Cinta tica basada en Nicaragua, aspira a Premio Oscar
Una película basada sobre una niña nicaragüense, hija de una pareja sandinista que viajó en misión conspirativa hacia Costa Rica durante los años 80 del siglo pasado, fue postulada para los Premios Oscar 2015.
Las autoridades de Cultura de Costa Rica anunciaron que “Princesas Rojas”, de la directora Laura Astorga, aspirará a los Premios Óscar en la categoría de mejor película extranjera.
Esta cinta es una coproducción con Venezuela, debido a la participación de Delfina Catalá como productora.
“Princesas Rojas” cuenta la historia de Claudia, una niña nicaragüense de 11 años, quien se tiene que trasladar a Costa Rica porque sus padres trabajan clandestinamente para la Revolución Sandinista en Nicaragua, explicó el Centro de Cine en un comunicado.
“Es una película que refleja la intimidad de lo político, desde el punto de vista de dos niñas (Claudia y su hermana Antonia), quienes viven los efectos colaterales de la guerra”, explicó.
Este largometraje ha obtenido dos premios en el mundo: mejor ópera prima en el Festival Internacional de Cine Latino de Los Ángeles (EE.UU) y mejor ópera prima en el Festival de Cine Latinoamericano y Caribeño de Margarita.
La designación estuvo a cargo del Consejo Nacional de Cinematografía, órgano rector del Centro Costarricense de Producción Cinematográfica del Ministerio de Cultura y Juventud.
Sobre la historia, Laura Astorga, cuyo padre parece ser de Nicaragua, aunque existe una nebulosa en torno a ello, señala que es bastante autobiográfica.
Claudia, el personaje de “Princesas rojas” es hija de una pareja que viajó a Costa Rica con la misión de crear un frente clandestino de apoyo a la revolución popular sandinista.
Ella y su hermana, viven la angustia de sus padres sin comprender apenas lo que ocurre porque ningún adulto les explica lo que está pasando, y por qué amanecen en otras casas, y por qué los adultos susurran y tienen miedo.
La niña fantasea con conformar un movimiento pionero secreto en la conservadora Costa Rica. Se integra al coro de la escuela para disimular su condición, y recluta a sus primas ricas intercambiando pines de Lenin por papeles perfumados de Hello Kitti.
Los pequeños pero ambiciosos planes de Claudia se ven interrumpidos cuando su madre traiciona al movimiento y se exilia a Miami. Claudia y sus hermanas se van a vivir donde sus primas. A su padre le toca limpiar su nombre de la traición aceptando una arriesgada misión.
La madre regresa para llevarse a las niñas. Claudia es obligada a dejar su misión, su escuela y a su padre que agoniza junto con el sueño revolucionario. En Miami les espera el temido sueño americano.