Vendió hasta estufa para buscar a hija migrante
Tuxtla Gutiérrez.- Doña María Cruz vendió todo lo que pudo, hasta su estufa, para tener recursos y seguir buscando a su hija que desapareció desde hace 12 años.
La joven salió de Nicaragua con rumbo a Estados Unidos en septiembre de 2000. En aquel país quería un empleo, algo muy difícil de conseguir en su tierra natal.
En entrevista telefónica, María explica: “Yo tenía contacto con mi hija; cada que ella llegaba a un país me hablaba por teléfono para decirme que estaba bien. En diciembre me habló para decirme que ya estaba en la frontera de México. Me llamó un viernes y el lunes me volvió a hablar para decirme que la tenían secuestrada, que consiguiera dinero, que vendiera todo para hacerle un depósito”.
La hija de doña María forma parte de las 400 personas desaparecidas de países centroamericanos y de las cuales el 80 por ciento tuvo el último contacto con sus familiares en el municipio fronterizo de Tapachula, en el estado de Chiapas, según un reporte de la organización civil Voces Mesoamericanas.
Aldo Ledón Pereira, integrante de esa agrupación, afirmó que 4 de cada 10 personas migrantes desaparecidas entre 2000 y 2010 en la frontera sur de México son mujeres de Honduras, Guatemala, El Salvador y Nicaragua.
Al momento de salir de sus países, ellas tienen como objetivo trabajar en México o irse a EU en busca de trabajo.
Zozobra
“Vendí todo, hasta la estufa. Una semana después mi hija me volvió a hablar para decirme que estaba en Villa Comaltitlán, Chiapas, y me preguntó si le había hecho el depósito. Yo le dije que sí y colgó. Llevo más de 12 años sin saber nada de ella, sin saber si está viva, sin saber si está bien”, dice doña María.
La mujer nunca ha salido de su natal Nicaragua y trabaja como empleada doméstica, pero comenta que está ahorrando para venir algún día a buscar a su hija a México.
“Una vez se me ocurrió pedir ayuda con alguna organización mexicana para pegar fotos de mi hija en el municipio donde tuve la última noticia de ella, pero organizaciones de aquí me dijeron que sería peligroso porque si mi hija estaba ahí, víctima de trata o secuestrada, sería movida a otro lugar”, relata.
Ledón Pereira explicó en entrevista con Cimac Noticias que las mujeres migrantes que atraviesan la frontera sur son víctimas de secuestro, abuso y violaciones sexuales, abuso de autoridad, trata de personas, extorsión, agresiones físicas y verbales, condiciones irregulares de detención, violación al debido proceso, y desaparición forzada.
Ana Elena Barrios, de la organización civil Enlace, dijo que existe un porcentaje muy bajo de mujeres migrantes violentadas que denuncian si fueron agredidas física, sexual o verbalmente por autoridades, ya sean policías o agentes de migración.
(*) Cimac Noticias