País más peligroso del mundo es nuestro vecino
* El Salvador, uno de los vecinos más cercanos a Nicaragua, es actualmente por sus estadísticas cel país más temido del mundo. No le llegan siquiera naciones afectadas por grupos terroristas.
El país con los índices de violencia y homicidios más altos del mundo no se encuentra en Medio Oriente, como muchos pensarían. Se trata de una pequeña nación centroamericana de 21.000 kilómetros cuadrados y poco más de 6.1 millones de habitantes.
El terror desatado por las violentas Maras Salvatrucha y Barrio 18 en El salvador hace que decenas de miles de salvadoreños abandonen su país camino a países como Estados Unidos, Nicaragua, México, Costa Rica o Panamá. Secuestros, extorsiones, robos violentos y asesinatos son pan de cada día en “el pulgarcito de Centroamérica”, como se le conoce a este país, que ha visto partir a cerca de 2.5 millones de ciudadanos hacia otros lugares, buscando una mejor vida, o simplemente para escapar de la violencia.
Un istmo golpeado por la violencia
Si bien las maras se formaron en Estados Unidos, llegaron a Centroamérica para quedarse. Canadá, México, Guatemala, Honduras, Belice y El Salvador están sumidos desde la década de los 80 en una situación difícil. Solamente Nicaragua, Costa Rica y Panamá han logrado mantenerse al margen de estos grupos criminales organizados, sin embargo se han detectado brotes en Perú, Chile y Argentina, fracasados en sus intentos por establecerse.
En el año 2015 se registraron 104 homicidios por cada 100.000 habitantes en El Salvador, lo cual representa un aumento de 67% en relación a las cifras de 2014. Esto convierte a este país en el más peligroso del mundo entre los que no están en guerra, señala el periodista Andrew Buncombe para RT. Solamente entre el 1 de enero y el 18 de marzo de 2016 sucedieron 2.555 casos de muertes por asesinato o que estuvieron directamente involucradas en situaciones de violencia. El 22% de las víctimas tenían entre 15 y 19 años y el 20% eran jóvenes de entre 20 y 24 años.
Según Buncombe, los entes gubernamentales a menudo han sido acusadas de de llevar acabo acciones extrajudiciales y de actuar de forma impune. El años pasado el defensor de los Derechos Humanos del país, David Morales, investigó dos casos en que agentes policiales actuaron fuera de la ley.
Las actividades lucrativas de las maras con la venta de armas y drogas, aunque también extorsionan a comerciales y empresas, cobran “peajes” a personas para entrar y salir de sus barrios y realizan secuestros. Solamente en Estados Unidos, la Mara Salvatrucha cuenta con unos 70.000 integrantes, y la Barrio 18 (o M-18) tiene unos 50.000, según Insight Crime.
Se distinguen por tatuajes en sus rostros, como la famosa “lágrima negra” en sus mejillas, además de tatuarse el nombre de su pandilla en la frente o cuello. Tienen lenguajes secretos distintos en cada pandilla para poder comunicarse sin posibilidad de que los mensajes sean detectados por las autoridades o pandillas rivales.