Nuevo y prometedor plástico vegetal
El equipo de investigación. (Foto: ICL)
El polímero degradable se crea a partir de azúcares producidos por la descomposición de cierta clase de biomasa que proviene de cultivos no comestibles como hierbas y árboles de crecimiento rápido, o de biomasa renovable proveniente de desechos alimentarios o agrícolas.
La búsqueda de plásticos renovables, especialmente para artículos desechables como envoltorios de comida, es objeto de una intensa labor de investigación en muchas partes del mundo. Está incentivada no sólo por motivaciones ecológicas, sino también por razones económicas y de suministro.
Alrededor del 7 por ciento de los recursos de petróleo y gas del mundo se consume en la fabricación de plásticos, y la producción a escala mundial excede los 150 millones de toneladas anuales. Casi el 99 por ciento de los plásticos se fabrica a partir de combustibles fósiles.
El logro principal del equipo de Williams ha sido descubrir una manera de usar cultivos no comestibles para crear un polímero, ya que existen serias dudas éticas sobre el uso de recursos comestibles para fabricar productos que no sean de primera necesidad. Por ejemplo, existen algunos nuevos plásticos para los que se usan cultivos como el maíz o la remolacha azucarera.
Para que el plástico sea útil debe fabricarse en grandes cantidades, lo que para el equipo de Williams fue un reto técnico. Al equipo le llevó tres años y medio conseguir un rendimiento de cerca del 80 por ciento, en un proceso que usa poca agua y poca energía.
Además, los azúcares ricos en oxígeno en el nuevo polímero le permiten absorber agua y degradarse en productos inocuos, o sea, que este nuevo plástico puede ser usado como ingrediente de compost para fertilizar tierras agrícolas.
Debido a que el nuevo polímero puede ser fabricado a partir de materiales baratos o incluso de productos de desecho, también resulta más barato que los plásticos a base de sustancias petroquímicas.
El polímero posee una amplia gama de propiedades, lo que lo hace útil para bastantes más aplicaciones que la de envoltorio de plástico renovable y respetuoso con el medio ambiente. Sus propiedades degradables lo hacen ideal para aplicaciones médicas especializadas como regeneración de tejidos, puntos quirúrgicos y administración precisa de fármacos. Se ha mostrado que el polímero no es tóxico para las células y se descompone en el cuerpo creando subproductos inocuos.
(NC&T)