Nuevos y viejos retos en el Día del Sida

Dr. Vicente Maltez Montiel*

Cada día primero de diciembre la Organización mundial de la salud y sectores afines hacemos un llamado a la conciencia pública contra la pandemia que constituye la principal causa de muerte en personas de 13-59 años de edad, con más de un millón de muertes anuales y 2.1 millones de nuevos diagnósticos de infección.

En el 2017 se levanta el lema “Mi Salud, Mi Derecho” a fin de movilizar a la Humanidad a luchar contra una epidemia destructiva que ha arrebatado más de 25 millones de vidas en treinta y seis años que lleva su detección, catalogada como una “nueva lepra”, originando rechazos, discriminaciones y ataques de todo tipo a enfermos, familiares y personal de salud.

El Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) tipo 1 es un retrovirus humano que infecta los Linfocitos T y otras células de defensa que tienen un marcador de superficie llamado CD4. Esta infección baja los niveles de linfocitos de la sangre CD4, así como las respuestas inflamatorias que nos protegen de agentes agresivos.

El resultado de la infección por VIH consiste en producir una caída de las defensas que es el Síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) que se va a manifestar en agresivas infecciones y tumores malignos. La situación es comparable a un país que no posee fuerzas militares de defensa, aduanas, seguridad sanitaria y otras autoridades lo que facilita la destrucción de antisociales.

La trasmisión de esta enfermedad continua siendo a través del contacto sexual sin la debida protección del preservativo o condón y por vía sanguínea, como ocurre en la mujer embarazada que infecta a su hijo en el vientre o los drogadictos que comparten jeringuillas.
En el mundo se diagnostican cada año 2.5 millones de nuevos casos, Nuestro país aporta la “cuota” de 1100 nuevos enfermos anuales lo que da el resultado de 11,708 personas que viven con el VIH-SIDA, de los cuales el 33.17 % (3,884) están recibiendo el Tratamiento antirretroviral. (TAR).

La epidemia no se detiene y hay que hacerla coincidir con la lucha que el mundo lleva a cabo de cumplir los llamados Objetivos del Milenio para el 2030. No hay un solo objetivo que no esté vinculado con los esfuerzos de salud pública de garantizarle el derecho a la salud para todos, eliminar la discriminación y todo tipo de desigualdades.

En especial se hace un llamado a recordar que estas metas de garantizar derechos universalmente reconocidos (ius cogens) deben cubrir y proteger siempre a quienes han sido tradicionalmente marginados como las trabajadoras sexuales, usuarios de drogas intravenosas, hombres que tienen sexo con hombres (HSH), prisioneros y migrantes de todo tipo.

El HIV-SIDA continua y continuará siendo un desgarrador tema de salud pública y social a nivel mundial por que en el mundo 36.7 millones lo padecen, de los cuales 18.2 millones reciben TAR, comparado con 7.5 millones en el 2010.

Las tareas de prevención continúan siendo de primer orden, la meta que en el año 2030 podamos tener Cero nuevas infecciones, cero discriminación y cero muertes.

Los médicos internistas de Nicaragua y el mundo nos sentimos comprometidos con estas metas.

* Médico Internista y Químico-Farmacéutico.