Jengibre, tesoro botánico ignorado
El jengibre está allí, a nuestro alcance y no le hacemos caso.
El jengibre (Zingiber officinalis) es una planta con diversas bondades, tanto gastronómicas como curativas por excelencia, conocido como uno de los ingredientes principales en la cocina de los países del Oriente, donde lo aprovechan en su máxima expresión.
En Nicaragua este tubérculo es escasamente aprovechado por la sociedad, son pocas las personas que tienen el conocimiento de sus grandezas curativas. Vale decir que eran nuestros abuelos y bisabuelos quienes utilizaban el jengibre para calmar o combatir sus enfermedades, pero esta práctica se ha venido perdiendo por la falta de transmisión de la sabiduría popular y por el fácil acceso a los medicamentos sin necesidad de una receta, exponiéndose a los efectos secundarios de dicho medicamento.
El origen de esta planta es de Asia Central y el Sudeste Asiático, donde se ha utilizado por milenios como un aliviante digestivo y curativo, y por su agradable fragancia, cálida, picante y refrescante, es utilizado frecuente en recetas culinarias. En Nicaragua existen condiciones óptimas climáticas y comerciales para sacar el provecho a esta planta, pero este cultivo solo es desarrollado por productores del Norte y del Caribe del país para sustento familiar.
La Ciencia una vez más confirma lo que la Medicina Tradicional es sabia desde siempre. El jengibre no sólo alimenta, sus propiedades terapéuticas son de hecho utilizadas desde hace miles de años, sobre todo en China y la India por su poder calorífico, para restablecer el flujo de la energía por el cuerpo y revitalizar los órganos fatigados. Razón por la cual fue una de las plantas más buscadas y cotizadas por los comerciantes de especias.
MATA CÉLULAS CANCEROSAS
Y aún hoy forma parte de más del 50% de los compuestos de hierbas utilizados en la medicina tradicional practicada en aquellos países, habiendo sido usado para el tratamiento de la náusea, la indigestión, la fiebre y las infecciones, así como remedio para aumentar la vitalidad y mejorar los efectos de la vejez, e inclusive, en un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Michigan (EEUU) se descubrió que el jengibre induce la muerte de las células cancerosas mediante apoptosis (o suicidio celular).
Los beneficios que ofrece el jengibre no se deben a un aporte de nutrientes en forma de minerales, vitaminas, proteínas o hidratos de carbono, sino a las sustancias activas que contiene la raíz, como el gingerol, el shogaol y la zingerona.
Por su parte, la medicina naturista ha descubierto multitud de propiedades en el jengibre: mejora la circulación sanguínea, reduciendo la tendencia a la formación de coágulos. El jengibre disminuye la viscosidad de la sangre, a la vez que relaja y dilata los vasos sanguíneos, permitiendo un mayor flujo de sangre con un esfuerzo menor por parte del corazón. El efecto procirculatorio del rizoma (raíz), debido a un principio activo denominado gingerol, supera al del ajo o la cebolla.
En el sistema digestivo, el jengibre estimula la absorción de los nutrientes, favorece la producción de bilis y reduce las flatulencias. Al parecer, también tiene la capacidad de eliminar toxinas. Según estudios realizados por el Laboratorio Isnaya, de nuestro país, es especialmente útil en las gastritis provocadas por el alcohol y también protege al estómago de las lesiones originadas por los fármacos anti-inflamatorios previniendo la formación de úlceras. Igualmente lo recomiendan para combatir el catarro, tos y bronquitis por excelencia.