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“Algunas muñecas se caen y gritan… pero no tienen pilas”

muñecasLos muñecos… qué tienen los muñecos, especialmente los antiguos, que pasan de ser compañeros de juegos de nuestra infancia a protagonistas indiscutibles de algunas pesadillas. No es para menos. Estos objetos sin vida en cierto modo son esponjas de emociones y esas emociones no siempre han sido positivas…

Eso es al menos lo que transmite un enclave que desde hace años no pasa inadvertido. Sí, estamos a punto de llegar a un lugar al que llevo mucho tiempo queriendo venir. Porque su historia es diferente; jamás me he encontrado con algo igual. Pero, lo reconozco, la distancia y el miedo irracional me han echado para atrás. Ya estamos en la isla de las muñecas y nos recibe su actual dueño, Anastasio Santana…

Anastasio, usted es sobrino de Julián, ¿verdad?

Sí.

¿Y qué fue lo que llevó a su tío a llenar la isla de muñecas?

Mi tío Julián platicaba que en 1950, donde está la entrada, se ahogó una muchacha. Después venía a espantarle y a penar. Por eso, para que no siguiera haciéndolo, cuando venía a tirar su comida encontraba las muñecas en los canales, las cogía y las colgaba.

Cuando usted dice que el espíritu de la ahogada venía para penar, y que asustaba a su tío, esto quiere decir que su tío veía directamente la aparición de un fantasma…

Sí, la joven que se había ahogado venía como espíritu.

Y él utilizaba las muñecas como una forma de librarse de ese espíritu, imagino…

Sí, para que lo cuidaran y lo protegieran.

¿Cómo murió su tío?

Bueno, mi tío muere un 17 de abril de 2001. Habíamos terminado de sembrar y nos pusimos a almorzar como a las once de la mañana. Él se puso a pescar y las últimas palabras que dijo fue “vaya pescadote que se me escapó dos veces. Me quiere llevar la sirena pero para que no lo haga le voy a cantar una canción”. Terminó la canción y a los pocos segundos murió; ya estaba flotando en la laguna…

Es decir, que vio algo en el río…

Para mí que se le presentó la joven que se había ahogado en 1950.

Lo que llama la atención es que cuando entramos en la isla, a la izquierda, lo primero que encontramos son dos cruces juntas: la negra donde murió su tío, y la blanca donde se ahogó la joven… Y están juntas…

Sí, porque los dos murieron en el mismo lugar. Por eso están las dos crucecitas.

Anastasio, hay quien dice que algunas muñecas están malditas…

Yo aquí vivo desde que tenía 4 años. Me crie con mi tío, y ahora sí he empezado a ver muchas cosas. Hay muñecas que han estado colgadas diez años o más, se caen, las levanto y empiezan a chillar. Y no hay pilas ni hay nada porque además están todas oxidadas…

Oiga, ¿y no le da miedo?

Pues ya me acostumbré pero a veces sí tengo miedo. Cuando mi tío estaba con vida caminaba con sus tenis y su bastón. Ahora de muerto, lo escucho igual. Algunas personas me dicen que le hable a ver qué quiere y yo les digo que no tengo el valor suficiente para hablarle. Será mi tío pero si tengo miedo… tengo miedo.

Va cayendo la tarde y el entorno cambia, como si algo nos invitase a marchar cuanto antes. Quizás sea el recuerdo de cómo terminó toda esta historia… Porque como ya he dicho Julián fue encontrado ahogado en estas mismas aguas, flotando en la laguna y lo que es más terrible: rodeado de muñecas. Hay quien dice que en los últimos años hablaba con ellas. Sí, hay quien dice que fueron ellas las que se lo llevaron para siempre…

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