En 65 años hemos perdido mitad de bosques
* El ritmo de la deforestación en Nicaragua es de unas 80 mil hectáreas al año. Hoy se intenta revertir la situación con proyectos de reforestación. En Honduras y Guatemala también se pierden entre 86 mil y 146 mil hectáreas al año
Los especialistas de medio ambiente lanzan una alerta para Nicaragua. El país pierde en promedio cada año unas 80.000 hectáreas de bosques y desde 1950 han desaparecido 3,7 millones de hectáreas boscosas. Las 8 millones de hectáreas que existían hace 65 años en el país se han reducido a 4,3 millones. Casi la mitad.
“Estamos sumamente preocupados por esta alarmante cifra que nos hace pensar en el futuro forestal de Nicaragua”, admitió el ambientalista Kamilo Lara, presidente del Foro Nacional de Reciclaje (Fonare), quien menciona entre las causas la acción de las mafias madereras, los incendios forestales y las plagas como la del gorgojo.
“Nicaragua ha consumido casi el 50 por ciento de sus bosques”, sostuvo Lara, quien también indicó que después del manejo adecuado de la basura, el uso de los recursos forestales es uno de los tensores más significativos para el país.
Se perciben efectos de estas pérdidas en la cadena alimenticia, los ecosistemas, ríos, lagunas y mares, e inclusive la calidad del agua subterránea, a causa de la sedimentación que se produce con el desmonte indiscriminado.
Por su parte, el científico Jaime Incer Barquero, presidente de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Sostenible (Fundenic-SOS), consideró que tres causas inciden en la pérdida de áreas forestadas: la destrucción del bosque tropical seco en el Pacífico debido a la expansión de la agricultura, los incendios forestales y el desmonte indiscriminado en los bosques naturales, con la desaparición de varias especies. A menudo, se usa la leña producida como combustible, lo cual agrava el problema.
Se señala, además, la invasión de colonos en las reservas Indio-Maíz y Bosawás. Cifras oficiales indican que la Reserva de Biosfera Bosawás ha perdido 970.81 kilómetros cuadrados de bosque en la zona núcleo, lo que equivale al 12%. Bosawás mide 19.926 kilómetros cuadrados y representa el 15.25% de la superficie total de Nicaragua.
La deforestación crea en Nicaragua suelos erosionados y un subsuelo contaminado, mientras que las aguas subterráneas están sometidas al uso de agroquímicos cada vez más agresivos, alertó Incer Barquero.
Para 2020, advirtió Lara, en el Occidente del país podrían existir algunos sitios desérticos, mientras que en el Caribe la frontera agrícola podría expandirse aún más. “En el Caribe la afectación a los humedales o manglares hace la diferencia, porque están en vías de extinción debido a la camaronicultura, la extracción de tintes, construcción de ranchos e incluso el uso doméstico en forma de leña; estos ecosistemas son muy vulnerables. El 60% de la vida marina tiene su origen en los manglares”, manifestó Lara.
Los expertos indican que el proceso produce alteraciones climáticas. Las zonas deforestadas se vuelven secas y más calientes en verano, al tiempo que disminuyen las lluvias en invierno.
Las autoridades públicas apuntan a ejecutar un plan para reducir en un 20% la deforestación. En 2013 se hicieron campañas de reforestación, con una meta de 6 millones de árboles plantados. En 2014 fue de 11 millones y para este año se tiene contemplado plantar 20 millones”, entre el Estado y la empresas privadas. Desde 2011 se constata un menor ritmo (-9,6%) de la deforestación.
En otros países centroamericanos también hay preocupación por la deforestación. En Honduras se pierden 86.000 hectáreas al año, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), mientras que el último informe del Instituto Nacional de Bosques, de Guatemala, señala la deforestación de 146.000 hectáreas.
Fuente: Revista Ciudad Nueva, www.ciudadnueva.org.ar