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Bosawas, un paraíso natural de Nicaragua

Un jaguar de Bosawas.

Un jaguar de Bosawas.

Antonio López*

*Estudios en Saslaya y Mayangna Sauni Bas, demostraron la relevancia de la masa boscosa porque contiene áreas de bosques naturales con bellezas escénicas de riachuelos, con saltos de agua majestuosos, bosques de nebliselva en regiones remotas, que aún constituyen el hogar de jaguares, pumas y tigrillos. Bosawas posee la particularidad de contener uno de los mejores remanentes montañosos de la cordillera Isabelia

En la zona norte de Nicaragua existe una región que constituye una de las áreas naturales más impresionantes de todo el país, por sus relevantes valores de diversidad biológica y cultural, sus bellezas naturales y el potencial para el desarrollo humano. Esta región es reconocida por el Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales de Nicaragua (MARENA) y la UNESCO como la Reserva de Biosfera de Bosawas, que está conformada por 19,928 km², incluyendo un poco más de 8,000km² de áreas núcleos y 6295 km² de seis territorios indígenas.

La organización Wildlife Conservation Society (WCS) ha desarrollado experiencias de capacitación a investigadores locales, apoyando estudios de biodiversidad en los territorios indígenas y áreas protegidas de Bosawas. Este proceso inició entre 2001 y 2005 por el proyecto de biodiversidad del Zoológico de Saint Louis (STLZ), con estudios sobre la sostenibilidad de la cacería, inventarios de la fauna y plantas en la zona de Régimen de manejo Especial de Alto Wangky.

En 2006, ambas instituciones se unieron para poner en práctica los primeros estudios sobre los jaguares y sus presas en Nicaragua, por medio de trampas cámaras y en colaboración con los pueblos indígenas y MARENA. Estos estudios produjeron los primeros registros fotográficos de jaguares y jabalíes silvestres del país, a través del primer censo de jaguares desarrollado en las profundidades de los bosques del territorio Mayangna Sauni Bu. Estas investigaciones continuaron en las zonas de cacería y conservación del territorio Kipla Sait Tasbaika en los años 2007 y 2011, junto con las primeras evaluaciones de la estructura y dinámica del bosque natural de Bosawas, a través del establecimiento de Parcelas Permanentes de Muestreo.

A partir de esos inicios, el Programa de Conservación de Jaguares de WCS ha contenido una perspectiva de toda la región del Caribe nicaragüense, e implicando un esfuerzo de conservación de largo plazo. Por esa razón, en 2012, se desarrollaron evaluaciones de las Reservas Naturales del Macizo de Peñas Blancas, Cerro Cola Blanca y otras áreas de conectividad, desde Bosawas hacia la región costera del mar caribe.

Estas evaluaciones evidenciaron que para la conservación de la biodiversidad de Bosawas son importantes las áreas montañosas con bosques nubosos, porque contienen especies de plantas y aves adaptadas a vivir exclusivamente en bosques naturales de altura. Por esta razón, a inicios del año 2015, las instituciones WCS, MARENA, Ejército de Nicaragua, Policía Nacional y las comunidades indígenas de Mayangna Sauni Bas (MSBas) desarrollaron evaluaciones de aves, tipos de bosque natural y mamíferos en el Parque Nacional Cerro Saslaya y las cordilleras altas del territorio MSBas, que contienen algunas de las áreas naturales más espectaculares de toda la nación.

Esos estudios en Saslaya y Mayangna Sauni Bas, demostraron la relevancia que tiene la masa boscosa de Bosawas, porque contiene áreas de bosques naturales con bellezas escénicas de riachuelos, con saltos de agua majestuosos, bosques de nebliselva en regiones remotas, que aún constituyen el hogar de jaguares, pumas y tigrillos. Bosawas posee la particularidad de contener uno de los mejores remanentes montañosos de la cordillera Isabelia. Este conjunto natural le atribuye un enorme potencial turístico y científico, que podría ofrecer agradables experiencias únicas de la naturaleza y su vida silvestre durante varios días a los visitantes e investigadores.

Algunas de las áreas núcleo de Bosawas impresionan, porque entre las maravillas escénicas y misterios que se conservan, aún ocultan muy celosamente una sobresaliente riqueza de anfibios y reptiles. Según estudios desarrollados por el Dr. Gunther Köhler, investigadores de la Universidad de Florida de Estados Unidos y Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-León), en el Parque Nacional Cerro Saslaya se encuentra la “Salamandra de Saslaya” (Nototriton saslaya), que existe únicamente en esta área protegida nicaragüense, por lo que se identifica como una especie vulnerable a nivel mundial. Además señalan otras especies como la “Lombriz con patas” (Oedipina koehleri), que es otra especie de salamandra en peligro crítico, porque se conoce únicamente en la Reserva Natural Bosawas, o la “Salamandra lombriz” (Oedipina nica), que ha sido registrada en tres áreas protegidas del norte de Nicaragua, pero principalmente en las Reservas Naturales de Kilambé y Peñas Blancas, que también forman parte de Bosawas.

Además señalan una especie de “ranita de hojarasca” (Craugastor lauraster), que es conocida únicamente en algunas áreas de Bosawas y Honduras. Esta es otra especie que también se encuentra en peligro crítico. Todas estas especies dependen de las áreas núcleos de esa masa boscosa para su conservación a largo plazo. Sin embargo, estas especies solamente son una pequeña parte de los anfibios y reptiles de la reserva, donde han sido colectadas 107 especies, que representan el 46.7 % de la herpetofauna del territorio nacional. Esto pone en evidencia uno de los aspectos relevantes de los seres vivos de las áreas boscosas, constituidas como zonas núcleos de Bosawas.

Otros valores relevantes de biodiversidad de la Reserva de Biosfera de Bosawas son sus aves, donde según los datos colectados por el Zoológico de Saint Louis, la Sra. Liliana Chavarría-Duriaux y WCS existen al menos 368 especies, representando el 48.8 % de todas las aves del país. El mayor valor de especies de aves ha sido registrado en la región del Parque Nacional Cerro Saslaya y Mayangna Sauni Bas con aproximadamente 327 especies, que incluyen decenas de aves insustituibles por razones biológicas y ecológicas.

Algunas aves que sobresalen son el “Cuco hormiguero” (Neomorphus geoffroyi), o el gavilán “Cacao” (Ibycter americanus), que han sido escasamente registradas en Mesoamérica, y se conoce poco de estas especies. Entre las aves que habitan exclusivamente en los bosques nubosos está el “Quetzal” (Pharomachrus mocinno), que es endémico de los bosques nubosos de mesoamérica, el “Pájaro ranchero” (Procnias tricarunculatus), y la “Chachalaca negra” (Penelopina nigra). Entre las migratorias se encuentra la “Reinita alas doradas” (Vermivora chrysoptera). Otras especies de aves relevantes que están presentes en las áreas núcleo de Bosawás son conocidas como “pájaros hormigueros”, porque sus vidas están estrechamente relacionados con las hormigas, y que sólo pueden sobrevivir en bosques muy bien conservados y mayores a 100 hectáreas, entre estas especies se encuentran el “Formicario carinegro” (Formicarius analis) y el Hormiguero alifranjeado (Myrmornis torquata).aves

La reserva Bosawas constituye uno de los últimos reductos boscosos, donde es posible encontrar a todas las especies de mamíferos medianos y grandes que originalmente existían en toda la región del Caribe de Mesoamérica. Este grupo de fauna es especialmente importante, porque constituye uno de los mejores indicadores del buen estado de conservación a escala geográfica regional, incluyendo a grandes carnívoros como Jaguar (Panthera onca) y Puma (Puma concolor), o herbívoros como el Jabalí, también conocido como Chancho de monte (Tayassu pecari) y el Danto (Tapirus bairdii). La presencia de estas especies de fauna es clave a nivel ecosistémico, porque son piezas importantes dentro de los engranajes de los procesos ecológicos del bosque natural, como la herbivoria, polinización y dispersión de semillas, que moldea la estructura y dinámica de las poblaciones de plantas del bosque.

Según los datos de biodiversidad del STLZ y WCS, la sobresaliente riqueza de fauna silvestre de Bosawas se explica por la combinación de numerosos factores climáticos, pero también por elementos biológicos. Uno de los más importantes es la estructura y complejidad de la vegetación natural a lo largo de gradientes altitudinales, que van desde los 200 metros sobre el nivel del mar en los territorios indígenas, hasta arriba de los 1000 metros en varias áreas núcleo, pero que alcanzan su máxima altitud a los 1700 metros sobre el nivel del mar, en los picos más altos de la cordillera Isabelia, en áreas del Parque Nacional Cerro Saslaya y Reservas Naturales de Peñas Blancas y Kilambé.

Los estudios botánicos del Missouri Botanical Garden y los herbarios de la Universidad Centroamericana y la UNAN-León, durante los años 70´s y 80´s del siglo pasado, reportaron varias especies de plantas que a escala mundial habían sido registradas únicamente en esos bosques de altura. Esas plantas o animales que son señaladas con rangos de distribución restringida, usualmente se conocen como “especies endémicas”, y enfatizan la relevancia de alguna región geográfica, por contener especies “únicas” y exclusivas a nivel mundial, pero que requieren urgentes medidas para su conservación a largo plazo.

En este caso, el sitio web de “Tropicos” del Missouri Botanical Garden señala que las especies Croton nubigenus, Graffenrieda gentley, Justicia nicaraguensis, Lobelia zelayensis, Meliosma corymbosa y Meliosma nanarum han sido registradas en el Parque Nacional Cerro Saslaya, y son endémicas de la región norte de Nicaragua y Mesoamérica. De manera que la conservación de Bosawas es crítica para Lobelia zelayensis, Justicia nicaraguensis y Meliosma nanarum, porque se conoce que solamente ha sido registrada en estas áreas. Con las dos últimas especies restringidas a algunas áreas núcleo de Bosawas y Meliosma nanarum depende totalmente del Parque Nacional Cerro Saslaya, porque a escala mundial solamente ha sido colectada en esta área.

Algunas de las áreas núcleo aún se encuentran con extensos espacios de vegetación de bosques naturales muy complejos. Por esa razón, WCS está desarrollando un estudio de largo plazo de los bosques naturales de Bosawas, mediante el cual ha registrado de forma preliminar 306 especies de árboles en las áreas evaluadas. Sin embargo, aún queda mucho trabajo botánico por realizar, para conocer con mayor precisión la riqueza de plantas de esa masa boscosa, lo que aumentará el listado de plantas conocidas para esta región.

Los estudios de largo plazo de WCS han identificado las áreas núcleo de la reserva como algunos de los bosques con mayor riqueza de especies de árboles, y con mayor acumulación de biomasa del país. Esto es visible en la majestuosidad de gigantescos árboles, que como sólidas columnas de enormes catedrales sostienen el techo de vegetación del bosque, que puede alcanzar 40 o más metros de altura en el caso de algunos árboles centenarios.

Una gran cantidad de investigadores a nivel mundial han demostrado que el techo del bosque, también conocido como dosel, contiene diversas formas de vida, desde insectos, pasando por pequeños anfibios y reptiles, aves, murciélagos y pequeños mamíferos, todos adaptados a vivir en lo alto de los árboles. Este dosel está constituido por una compleja red de vegetación, incluyendo exuberantes orquídeas, bromelias, aráceas, helechos y otras familias vegetales, que se aglomeran en las ramas y troncos de los árboles, compitiendo por luz solar, humedad y sustratos adecuados que le ofrezcan nutrientes y sostén. El dosel contiene uno de los hábitats con la mayor riqueza y diversidad de especies vegetales, pero también constituye un campo poco conocido de los bosques tropicales.

A pesar de la relevante riqueza de especies de fauna y flora de las áreas núcleo de Bosawas, está enfrentando serias amenazas para su sobrevivencia a largo plazo, incluyendo cacería de la fauna silvestre, conflicto entre grandes felinos y comunitarios. Pero la principal amenaza es el cambio de uso del suelo de bosques naturales por áreas deforestadas por la acción humana, principalmente para la ganadería extensiva. Esto constituye una pérdida del patrimonio de la sociedad nicaragüense, a través de la destrucción de la biodiversidad, la riqueza cultural de las comunidades indígenas, el potencial productivo y las mejores oportunidades para el desarrollo socioeconómico.

Entre las áreas núcleo de Bosawas se encuentra el complejo montañoso de los cerros Saslaya y El Toro, que constituye la primera área protegida de Nicaragua. Esta fue establecida en 1971, con la categoría de Parque Nacional Cerro Saslaya, cuando formaba parte de una masa boscosa continua, que cubría la región norte de Nicaragua, y los bosques contenían todo el conjunto de especies de fauna silvestre característicos de la región.

Cerro Saslaya.

Cerro Saslaya.

Para confirmar la existencia de estos altos valores de biodiversidad del Parque Nacional Cerro Saslaya, un equipo multiinstitucional desarrolló evaluaciones de biodiversidad a inicios del año 2015. En esa ocasión se desarrollaron estudios de aves, mamíferos medianos y grandes, y bosques naturales dentro del área del macizo montañoso del Parque Nacional Cerro Saslaya, que incluye un área con más de 600km² y en el territorio Mayangna Sauni Bas con 432 km². Esta actividad fue desarrollada de manera conjunta por personal de la Secretaría Técnica de Bosawas (SETAB) del MARENA, Batallón Ecológico (BECO) del Ejército de Nicaragua, Policía Nacional, guardabosques locales y la Universidad de la Región Autónoma de la Costa Caribe de Nicaragua (URACCAN) Las Minas, Gobierno Territorial Indígena de Sikilta y biólogos del Programa de Conservación de Jaguares de WCS.

Además de desarrollar las evaluaciones de temas biológicos, esta actividad tuvo como objetivo capacitar y entrenar a miembros de esas instituciones, en la recolección de datos de campo de aves, mediante el uso de redes de niebla y conteo por puntos; sobre mamíferos, a través del uso de trampas cámaras y sobre el bosque, a través del establecimiento de Parcelas Permanentes de Muestreo de bosques naturales, para la evaluación de la estructura y el seguimiento de su dinámica a largo plazo.

En todas estas actividades fueron desarrollados detallados ejercicios prácticos de capacitación en el uso de hojas cartográficas, brújulas magnéticas y unidades de GPS, transfiriendo capacidades a esas instituciones locales, a fin de fortalecer sus acciones de conservación en las áreas núcleo de la Reserva de Biosfera de Bosawas.

Los investigadores participantes en esta actividad multiinstitucional resultaron impresionados por la riqueza de biodiversidad, con la existencia de especies raras y poco conocidas en otras regiones de Nicaragua, Mesoamérica y el mundo, el remanente del paisaje prístino de bosques naturales, y el potencial turístico de naturaleza y recreativo que ofrece el Parque Nacional Cerro Saslaya en las cascadas y pozas del río Labú.

* En colaboración con Wildlife Conservation Society.

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