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Nueva extravagancia de famosas: comer placentas

La modelo y actriz Kim Kardashian está interesada en comer placenta.

* Aunque no es una práctica nueva, en el último tiempo muchas célebres lo practican convencidas de que las ayudará en su recuperación posparto o incluso las rejuvenecerá

M. Francisca Prieto
Emol

En 2006, el actor Tom Cruise anunciaba que tras el nacimiento de su hija Suri se daría un gran banquete, cuyo plato principal sería bastante singular. “Me voy a comer el cordón umbilical y la placenta. Creo que debe ser buena, muy nutritiva”, sostuvo en esa oportunidad a la revista GQ. Y aunque poco después el actor aclaró que en realidad sus dichos eran una broma, lo cierto es que en el último tiempo varias celebridades han dicho que piensan practicar la placentofagia tras dar a luz.

Un ejemplo es la ex conejita Playboy Holly Madison, quien en febrero pasado afirmó que evaluaba comerse la placenta luego de que su hija Rainbow Aurora naciera. “Estoy planeando convertir mi placenta en cápsulas que pueda tomar después de dar a luz”, anunció en su blog.

Y más recientemente, en el primer capítulo de la nueva temporada del programa “Keeping Up with the Kardashians” que comenzó a principios de junio, Kim Kardashian le preguntó a un quiropráctico si conocía a alguien que se hubiera comido su placenta.

“Sé que suena horrible, pero realmente quiero hacerlo (…) He oído que te ves tan joven y pienso que puede ser mi fuente de la juventud”, señaló la modelo y actriz.

Tras escuchar estas declaraciones, Manny Álvarez, editor de los temas de salud de Fox News, publicó una columna en ese medio titulada “Querida Kim Kardashian, lee esto antes de comer tu placenta”. Allí el médico afirma que la placentofagia es una tendencia que va en aumento entre las nuevas madres.

“La creciente popularidad de este fenómeno tiene que ver con la creencia de que consumir la placenta puede ofrecer a la nueva madre beneficios para su salud, a pesar de que no existen estudios científicos que respalden estas afirmaciones”, señala Álvarez, quien es presidente del departamento de Ginecología y Obstetricia y Ciencia Reproductiva en el centro médico de la Universidad Hackensack de Nueva Jersey, y además profesor adjunto de la misma área en la escuela de medicina de la Universidad de Nueva York.

De hecho, en internet existen un sinnúmero de páginas que destacan los supuestos beneficios de la placenta. Una de ellas es Brooklyn Placenta Services, cuya dueña, Jennifer Mayer, asegura que consumirla previene el “Baby blues” y la depresión posparto; aumenta la producción de leche; acelera la recuperación después de dar a luz; aumenta los niveles de energía de la madre y provee una sensación de bienestar general.

Los productos que ofrece Brooklyn Placenta Services son bastante amplios y entre ellos por supuesto están las cápsulas elaboradas con el órgano. Para fabricarlas, Mayer utiliza una técnica inspirada en la medicina tradicional china. Prepara la placenta al vapor y le añade ají jalapeño, limón y jengibre para facilitar su digestión y ayudar a que quien la consuma entre en calor. “Las madres que toman cápsulas elaboradas con el método tradicional dicen que tienen un efecto tonificante y energético”, dice en su sitio.

Mayer también elabora cápsulas siguiendo los principios de la dieta cruda. De esta manera -dice- se logra retener más vitaminas y enzimas beneficiosas. “Las madres que toman estas cápsulas experimentan altos impulsos de energía, con efectos casi inmediatos”, sostiene.

Por su parte, el sitio Placentera señala que otro producto que se puede fabricar usando el órgano es la tintura de placenta, la cual sería particularmente útil para la menopausia. “Las hormonas conservadas en la tintura no sólo son orgánicas (no son de laboratorios ni provenientes de animales) sino idénticas a las de la madre, fabricadas por su cuerpo en su propia medida, por ello se considera una terapia de reintegración hormonal orgánica y holística”, asegura la página.

Y para las mujeres a las que no les agrada mucho la idea de comerse su propia placenta, está la alternativa de usarla como abono, tal como ocurre en otras culturas. Según Placentera, la forma correcta de hacerlo es enterrar la placenta bien profundo y luego plantar un árbol frutal encima de ella, pero evitando que las raíces y el órgano se toquen. “Con el tiempo, la placenta se irá degradando y nutriendo la tierra de la que la planta absorberá todos los nutrientes. Cuando la planta dé frutos, éstos alimentarán y cerrarán un ciclo de nutrición y comunión. Además, el crecimiento de la planta simbolizará el del bebé”, sostiene.

Riesgo de infecciones

En su columna en Fox News, Manny Álvarez recuerda que la placenta siempre ha sido considerada un “material de riesgo biológico”, ya que al ser un tejido humano, puede transmitir infecciones. Algo en lo que coincide el doctor Enrique Oyarzún, de la división de Obstetricia y Ginecología de la Pontifica Universidad Católica de Chile, quien resalta que “hay partos con infecciones ovulares y ahí la placenta está infectada con gérmenes”.

El médico agrega que en la actualidad el órgano se desecha en una caja especial donde van productos que son cremados. “Entonces, si de pronto todas las pacientes empezaran a pedirla, eso obligaría a normas de asepsia y antisepsia que hoy no se toman. Si una paciente en el año la pide, no va a pasar nada, pero si la piden diez pacientes diarias, habría que crear una norma que no existe”, explica.

Oyarzún indica que hasta ahora no ha tenido que atender a ninguna paciente que le haya pedido su placenta para consumirla. “Ahora, si alguien lo hiciera, no tendría por qué negarme en principio, porque tampoco hay demostración de que eso le vaya a producir algo especial”, dice. Sin embargo, destaca que el tema debe ser tomado con prudencia, porque si el pedir llevarse la placenta comienza a hacerse una costumbre, “ahí se generaría un problema”.

Algo similar a lo que ocurre en Estados Unidos, donde según Manny Álvarez, muchos hospitales están buscando la forma de manejar a las pacientes que piden llevarse la placenta a su casa.

Pero, ¿cuál es la recomendación que el doctor le hace finalmente a Kim Kardashian?, de seguro te preguntarás. Aquí está: “Si quieres comerte tu placenta porque crees en sus supuestos beneficios para la salud, sigue adelante. Sólo ten en cuenta que este material tiene que ser manejado con cuidado y que tienes que proteger a quienes te rodean de la exposición a cualquier residuo de tejido que pueda resultar inadecuado para el consumo”.

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