Cifras que cortan el aliento
* Nicaragua no vive el drama de otros países centroamericanos, pero de nuestro territorio parten muchas rutas de los narcos rumbo hacia Estados Unidos
Nicaragua no está hundida en el fango del narcotráfico como sus vecinos del norte, sin embargo, muchas de las rutas de la droga que sale rumbo hacia Estados Unidos tiene su punto de partida en la selva de la Mosquitia, en el extremo norte de nuestro país.
Un amplio reportaje del diario mexicano Excélsior, señala que atrapados a medio camino entre los productores de cocaína del sur y sus ávidos consumidores del norte, Guatemala, Honduras, El Salvador y Belice enfrentan una situación crítica y muestran cifras de homicidios que “cortan el aliento”…
Informes de la Organización de Naciones Unidas, de grupos de derechos humanos y de centros de estudio como el Council on Foreign Relations de Nueva York describen un panorama brutal en una región castigada ya hace mucho por la pobreza, la desigualdad y, en algunos casos, las guerras civiles.
Amenaza a gobernabilidad
Peor aún, un reporte del Consejo de Relaciones Exteriores de Nueva York advertía en 2012 que la actividad criminal representa “una seria amenaza a la gobernabilidad” en esos países, y por lo pronto rebasó ya a las autoridades civiles y las obligó a recurrir a los militares con el consecuente caudal de quejas por violaciones a derechos humanos.
La situación es difícil para las cuatro naciones de la región norte del istmo centroamericano y de acuerdo con expertos como Michael Shifter, de la organización Interamerican Dialogue de Washington, nada indica que habrá mejoría en el futuro próximo.
Estadísticas de la Oficina de Naciones Unidas para las Drogas y el Crimen (UNODC, por sus siglas en inglés) señalan que con 91.6 homicidios por cada 100 mil habitantes, Honduras ganó en 2011 el indisputado título del país más peligroso del mundo en la guerra interna por el control de las rutas del narcotráfico al mayoreo hacia Norteamérica y Europa.
Belice se une a peligrosos
El tráfico de drogas es un negocio que medra con la adicción de millones de consumidores de cocaína, a pesar de que el estudio The Transatlantic Cocaine Market (UNODC, 2011) señala que el valor mundial del mercado del alcaloide cayó 51 por ciento a lo largo de los últimos 14 años, y pasó de 165 mil millones en 1995 a 85 mil millones de dólares en 2009.
El Salvador y Guatemala comparten este drama desde lejanos, pero también violentos promedios de homicidios, con 69.2 y 38.5 por cada 100 mil habitantes, respectivamente.
Belice, con una población de 313 mil personas distribuidas en un área de 22 mil 966 kilómetros, acumuló 41.4 homicidios por cada 100 mil habitantes como consecuencia de los enfrentamientos por el control de las rutas de la droga a través de la porosa frontera con México.
Tráfico de armas
La violencia es alimentada por el mismo flujo ilegal de armas de Estados Unidos a México que también llega a Centroamérica a través de su permeable frontera, indicó un estudio de Steven Dudley, analista del grupo Insight Crime.
Ubicados en el llamado Triángulo del Norte, estos países ocupan un espacio de 265 mil 387 kilómetros que supera ligeramente la superficie del estado mexicano de Chihuahua, en la última escala del trasiego de droga destinada a los mercados minoristas de Norteamérica y de Europa.
Encabezado por los cárteles mexicanos de Sinaloa y Los Zetas, el crimen organizado regional aprovechó el descuido de las fronteras de estos países para arrebatar a Sudamérica y El Caribe una rebanada del pastel de 18 mil millones de dólares de ganancias brutas del narcotráfico a ambos lados del Atlántico, en cálculos de The Transatlantic Cocaine Market.
Desafío a cárteles mexicanos
La entrada en escena de nuevos actores del crimen organizado en el Triángulo del Norte obedeció, según este estudio, a que en la última década y media la región del Caribe perdió gradualmente su lugar central en el trasiego de 90 por ciento de la cocaína que llega a EU, debido a los aseguramientos de los cargamentos por las autoridades locales.
Entre esos actores destacan la Mara Salvatruchas de El Salvador, que, al igual que otros grupos ha desafiado desde 2008 a los cárteles mexicanos, propiciando matanzas como la de Huehuetenango, Guatemala, donde Los Zetas emboscaron a un grupo aliado al cártel de Sinaloa, con un saldo de 60 muertos.
O los Transportistas, que en El Salvador han sobornado a funcionarios y políticos que, según el estudio Drug Trafficking Organizations in Central America: Transportistas, Mexican Cartels and Maras, de Steven S. Dudley para el Centro Woordrow Wilson, también incluyeron al director de la policía, a un fiscal de alto rango y a un senador.
A pesar del riesgo, el crimen organizado del Caribe ayudó en 2009 a enviar 123 toneladas de cocaína al oeste y centro de Europa y 157 toneladas a EU, que puestas en las calles alcanzaron un valor de venta al menudeo de 36 y 37 mil millones de dólares, respectivamente.