Insectos: en vez de veneno, salsa de tomate

Costa Rica invitó al entomólogo mexicano José Manuel Pino Moreno, de la Universidad Autónoma de México (UNAM), para que imparta un taller y una conferencia sobre los insectos que se pueden comer.

La Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), ha invitado al consumo de insectos, hábito beneficioso para la salud humana, la economía y el medio ambiente.

Sin embargo, al igual que en Nicaragua los prejuicios se imponen, pese a los cada vez más conocidos insectos provechos de lo que es considerado en otros países un alimento nutritivo por ser ricos en proteínas, aminoácidos, vitaminas, minerales y energía.

¿Cómo se deben comer? Como parte de una dieta balanceada que incluya frutas, verduras, legumbres, grasas, carbohidratos y proteínas de origen animal como carne, pescado, huevo y lácteos, según plantea el diario costarricense La Nación.

En México, dice el invitado a Costa Rica, tienen 555 especies de insectos rastreros, acuáticos y voladores en la lista “aprobada” por las distintas comunidades para ir a la cazuela.

En México forman parte de la tradición alimenticia desde la época prehispánica y es una práctica que sigue vigente especialmente en algunos estados. Además de ser nutritivos, los insectos tienen varias propiedades intrínsecas que los convierte en el grupo más numeroso y diverso del planeta: existen más de un millón de especies descritas en toda la Tierra.

Y se pueden comer con pan, en ensaladas, sopas, tacos, quesadillas, golosinas como helados, paletas y tortas (queques). Algunos se pueden comer incluso vivos. Actualmente existe un auge de la gastronomía basada en insectos y lo que antes era un alimento que consumían los indígenas ahora se convirtió en cocina gourmet.

¿Cuáles comer? Una forma placentera, por vengativa, sería entrarle primero a los zompopos, que tantos estragos causan en los cultivos y jardines de Nicaragua. Son enteramente comestibles y hemos visto perros que los ingieren por iniciativa propia.

Pero, bueno, el entomólogo azteca señala que algunos insectos son estacionales por lo que solo se consumen determinadas temporadas mientras que otros son de todo el año. Incluso los que son estacionales se pueden recolectar, almacenar y refrigerar para ofrecerlos al público en cualquier momento.

”Hay estados como Oaxaca que es típico encontrar chapulines (saltamontes) en los mercados, a tal punto que esos insectos se han convertido en un elemento de identidad. Lo mismo pasa con los jumiles (especie de chinche) en Taxco, Guerrero. También son populares las hormigas de maguey, gusano blanco, escamol (larvas de una hormiga), hormigas arrieras o chicatanas (zompopos), hormigas mieleras, avispas, abejas, entre otros”.

Creemos que sería bueno empezar también en Nicaragua a echarle el ojo a las hormigas, zompopos, langostas (chapulines) y demás bichos que a veces llegan a agobiarnos cuando se reproducen demasiado. En vez de echarles venenos, echémosles salta de tomate.