FAO recomienda transformaciones en caficultura
Siguiendo una solicitud del Gobierno de Nicaragua, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), lideró una misión técnica junto a reconocidas instituciones que dio como resultado una serie de recomendaciones, las cuales buscan transformar y desarrollar la actividad cafetalera del país.
La misión, que se llevó a cabo en 2013 y 2014, fue apoyada por investigadores del Catie (Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza), la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y la Organización Internacional del Café (OIC).
“La idea de la misión fue primero acercarse a la institucionalidad actual de Nicaragua para conocer la situación y los desafíos de la caficultura de ese país. Para luego, con base en un diagnóstico general, identificar alternativas muy concretas de corto y mediano plazo, así como las bases para una futura cooperación que de seguimiento al proceso”, explicó Elías de Melo, investigador del CATIE.
Entre los principales hallazgos se identificaron como puntos críticos, el tema de las variedades de café y de semillas, pues no existe en el país un control sobre la entrada, la distribución y el monitoreo de las variedades de café, lo cual ha generado múltiples dudas sobre su potencial.
En este sentido, la misión señaló la necesidad de establecer un Programa Nacional de Certificación de Semillas, así como una red de ensayos en todas las zonas cafetaleras para determinar el potencial de las variedades que están dentro del país, en relación a temas como productividad, cambio climático y resistencia a enfermedades.
Asimismo, se propuso la introducción de variedades potenciales que vengan de otros países, principalmente variedades que ya estén siendo validadas en Centroamérica. Estas nuevas variedades serían introducidas en una investigación para analizar su potencial en mínimo tres regiones de Nicaragua.
“Lo que se busca es confirmar cuáles son los materiales que están en el país que tienen potencial y cuáles nuevos materiales pueden aprovecharse”, añadió de Melo.
Otro de los desafíos encontrados fue el tema del cambio climático y la necesidad de ampliar las opciones de mercado; al respecto, se planteó la posibilidad de fortalecer la caficultura con café robusta, un café de zonas bajas y más adaptado a altas temperaturas.
Además, la misión determinó que actualmente no se brinda un adecuado manejo a las plantaciones de café, por lo que se recomendó capacitar a los productores para que implementen buenas prácticas agrícolas en sus plantaciones, garantizando cuatro aspectos clave: fortalecimiento de la nutrición de las plantas, manejo de suelos, elaboración de abonos, manejo de la sombra, manejo integrado de plagas y poda y deshije de los cafetos.
Por otra parte, se definió como una necesidad urgente el capacitar a investigadores, productores, técnicos y socios de cooperativas del sector cafetalero de una manera integral, y el fortalecer la institucionalidad del país a través de una comisión nacional, pues en este momento no hay una institución fuerte conduciendo la política cafetalera nicaragüense.
También, se sugirió que el país forme parte del Programa Cooperativo Regional para el Desarrollo Tecnológico y Modernización de la Caficultura (PROMECAFE) para fomentar la cooperación y realizar estudios especiales sobre zonificación ecológica y agroecológica para la producción de café.
Según de Melo, el CATIE podría aportar mucho en el tema de protocolos de investigación, en la formación de recursos humanos en todos los niveles y en la disponibilidad de materiales a través de su Colección Internacional de Café.
Se espera que con los resultados obtenidos la FAO elabore un proyecto de cooperación técnica para dar seguimiento al proceso, de manera que realmente se pueda llegar a la desea transformación del sector cafetalero nicaragüense.