El derecho a escuchar bien
* Hoy se conmemora el Día Internacional de la Conciencia Respecto al Ruido
Dr. Vicente Maltez Montiel (*)
Durante diecisiete años consecutivos, el último miércoles de abril se conmemora en el mundo el
“Día Internacional de la Conciencia Respecto al Ruido”, con el propósito de promover el derecho a un medio ambiente sonoro saludable que no perjudique la calidad de vida individual o colectiva de las personas.
Es una referencia obligada reconocer y felicitar el trabajo persistente que ha venido desarrollando en nuestro país la doctora Doraldina Zeledón Úbeda, quien es catedrática, comunicadora, jurista y autora del libro “Derecho a un ambiente sonoro saludable, garantías jurídicas” (Ediciones EDIGRAPSA, 1ª. Edición, Managua, 2005) que según expertos internacionales como Federico Miyara, “es una obra de aplicación universal”.
En el tercer capítulo del profundo trabajo de Doraldina se aborda la contaminación acústica y se define que “el ruido es un sonido no deseado”. Recuerda la autora que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en su Convenio 148, ha dejado claro que se entenderá por ruido “Cualquier sonido que pueda provocar una pérdida de audición o ser nocivo para la salud o entrañar cualquier otro tipo de peligro”.
El umbral de audición es cuando comenzamos a oír sonidos y se produce dolor en los oídos al llegar éstre a 120 decibeles o más. Después de los 85 decibeles se deben usar protectores auditivos.
Las fuentes de la contaminación acústica pueden ser variadas y se clasifican de acuerdo a su origen: fijas como industrias, discotecas, talleres, oficinas, restaurantes.
Las fuentes móviles son aquellas que se trasladan geográficamente, como los diferentes medios de transporte terrestre, aéreo, acuático, etc.
Otras fuentes son viviendas en las cuales hay equipos de sonido, animales, reparaciones, gritos, portazos, las aglomeraciones de personas con motivos políticos, religiosos (las tradicionalmente escandalosas iglesias evangélicas), festivos, comerciales y otros.
La importancia médico-social del ruido tiene que ver con los diversos efectos que es capaz de producir, que según la OMS pueden resumirse en:
• Pérdida de la audición.
• Interferencia de la comunicación oral.
• Trastornos del sueño y el reposo.
• Problemas cardiovasculares como el desarrollo de hipertensión arterial y enfermedades del corazón.
• Efectos fisiológicos o del funcionamiento interno y de la condición psicológica.
• Alteraciones del rendimiento intelectual y de la capacidad de adquirir nuevos conocimientos, de especial importancia en los niños pequeños.
• Creación de hostilidad y agresividad social.
El ruido en el mundo del trabajo
En un país como Estados Unidos se considera que un cálculo conservador es que hay unos 25 millones de trabajadores expuestos “a valores posiblemente riesgosos de ruido en su trabajo”, en especial en el ambiente industrial.
El excesivo y prolongado ruido en el puesto de trabajo es capaz de desencadenar enfermedades profesionales como estrés crónico, cefaleas, trastornos del sueño, presión alta, enfermedades del corazón, y ante todo accidentes laborales, algunos de ellos con resultados fatales. En nuestro país se han llegado a producir en un año no menos de 11,000 accidentes laborales, ¿Cuántos de ellos en puestos de trabajo ruidosos?
Todo trabajador que inicia a laborar en una industria considerada “ruidosa” debe tener una medición de su capacidad auditiva (audiometría) basal o inicial y después, a través de los controles anuales, se podrá establecer si ha aparecido disminución de la audición o hipoacusia traumática.
Llamo la atención al hecho de que el médico de la empresa y los sindicatos, (Comité de seguridad ocupacional) deberán darle seguimiento a la aparición de los efectos nocivos del ruido sobre la capacidad auditiva que se expresa por dolor en oídos, salida de líquido o exudado por los oídos, ruidos o tinitus persistentes, dificultad para oír de aparición reciente, sensación de que “tiene como ocupados o llenos los oídos” y presencia de cuerpos extraños en los oídos.
Si tuviéramos dudas sobre si estamos frente a niveles dañinos de ruidos convendría guiarse por la experiencia de expertos norteamericanos (Secretos de la medicina del trabajo, de R Bowler y J. Cone, Mcgraw Hill Editores, México, 2000) que establece lo siguiente:
“Una regla general valiosa ayuda a determinar si existen valores de ruido posiblemente riesgosas en un puesto de trabajo: cuando es necesario gritar a una persona que está a un metro de distancia o menos para ser escuchado, el nivel de ruido en el ambiente probablemente es de 85 decibeles o más”.
El uso de la debida protección contra el ruido tendrá los efectos benéficos de reducir el estrés general, menor fatiga, ausencia de entumecimiento auditivo y de tinitus (zumbidos) después del turno laboral.
Prevención y control del ruido
Zeledón Úbeda en su intenso trabajo a favor de promover un medio ambiente sonoro saludable como un derecho humano fundamental, propone el ordenamiento territorial asociado a otras medidas como el aislamiento acústico del equipo ruidoso, el acondicionamiento acústico de los locales y el apantallamiento.
Además propone la educación ambiental y el cumplimiento del conjunto de normas legales existentes, entre los cuales se encuentran desde la Constitución Política vigente, el Código del Trabajo y los convenios internacionales suscritos por nuestro país (OIT, OMS, OPS y otros), así como el código penal y ley ambiental, entre otros.
Para los médicos internistas y la medicina en general, será siempre obligatorio considerar el factor o factores adversos provenientes del trabajo en la salud de nuestros pacientes. El trabajo “puede ser un digno laurel” siempre y cuando sea decente.
(*) Especialista en Medicina Interna, autor del libro “Larga vida y prosperidad, consejos de salud”.
Clínica Calle principal de Altamira, frente a la CECA, Managua. Teléf. 22780830 y 22670151.
maltezvic@hotmail.com