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Reviven pleito por presunto premio de lotería

Luis Urcuyo muestra una foto donde aparece con su abuelo, el efímero presidente.

Luis Urcuyo muestra una foto donde aparece con su abuelo, el efímero presidente. (Roberto Kontun).

La historia de un presunto premio de lotería por US$ 64,258.71 depositados en una cuenta de Citibank en Nicaragua por Francisco Urcuyo Maliaños, el títere que dejó el dictador Anastasio Somoza Debayle al huir del país, ha sido revivida por la congresista norteamericana Ileana Ros-Lehtinen.

El caso habría ocurrido hace 35 años y quien reclama el dinero es un nieto de Urcuyo Maliaños, que insiste en que le sea entregado el dinero que presuntamente le heredó su abuelo.

Ros-Lehtinen, una furibunda antisandinista de origen cubano, envió una carta al Servicio de Rentas Internas (IRS) solicitando que verifique si Citibank pagó impuestos sobre la cantidad, que provenía supuestamente de lo que el conocido en Nicaragua como “el tal Urcuyo” había ganado en la lotería.

Si bien la carta de Ros-Lehtinen al IRS es simplemente una solicitud de información, la acción agradó a Luis Urcuyo, nieto de Urcuyo Maliaños, porque ve la misiva como la primera expresión de interés oficial del gobierno de Estados Unidos sobre el tema.

La oficina de Ros-Lehtinen dice que la carta no está destinada a ayudar a Urcuyo a recuperar el dinero, sino sólo a obtener información de Citibank sobre los impuestos.

“Cada persona que representamos, que se acerca a nuestra oficina, se le presta atención y se le ayuda con sus problemas”, dijo un ayudante de Ros-Lehtinen en un mensaje de correo electrónico a el Nuevo Herald. “Su solicitud a nuestra oficina, como se indica en la carta, no es recuperar su dinero, sino preguntar si Citibank pagó impuestos sobre esos fondos”.

En la carta, Ros-Lehtinen detalla el interés de Luis Urcuyo.

“El Sr. Urcuyo explica que durante los años setenta, una cuenta que le pertenece, con $64,285.71, fue presuntamente confiscada por el gobierno sandinista”, dice la carta. “Dice que más tarde se determinó que los fondos no fueron incautados y que Citibank fue el responsable de la devolución de los depósitos. Sin embargo, la ley de prescripción no le permitió recuperar sus fondos.

“Concluye diciendo que agradecería enormemente la orientación que su agencia pudiera proporcionar con el fin de revisar la situación tributaria de Citibank en relación con el dinero de su familia”.

El IRS no ha dado respuesta a la carta, pero el hecho de que Ros-Lehtinen la escribiera revive el interés sobre un sesgo intrigante de la historia de Nicaragua.

Urcuyo Maliaños, que se convirtió en el último presidente de la era presandinista en Nicaragua después de que el dictador Anastasio Somoza huyera a Miami en julio de 1979, se ganó la lotería antes de la revolución y fue eso lo que luego depositó en su cuenta del Citibak en Managua, según Luis Urcuyo. En aquel entonces, Luis Urcuyo tenía 9 años de edad y estuvo junto a su abuelo en el bunker de Somoza antes de que los sandinistas tomaran el poder a la huida del dictador.

Cuando Urcuyo Maliaños huyó de Managua el 19 de julio de 1979, el día en que los guerrilleros sandinistas entraron triunfantes a la ciudad, no pudo retirar su dinero de la cuenta.

Sabía que sus propiedades serían confiscadas una vez que los sandinistas tomaran el control del gobierno. Pero esperaba que por lo menos su dinero de la lotería estaría a salvo, ya que lo había depositado en un banco extranjero con una reputación estelar, de acuerdo con Luis Urcuyo, quien vive en Key Biscayne.

Pero ese no fue el caso.

Semanas después de llegar a Guatemala, donde Urcuyo Maliaños se refugió, Citibank le notificó que los sandinistas se habían apoderado de su cuenta, según Luis Urcuyo.

Sin embargo, la familia Urcuyo más tarde llegó a la conclusión de que los sandinistas no habían incautado la cuenta en el Citibank, ya que nunca apareció esa acción en una lista de propiedades y cuentas bancarias confiscadas que se distribuyó después del triunfo de la revolución.

La familia demandó a Citibank en el tribunal federal de Miami.

Mientras que el jurado se puso del lado de la familia, el juez federal a cargo del caso en 1999 dictaminó en última instancia a favor del banco –a pesar de determinar también que el banco nunca entregó el dinero a los sandinistas.

El juez K. Michael Moore determinó que el caso no podía prosperar porque fue presentado después de la expiración de la limitación de seis años.

La familia Urcuyo también emprendió una acción legal en Nicaragua, donde el caso sigue pendiente.

Un portavoz de Citibank no pudo ser contactado para hacer comentarios. Pero una vocera del banco en Miami dijo hace dos años, cuando la primera información del caso se publicó en el Nuevo Herald, que no podía hacer comentarios porque el caso aún estaba activo en los tribunales de Managua.

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