Nicaragua no participa en operativo FBI contra pandillas

Nicaragua es el único país de Centroamérica que no participa en un operativo liderado por el Federal Bureau of Investigation (FBI) en el Istmo, que busca desmantelar las pandillas violentas que presuntamente han propiciado un éxodo masivo hacia Estados Unidos.

Este primer operativo está dirigido en contra de la Mara Salvatrucha 13 o “MS-13” y la de la Calle 18, también conocida como “Barrio 18″ o “M-18″ y aparte del FBI participan autoridades de Honduras, Guatemala, El Salvador, Belice, Costa Rica y Panamá.

Una nota publicada por el FBI, señala que dicha institución dirige la iniciativa Intercambio de Impacto Comunitario Centroamericano (Cacie): (Central American Community Impact Exchange Program, Cacie), financiada por el Departamento de Estado, cuya meta es fortalecer las relaciones entre organizaciones comunitarias y agencias policiacas en Centroamérica.

Cacie fue establecido desde el 2013, según informó Jason Kapan, adjunto del FBI en El Salvador. “Tenemos todos que entender al enemigo al que combatiremos. Tenemos que establecer programas y trabajar con jóvenes acerca del peligro de las pandillas, las drogas y crímenes violentos”, dijo.

Representantes de los países participantes se reunieron esta semana en el edificio de entrenamiento del FBI en Virginia y en Carolina del Norte con personal del FBI.

La MS-13 y M-18 operan desde Centroamérica hasta Canadá, incluyendo Estados Unidos. La M-18 inició en San Francisco, California, reclutando hispanos en su mayoría mexicanos. El FBI inició operativos a principios de los 90 para desmantelarla, capturando a sus principales cabecillas. Condenados por sus crímenes, desde la prisión federal establecieron nueva base y siguieron coordinando a sus pandillas en actividades criminales.

Para salir del problema, el Departamento de Justicia inició programas de deportaciones masivas de estos pandilleros hacia sus países de origen. La gran mayoría residía ilegalmente en territorio norteamericano.

Los ciudadanos de países de Centro América se vieron con un aluvión de delincuentes violentos y peligrosos deportados a sus barrios. Indefensos, tanto la población civil como la uniformada, más grave aún, la corrupción pública no ayudaría para nada a enfrentar el horrendo reto.

Los pandilleros narcotraficantes y sicarios siguieron sus actividades en sus países. Diversificaron los crímenes del narcotráfico incluyendo el secuestro, los asesinatos por encargo, violaciones sexuales, atracos, robos, etc.

Las abultadas ganancias del narcotráfico empezaron a ser usadas para comprar influencias aumentando el narco-flujo en las ya corrompidas instituciones públicas con frágiles democracias y destrozaron el Estado de derecho. Las pandillas se ramifican y establecen posiciones escalonadas. Las pandillas pequeñas responden a otras más grandes pagando cuotas a los cabecillas, generalmente de mafias mexicanas.

Recientemente el general del Cuerpo de Infantería de Marina de los Estados Unidos, la rama del Pentágono encargada de las operaciones militares en América Latina y el Caribe con base en Miami, John F. Kelly, escribió ensayo publicado el 8 de julio en la revista Military Times de cómo los narcotraficantes pandilleros han dejado a su paso sociedades prácticamente quebradas.

El general de cuatro estrellas de la Infantería de Marina con experiencia en estados fallidos, escribió en su radiografía de la crisis de violencia que ocasionan los pandilleros en lo que hoy conocemos como “El Triángulo del Norte” Honduras, Guatemala y El Salvador. Con la cultura de la impunidad de estos países, el Estado pierde su legitimidad y socavan su soberanía.

Partiendo del análisis del general Kelly, el FBI y los países participantes enfrentarán delincuentes con poderío financiero para agobiar a las autoridades policiales y antidrogas de estos países, así como a la Justicia. Los pandilleros defenderán el terreno secuestrado con violencia, asesinatos, extorsiones y comprando la voluntad política, dejó a entender Kelly.

Familias enteras y niños solos decidieron escapar a la muerte y emigrar a los Estados Unidos, entrando mayormente Texas, creando el caos en los estados fronterizos. Fueron informados que la política migratoria aprobada por los Republicanos durante los gobiernos de George Bush, para proteger a los niños, estableció que cuando un menor entrara a territorio norteamericano no se le deportaba. El menor es entregado a un familiar en Estados Unidos.

Los presidentes del “Triángulo del Norte”, de Guatemala, Otto Pérez Molina; el de Honduras, Juan Orlando Hernández; y el de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, se reunirán este viernes 25 de julio con el presidente Barack Obama, en aras de encontrar juntos una salida. El presidente de México, Enrique Peña Nieto no fue invitado.

Honduras y El Salvador hacen fronteras entre sí una al lado de la otra, y ambas hacen frontera con Guatemala, que a su vez hace frontera por sí sola con México. Éste país hace a su vez frontera con Estados Unidos.

Millones de dólares serían entregados a estos presidentes para que trabajen a favor de sus comunidades en sus países, reforzando las fronteras. En lo que va de este año, más de 57.000 niños han cruzado la frontera estadounidense sin sus padres.