Pizarro, el “narco patriota” tico
* Tenía un ejército privado de paramilitares que de alguna manera era tolerado por las autoridades costarricenses debido a que presuntamente los defendería de una “invasión” de Nicaragua, y los ascendía en grados por el apoyo que prestaban al narcotráfico.
Un “narco-patriota” de la peor ralea resultó ser Fabio Pizarro, exjefe de la Policía de Costa Rica durante el segundo periodo presidencial del neoliberal Oscar Arias, cargo que aprovechó para llegar a ocupar el cargo de “gerente” en Costa Rica del cártel de Sinaloa, el del “Chapo” Guzmán.
Pizarro además se burló de todos sus compatriotas, a quienes hizo creer que era un patriota que defendería a su país de presuntos ataques de Nicaragua ante las disputas territoriales, por lo que formó un ejército paramilitar denominado Frente Patriótico Defensa Nacional o Patrulla 1856.
En realidad, los reclutas de Pizarro eran tan narcos como él, y prueba de ello fue que al momento de ser capturados cuatro de ellos junto a su jefe en junio pasado, les encontraron diplomas del supuesto “Frente Patriótico”.
El despiste del exjefe policial para con la sociedad costarricense era excepcional. Hasta grados militares repartía en la zona montañosa donde presuntamente operaba con algún nivel de tolerancia de las autoridades de su país.
“En virtud de las facultades que le concede su estatus, se le confiere al señor Quesada Salvatierra el grado de Cabo, por haber aprobado la 1.a etapa de formación básica de infantería ‘Técnica de patrullaje y pruebas de valor’”, precisa uno de los títulos divulgado por las autoridades, firmado por Pizarro y donde se identifica como “comandante en jefe”.
Pizarro operó al menos unos diez años al servicio del “Chapo” Guzmán (actualmente preso en EU) y su cártel de Sinaloa. El Organismo de Investigación Policial (OIJ) se puso tras su pista desde 2009, cuando se le encontraron los primeros nexos con el narcotráfico, es decir, pasaron ocho ochos investigándolo.
Desde 2013, cuando formó su banda paramilitar para presuntamente atacar a Nicaragua, se convirtió en un objetivo de la Dirección de Inteligencia y Seguridad Nacional (DIS), es decir, hace cuatro años.
Quizás su condición de alto exdignatario de la Fuerza Pública y el hecho de que se movilizara en zonas montañosas y despobladas, dificultó que lo capturaran los dos cuerpos, uno judicial y otro de inteligencia, que andaban tras sus pasos.
Actualmente el OIJ busca afanosamente propiedades que pertenezcan al astuto capo costarricense.