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“Enviado especial” a China contra canal nica

Wang jing y Ronald MacLean-Abaroa, dos de los blancos de El Espectador.

Wang jing y Ronald MacLean-Abaroa, dos de los blancos de El Espectador.

El diario El Espectador, de Colombia, tiene un “enviado especial” en Beijing, China, que investiga todo lo relacionado al canal interoceánico que pretende construir Nicaragua. Una nota publicada este miércoles, busca descalificar el megaproyecto.

Durante el litigio entre Nicaragua y Colombia tras el fallo de La Haya en noviembre de 2012, los medios de comunicación colombianos se plegaron totalmente al gobierno de Juan Manuel Santos, y hasta se dividieron las áreas de ataque en contra de nuestro país.

“El canal de Nicaragua, que competiría con el de Panamá, se ha convertido en uno de los proyectos banderas del presidente Daniel Ortega. Sin embargo, entre más se indaga en este tema, más son las preguntas incómodas”, señala ahora el periodista de El Espectador.

“Nuestro objetivo es contribuir al progreso de las civilizaciones mundiales. ¡Xinwei está haciendo historia! ¡Xinwei será una leyenda!”, anuncia el empresario chino Wang Jing en la página web de su compañía de equipos para redes e informática. Sin embargo, la empresa de su propiedad que ambiciona hacer historia no es Xinwei, sino HKND, o Hong Kong Nicaragua Development, que ya es famosa porque pretende construir un canal interoceánico en Nicaragua.

El periodista colombiano la emprende en contra de Wang Jing, de 42 años, a quien llama “el loco del canal” y de quien asegura es un enigma hasta en la misma China, y su gobierno no sólo no lo respalda, sino que ha lanzado advertencias sobre el proyecto.

A continuación endereza sus baterías contra el vocero de la empresa, el ex alto funcionario boliviano Ronald MacLean-Abaroa, de 65 años, quien “fue llamado en 2010 para rendir una declaración en Bolivia por una investigación en su contra y jamás se presentó”.

MacLean-Abaroa se ha defendido señalando que es perseguido injustamente en su país, lo que es resaltado por El Espectador señalando “que si es cierto, resulta irónico que el vocero de uno de los proyectos más ambiciosos de Daniel Ortega sea un perseguido político del socialismo del siglo XXI”.

Señala después que el gobierno nicaragüense no ha podido dar cuenta de por qué no hubo una licitación para adjudicar la obra de infraestructura más grande de su historia, ni por qué le otorgó esta concesión a una empresa que no tiene mayor experiencia en ingeniería.

“Y cuarto”, dice, “nadie en HKND ha querido explicar de dónde van a salir los US$50.000 millones que se necesitan para financiar la megaconstrucción”.

“Hemos escrito sobre él, pero nunca hemos podido conocer su trasfondo. El hombre es un misterio”, nos dijo un periodista de un diario financiero de China hace poco más de un mes.

“En la prensa china Wang tiene el apodo de ‘el loco del canal’. Nació en diciembre de 1972 en Pekín y estudió finanzas y administración en Hong Kong. Figura como propietario de más de 20 empresas, entre ellas Skyrizon Aircraft Holdings, la ya mencionada Xinwei, una minera de oro y minerales preciosos en Camboya llamada Southeast Asia (Cambodia) Agriculture Development Group Inc., y 13 empresas relacionadas con el proyecto del canal de Nicaragua y creadas en Hong Kong, Holanda y las Islas Caimán.

“No le gusta hablar de su familia y ha dicho que ningún miembro de ella ha estado ligado al gobierno. Él mismo ha insistido en que ni él ni su proyecto han estado vinculados al gobierno de China.

“El gobierno chino ha dicho lo mismo en varias ocasiones. Según medios de ese país, el Ministerio de Comercio de China publicó una advertencia de riesgo en 2012, diciendo que China no tenía relaciones diplomáticas con Nicaragua y que el proyecto podría generar una disputa con Costa Rica. También les recordó a las compañías chinas que no participaran en el proyecto. La Cancillería, a su vez, ha insistido en que el gobierno no respalda a esta empresa”, señala El Espectador.

Agrega que si no tiene el respaldo del gobierno de China, pues tampoco tiene su dinero, y el proyecto cuesta US$50.000 millones. En una entrevista con Reuters, Wang Jing dijo que reuniría el dinero a través de esquemas de propiedad compartida, préstamos bancarios y emisión de deuda.

Es decir, que en buena medida se trata de acudir a promesas y a obligaciones financieras. Sin embargo, Wang tiene músculo financiero en el papel, pues de todas formas es uno de los hombres más ricos del país si medimos sus activos (ocupó el puesto 22 en el ranquin New Fortune 500 de 2013). También según Reuters, Xugong Group Construction Machinery Co., una de las empresas de construcción más grandes de China, compraría entre 1,5% y 3% de las acciones compartidas.

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