Mi verano en Nicaragua
Kelly Ruscoe
Este verano pasé diez semanas increíbles en uno de los países más hermosos del mundo, Nicaragua. Viajé a Nicaragua con Raleigh ICS, un programa financiado por el gobierno británico que da la oportunidad a los jóvenes entre las edades de 18 y 25 a ver otra parte del mundo- una parte del mundo donde existe otro tipo de pobreza, y a ayudar a combatir esta pobreza en varias comunidades en el país.
Me pusieron en el grupo Charlie 7 en la comunidad de Santa Rosa en un proyecto llamado WASH (agua y saneamiento). Santa Rosa se encuentra en el norte de Nicaragua cerca de la cuidad de Somoto y de la frontera con Honduras. Es una comunidad bastante grande, dividida en 4 sectores diferentes y con una población de aproximadamente 900 personas.
Nos alojamos con familias de allí y pasamos nuestras horas libres con ellos. La familia con la que me alojé era enorme y eran unas de las personas más simpáticas que haya conocido en mi vida. Me llevaba muy bien con mi mamá adoptiva, Jazmina, y siempre jugaba con mis 3 hermanos, Ariana, Lupita y Robertito. Llegué a sentirme como un verdadero miembro de la familia. Por eso quiero mantenerme en contacto con ellos y visitarlos de nuevo en el futuro.
Lo más importante de mi estadía en Nicaragua eran las metas del proyecto, porque estábamos viviendo en una comunidad muy pobre cuya única fuente de agua son los pozos. A grandes rasgos, nuestra meta era, al ser el primer grupo de Raleigh en Santa Rosa, empezar a cambiar los hábitos de la gente en cuanto al uso de agua y a la higiene personal, para que se usara el agua más eficazmente y que se cambiaran las costumbres de la higiene a través de las generaciones. Pero también las metas más puntuales se dividían en varias secciones distintas: investigación acción, educación joven a joven, concientización, capacitación e infraestructura. Nuestro proyecto en Santa Rosa tuvo mucho éxito, ya que logramos nuestras metas y más, con la ayuda de nuestra organización hermana, la INPRHU.
Para la investigación acción realizamos 60 encuestas de línea-base para informarnos de las necesidades básicas de la comunidad. Esto permitirá que Raleigh e INPRHU hagan proyectos futuros más puntuales hacia los problemas que existen allá. También llevamos a cabo un grupo focal de mujeres para monitorizar nuestro progreso y el impacto que estábamos teniendo en la gente y su higiene personal.
La educación joven a joven consiste en clases de inglés que damos a la comunidad durante los fines de semana, como una actividad divertida para conocer a los miembros de la comunidad en un ambiente diferente.
La concientización, desde mi punto de vista, es la sección más importante del proyecto de Raleigh. Principalmente realizamos días de acción en cuales enseñamos a los lugareños como cuidarse la higiene personal, entre otros temas. Aunque parezca una tarea simple, en el largo plazo, puede salvar cientos de vida, ya que reducirá muchas enfermedades. En total hicimos 6 días de acción con temas como lavarse las manos, cómo hacer un ‘tippy-tap’ y la reforestación- con un rango de actividades para ambos niños y adultos. Todos disfrutaban de los días, incluyéndonos a nosotros, y aun empezamos a notar cambios sutiles en la manera de cuidarse de los lugareños.
La capacitación fue, también, de importancia particular porque hace que los miembros de la comunidad puedan continuar con el trabajo que estábamos haciendo nosotros. Creamos un CAPS, un comité de agua potable y saneamiento, con personas de cada sector de la comunidad. Este comité trabajará junto con las personas de la comunidad para resolver algunos problemas que podrían ocurrir con los pozos comunales. Cuando dejamos Santa Rosa, el comité estaba en el proceso de legalización, pero no dudo que recibirá más apoyo cuando el próximo grupo de Raleigh llegue en Santa Rosa en octubre.
Desde el punto de vista de la infraestructura sobrepasamos nuestras metas. Queríamos construir baños alrededor de 3 pozos diferentes junto con lavanderos y filtros para que las aguas grises no contaminaran el agua de los mantos acuíferos. Logramos construir estos baños y pintarlos en nuestra última semana. Además, junto con INPRHU, completamos trabajo en un pozo en el sector más remoto de la comunidad, Salamar. Antes de que llegáramos, el pozo estaba en mala condición ya que el agua estaba muy contaminada, cosa que causó muchas enfermedades. Esperamos que la calidad del agua mejore como resultado de nuestro trabajo y que reduzca el número de enfermedades en Salamar.
Sobre todo creemos que tuvimos un impacto muy positivo en Santa Rosa, con el trabajo que hicimos y también con el relacionamiento con los miembros de la comunidad, ya que juntamos los sectores de la comunidad que antes estaban segregados.
Cada miembro de Charlie 7 hizo amigos nuevos y ganó una nueva familia. Ayudamos una comunidad muy pobre a empezar el proceso de mejorar la situación con el agua, y también nos divertimos mucho. Todos queremos regresar a Santa Rosa algún día para ver a nuestros familias, amigos y el impacto que tuvimos en la comunidad.