La Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe (Celac)
Las reuniones regionales de Brasil en 2009 y la de México en 2010 fueron preparatorias a la que ahora, en 2011, ha ocurrido en Venezuela, para dar forma oficial a la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe (Celac).
El nuevo organismo se integra con los mismos países de la Organización de Estados Americanos (OEA), pero sin la presencia de Canadá y Estados Unidos. La nueva organización no reemplaza a la primera. La Celac tiene todavía mucho camino por recorrer y tomar forma.
Hugo Chávez deja la presidencia del grupo, que tuvo el presidente Felipe Calderón en 2010, para pasar a manos de Sebastián Piñera, presidente de Chile, país que organiza la reunión del 2012. La presidencia en 2013 será del comandante Raúl Castro, cuando la reunión se celebre en Cuba.
En América Latina hay una fascinación por la fundación de organismos. Hay muchos semejantes o incluso que se sobreponen, pero eso no es impedimento para hacer más. En los hechos, éstos son plataformas para pronunciar y oír discursos de ideologías distintas, pero nada más.
La Celac sólo tendrá sentido y probará su utilidad si es capaz de hacer avanzar de manera consistente la integración regional. De otra forma sólo será una más de las paradas del circuito de reuniones a las que asisten los presidentes latinoamericanos y caribeños.
Latinoamérica vive uno de sus mejores momentos económicos y avanza en el abatimiento de sus grandes rezagos sociales, de manera notable en la reducción de los niveles de pobreza. Crecen la violencia y los problemas políticos en algunos países.
Es una realidad que la economía de la región se diversifica y en ella pierde peso los Estados Unidos. Las exportaciones y las importaciones hacia y de Asia -en particular China- crecen exponencialmente, sobre todo para los países del Cono Sur.
La integración regional es la tarea central de la Celac, pero no es suficiente. Hay que pensar en una de carácter continental. El peso de las economías de Estados Unidos y Canadá debe ser parte, para bien de la región, de ese proceso. En el caso de México es fundamental.
Rubén Aguilar