¿Por quién votará Nicaragua en la OEA?
Luis Almagro y Samuel Santos, cancilleres de Uruguay y Nicaragua, respectivamente.
A menos de un año de que el chileno José Miguel Insulza deje la Secretaría de la Organización de Estados Americanos (OEA), Nicaragua podría estar enfrentando la disyuntiva en torno a si apoya para la sucesión a un centroamericano o al candidato uruguayo, que parece ser el preferido de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba).
Guatemala continúa con la intención de promover al ex vicepresidente Eduardo Stein para disputar la Secretaría de la OEA, puesto al cual también aspira oficialmente un uruguayo, y se mencionan otros tres nombres.
Insulza dejará el cargo en mayo del 2015 y Guatemala y Uruguay se mueven desde hace algunos meses con el fin de promover a sus candidatos, oficializados hace poco.
En el caso guatemalteco, los países del Sistema de la Integración Centroamericana ofrecieron apoyo a Stein durante una cumbre celebrada en República Dominicana el 27 de junio, y un día después el Gobierno lo oficializó.
Sin embargo, Stein dijo que está pendiente el apoyo de Nicaragua, cuyo presidente, Daniel Ortega, no asistió a esa cumbre, y solicitó un “compás de espera” para definir su postura, según publica Prensa Libre, de Guatemala.
El mandatario de Uruguay, José Mujica, postula a su canciller Luis Almagro, quien, en teoría y según analistas, tendría el apoyo de los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba). De ser así, Almagro tendría el respaldo de ocho naciones. Además, suenan los nombres de dos mexicanos y un peruano.
Planes
“Los propios estados miembros son conscientes de la necesidad de una reforma profunda al organismo, porque su diseño, que ha ido sufriendo algunos ajustes y modificaciones, responde a la etapa o época de la Guerra Fría y ahora estamos con nuestra mirada al siglo XXI”, comentó Stein, al adelantar que de ser electo, promovería una reforma en la entidad hemisférica.
“No es una cuestión de que alguien se quiera inventar antojadizamente esas reformas, sino que los Estados miembros están conscientes de esa necesidad. La magia va a descansar en si se logra un buen acuerdo entre los miembros de qué es lo que requiere una reforma y hacia dónde, y luego cómo se va a financiar”, añadió.
Acerca del cabildeo para promover su candidatura, Stein indicó que todavía hay “muchos meses por recorrer”, por lo que no lo considera urgente. Añadió que debe darse un acuerdo sobre una agenda que vincule los Estados y no que los divida.
El también excanciller (1996-2000) hizo ver que continuaría el impulso sobre el debate de nuevas alternativas para el combate del narcotráfico.
“Soy de los convencidos de que eso necesita revisión profunda, y tendremos que llegar a acordar entre los Estados miembros del Hemisferio una política distinta para abordar el problema del narcotráfico, consumo, mercado, producción, en forma integral. Es uno de los temas en los cuales tenemos que ponernos de acuerdo”, recalcó.
No será fácil
Para Roberto Wagner, analista en temas internacionales, ser secretario general de la OEA puede ser un arma “de dos filos”, porque la política despierta diferencias de carácter ideológico.
“Por ejemplo, hay un tema de seguridad que se está tratando y que de repente vengan comentarios que digan que, por la situación que ha pasado el país en materia de seguridad, cómo viene un guatemalteco a tratar estos temas de esta forma”, explicó Wagner.
También ejemplificó en cómo se manejaría el asunto del diferendo territorial, marítimo e insular con Belice, país que a su vez es parte de la Comunidad del Caribe (Caricom), y que representa otro frente importante en el caudal de votos.
El politólogo José Dávila aseguró que antes de analizar si el candidato tiene algún tipo de señalamientos, se ve la situación del país representado y la imagen que tiene ante el mundo en materia de política exterior y derechos humanos, entre otros aspectos que le interesan a la comunidad internacional.
“No podemos decir que para Guatemala está fácil, y sobre todo un triunfo de esa candidatura. Se nota un excesivo trabajo que tendría que hacer Guatemala y el Gobierno”, vaticinó Dávila.