Cotizada banda de sicarios asesinó a Facundo Cabral

El trovador argentino Facundo Cabral fue asesinado por una banda de sicarios que era liderada por un ex militar, según han revelado las investigaciones de la policía guatemalteca.

Se trata, según publica el diario Prensa Libre de Guatemala, de una de las bandas más cotizadas del país centroamericano.

El ex militar que encabezaba el grupo criminal ha sido identificado como Juan Hernández Sánchez, quien disparó al sitio donde viajaba el cantautor argentino asesinado en julio pasado. La fiscalía guatemalteca investiga la responsabilidad de la banda en al menos veinte crímenes más.

Hernández Sánchez formó parte del Estado Mayor Presidencial entre 1987 y 1991. Siendo sargento segundo especialista fue dado de baja por faltas graves.

Banda de ocho miembros

El exmilitar dirigía una banda integrada por ocho sujetos, de los que uno sigue prófugo, todos sindicados de asesinato, conspiración para cometer asesinato, asociación ilícita, asociación ilegal de gente armada y encubrimiento propio.

Fueron las investigaciones por el crimen del cantautor la que permitió que saliera a la luz la existencia del grupo criminal dedicado al sicariato y al robo. Los criminales se hacían pasar por pilotos, agricultores, mecánicos y electricistas. Uno de ellos simulaba ser un trabajador de la Portuaria Quetzal.

El día de la aprehensión de Hernández Sánchez, el ministro de Gobernación Carlos Menocal aseguró que este “integraba una estructura de sicarios que trabajan con el crimen organizado, particularmente el narcotráfico que opera en el área de Escuintla”.

En ese departamento se reportan 256 muertos —138 baleados— de enero a julio últimos.

Entre los más cotizados

De acuerdo con las investigaciones, la banda había sido hasta julio último una de las más cotizadas para matar a personas en diferentes puntos del país y a escala internacional debido a su «eficiencia». Cobraban Q50 mil por cada asesinato.

El grupo criminal también está vinculado con la banda de seguridad de narcotraficantes que operan en la región, para la carga y descarga de droga. De hecho, la banda ofrecía a particulares servicios como guardaespaldas.

Su punto de reunión era una tienda de conveniencia en Puerto San José.

Según las revelaciones, en el caso de Cabral la banda no recibió pago porque falló con el objetivo, que era el empresario nicaragüense Henry Fariñas, propietario de los clubes Élite.

El contratante fue Alejandro Jiménez, alias el Palidejo, señalado de lavar dinero en Costa Rica.