Armas siembran muerte y dolor en Centroamérica

El aumento de la violencia armada en Centroamérica –algo que no existe en Nicaragua-, provoca miles de muertes y deja a un número importante de sobrevivientes con discapacidades, un hecho que marca la vida de las personas, reconoció este miércoles en entrevista con Xinhua el guatemalteco Alex Gálvez, víctima del uso inadecuado armas.

Alex, de 39 años, es tetrapléjico desde que era un niño; una bala sin control lo dejó sin poder caminar jamás.

Ahora, preside la Fundación Transición, y participa desde esta semana, y a nombre de muchas víctimas como él, en la Primera Conferencia de los Estados Partes (1CEP) del Tratado sobre el Comercio de Armas (ATT por sus siglas en inglés) que se desarrolla desde el lunes en el paradisíaco balneario de Cancún, Quintana Roo.

“Lo que está pasando en la región con el aumento de la violencia armada, principalmente en Guatemala, es una situación alarmante, y por eso es nuestro interés como sociedad civil de asistir a este encuentro, en el que determinarán los mecanismos necesarios para que este Tratado se aplique y funcione correctamente”, explicó Gálvez a esta agencia informativa.

En el marco del desarrollo de la 1CEP, el activista centroamericano ha expuesto y propuesto a los representantes de 121 países, organizaciones internacionales, regionales y civiles, así como académicos y responsables de la industria de armas, la necesidad de desarrollar un instrumento jurídico vinculante que permita aplicar al ATT.

“Yo creo que la participación de los sobrevivientes de la violencia armada en este foro y su proceso es crucial, porque yo he vivido en carne propia que no hay control de esas armas, y creo que al igual que yo, hay otras muchas personas en todo el mundo que quisieran ver que se está haciendo algo a este nivel, porque una cosa es lo que se hace a nivel local, de cada país, y otro en términos multilaterales”, aseveró.

Uno de los legados de ese sangriento conflicto es la violencia armada tanto doméstica como en la calle, ahondó a Xinhua. “Casi 4.500 guatemaltecos murieron violentamente al año y, de ellos, ocho de cada 10 perdieron sus vidas a causa de disparos, mientras que 12 sobreviven pero ahora son discapacitados.

Gálvez, a través de la Fundación Transición, ofrece educación para los discapacitados en su país, en Centroamérica y en Estados Unidos.

De acuerdo con cifras de la Organización de Naciones Unidas, se estima que hay por lo menos 1,5 millones de armas ilegales en Guatemala, lo que lo convierte en el país más fuertemente armado de Centroamérica.

“Guatemala, El Salvador y Honduras somos de los países con más crimen en la región, eso es algo abrumador”, lamentó, al añadir que sumado a ello está “el aumento de armas relacionado con el narcotráfico, en el que entra México.

“Siempre estamos haciendo una comparación de las armas y drogas. En México, que somos vecinos, ya sabemos lo que sucede: las armas bajan y las drogas suben al norte”, añadió.

De acuerdo con Gálvez, si bien es cierto que aunque hay más de 70 organizaciones civiles a nivel mundial en contra del desarme, también, dijo, existen otras que están a favor de las armas, pero “son minoría”.

Sin embargo, añadió, “lo importante es el reconocimiento de los gobiernos de que se requiere un acuerdo multilateral para controlar el comercio de armas, y evitar con ello que se pierdan, se conviertan en armas ilegales y dañen a la sociedad”.

La Primera Conferencia de los Estados Partes culminará el próximo jueves, día en el que se espera que los participantes presenten un resumen sobre las principales decisiones que deberán adoptarse de conformidad con el tratado.

Dichas decisiones incluyen el reglamento de las conferencias de Estados Parte, el formato de los informes nacionales, así como el mandato y la configuración de la secretaría permanente del ATT y su reglamento financiero.

El Tratado es el primer instrumento internacional jurídicamente vinculante que regula el comercio de armas convencionales y establece un marco jurídico de responsabilidad y transparencia en las transferencias internacionales de estas armas.

Cuenta con 71 Estados parte y 130 Estados signatarios; México ha sido uno de sus principales promotores y ratificó dicho acuerdo el 25 de septiembre de 2013, un día después de su aprobación en la Asamblea General de la ONU.

“Me gustaría que otras víctimas como yo, o de las madres de las personas de desaparecidos o muertas a causa de la violencia armada, participen en el proceso de este Tratado”, finalizó Gálvez.