre los jefes de las Farc por los delitos de lesa humanidad?, y tres, ¿por qué los cabecillas de las Farc han acudido a un plan B y se blindan con el beneplácito de un gobierno afín a sus intereses?
Las fuentes consultadas por www.elEconomistaamerica.com han advertido que la concesión sistemática de nacionalidad nicaragüense a los máximos cabecillas de las Farc pudiera calificarse como una operación blindaje por parte de esa organización, pues bajo la filosofía de que ¿nada está acordado hasta que todo esté acordado?, en Colombia no hay claridad alguna sobre el futuro que les espera a jefes e integrantes de esa guerrilla en los planos judicial, de reclusión y político, entre otros.
En todo caso, se trataría de una jugada bastante audaz, que deja entrever con toda claridad que la dirigencia de las Farc ya tiene un plan B, frente a los futuros escenarios de la negociación con el gobierno colombiano, explicaron las fuentes.
Farc felicitaron a Nicaragua
Hace dos años y medio, según publicaba el Diario EL ESPECTADOR, “se conoció una carta en la que las Farc felicitan al gobierno de Nicaragua,por los “éxitos alcanzados en favor de la soberanía”.
En la misiva, dirigida a la primera dama de Nicaragua, quien a su vez es la coordinadora de comunicaciones, Rosario Murillo, el grupo guerrillero saluda los “éxitos alcanzados en favor de la soberanía e independencia de la hermana República de Nicaragua y de la Patria Grande que es Nuestra América”.
Pese que el texto no hace referencia directamente al fallo de la Haya que le quitó a Colombia y le dio a Nicaragua 75 mil km de mar de territorial, sectores políticos criticaron a las Farc y pidieron al grupo guerrillero aclarar el contenido de la misiva.
En este sentido, el entonces ministro del interior, Aurelio Iragorri, señaló que el gobierno “y todos los colombianos (?) no estamos de acuerdo con la afirmación (carta) hecha por las Farc”.
Visto lo anterior, las preguntas son inevitables: ¿Qué pretende el gobierno de Colombia con la filtración de este tipo de información a sus medios de comunicación? ¿Busca un asidero para desconocer un nuevo fallo desfavorable de la CIJ? ¿Planea acaso romper las pláticas que sostiene con las FARC en La Habana?