Balance negativo de Chinchilla

* Una de las peores gestiones presidenciales en Costa Rica y enemiga natural de Nicaragua, al punto que apoyó públicamente el incumplimiento de Colombia en cuanto al fallo de La Haya, construyó la nefasta trocha junto al río San Juan y hasta provocó el nacimiento de un grupo armado

El visto bueno al dragado del río San Juan que el gobierno de Laura Chinchilla dio a Nicaragua
-por cortesía diplomática le habían informado de la obra-, es considerado uno de los grandes errores que la mandataria cometió durante su gestión, para la mayoría de costarricenses la peor de las últimas décadas.

En un análisis realizado por el diario La Nación, del país vecino, a Chinchilla le mencionan también, aunque someramente, quizás su peor desastre: la “trocha patriótica” que mandó construir en la margen derecha del río San Juan.

Dicha vía, que llamó “1856” no solo provocó graves daños al entorno ecológico de ambas naciones, sino que su construcción –que aún no termina- se vio envuelta en varios escándalos de corrupción todavía no aclarados.

El martes, el ministro de Comunicación tico, Carlos Roverssi, señaló que hubo un “cerco informativo” que dio mayor dimensión a los yerros del Gobierno, minimizando los logros. Sin embargo, aceptó que hubo desaciertos que influyeron.

Para el director interino del Programa Estado de la Nación, Jorge Vargas Cullell, hubo errores en cuanto a mostrar seguridad sobre el rumbo del Gobierno.

“Tentativamente uno podría decir que el fallo principal fue en la parte de conducción, de dar señal de rumbo claro y en algunas áreas de la administración”, dijo Vargas.

Un breve recuento

Poco antes de las 11 a. m. del 10 de mayo del 2010, en el primer día laboral luego del traspaso de poderes, el entonces ministro de la Presidencia, Marco Vargas, comunicó el apoyo del Ejecutivo al plan para aumentar el salario de los diputados .

El incremento nunca fue aprobado, pero el anuncio derivó en un escándalo que consumió el primer mes de gobierno y empezó a afectar la imagen de la administración.

Solo cuatro meses después, el canciller en ese momento, René Castro, le dio el visto bueno a Managua para dragar en el río San Juan. Ese fue el inicio de un nuevo conflicto entre ambos países cuya solución está pendiente en La Haya, al igual que el asunto de la trocha fronteriza.

En el arranque del 2011, a las 2:15 p. m. del 17 de enero, el entonces ministro de Hacienda, Fernando Herrero, entregaba el plan de reforma fiscal impulsado por el Gobierno al presidente de la Asamblea Legislativa, Luis Gerardo Villanueva.

Tres meses y medio después, el 2 de abril, Herrero renunció a su puesto en medio de reclamos por no haber actualizado durante 12 años el valor de dos propiedades suyas ubicadas en Escazú y Pavas.

No pasaron 10 días, cuando Chinchilla recibió un nuevo golpe.

A las 10 a. m. del 12 de abril, su esposo José María Rico recibió una multa luego de chocar su vehículo en Santa Ana, mientras manejaba con la licencia vencida. El error fue motivo de burla contra el Gobierno, cuya popularidad seguía bajando además por su impulso al poco popular tema de reforma tributaria.

Las encuestas de la firma Unimer para La Nación empezaban a mostrar una caída en las opiniones favorables sobre la gestión de Chinchilla, que bajaron de un 41% en octubre del 2010, a un 37%, en marzo del 2011, una tendencia que se mantendría durante los siguientes tres años y medio.

Ejemplos de desaciertos se pueden enumerar en una larga lista; sin embargo, hay hechos que difícilmente se olvidarán.

Poco después de que la mandataria celebrara su primer año, el 20 de junio del 2011, La Nación reveló que la Cancillería había realizado al menos 40 nombramientos en cargos diplomáticos de familiares y amigos de dirigentes del Partido Liberación Nacional (PLN).

El canciller Castro defendió la decisión. Pero, tras cuestionamientos de la Contraloría General de la República y de la Procuraduría, las designaciones fueron anuladas.

En mayo de 2012 hubo una lluvia de denuncias por corrupción realizadas incluso por la propia Chinchilla debido a irregularidades en la construcción de uno de sus proyectos más importantes: la trocha fronteriza con Nicaragua.
En julio, la presidenta destituyó a su viceministra de Cultura, Karina Bolaños, tras difundirse en Internet un video íntimo de la funcionaria con un ingeniero en sistemas de Nicaragua, que generó revuelo no solo en el país, sino a nivel internacional.

Este Gobierno también afrontó circunstancias adversas que no dependieron de su gestión. Como ejemplo: el gran hueco que en junio se abrió en la carretera General Cañas y colapsó la ruta a Alajuela.

El 2013 quedará marcado por el viaje en mayo que hizo Chinchilla a Perú en un avión prestado por un colombiano que había sido cuestionado en su país por supuestos nexos con el narcotráfico.

Se trataba de Gabriel Ricardo Morales Fallón. El asunto motivó la renuncia del ministro de Comunicación, Francisco Chacón. Otro escándalo que puso al país en portadas de todo el continente.

Más allá de este “inventario”, el investigador Vargas Cullell considera que no se debe ver al Gobierno solo en blanco o negro, pues asegura que faltan datos para hacer un balance de la administración Chinchilla Miranda, que cerrará su capítulo el próximo 8 de mayo.

En el caso de Nicaragua, dejaremos de ver la imagen de una señora que se airaba y hacia aspavientos cada vez que se refería a nuestro país, una aliada incondicional y confesa de Colombia en el incumplimiento del fallo de La Haya y que azuzó tanto a su país en contra del nuestro, que hasta surgió un grupo armado dispuesto a hacernos la guerra.