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Nicaragua está perdiendo patrimonio natural

El futuro de la biodiversidad en Nicaragua peligra debido a que el crecimiento económico del país está ligado una «persistente pérdida del patrimonio natural», estimó el representante del IICA en Nicaragua, Dr. Gerardo Escudero.

«Hace ocho años, Nicaragua comenzó a superar la barrera de los 500 millones de dólares en exportaciones provenientes del sector agropecuario y forestal, para situarse el año pasado en casi 1,500 millones de dólares. Pero ese sorprendente crecimiento está sustentado, en gran medida, en la pérdida del patrimonio natural», afirmó.

Escudero hizo esta reflexión a un grupo de 60 voluntarios del Cuerpo de Paz de los Estados Unidos, en su totalidad profesionales de distintas carreras, que llegaron a Nicaragua para apoyar el desarrollo del espíritu empresarial de los productores y las Pymes, trabajar en labores de salud y en programas de enseñanza del inglés en las comunidades.

Según el último inventario forestal de Nicaragua, realizado el año pasado, la mitad del país estaba cubierto de bosques hacia el año 1950, pero 60 años después sólo quedan la mitad de esos bosques, con una de deforestación anual del 3%, considerada entre las más altas del mundo.

La presencia de los voluntarios del Cuerpo de Paz en el IICA es uno de sus primeros acercamientos a la realidad del país, y en este caso para conocer el trabajo que desarrolla el Instituto en las comunidades rurales, en particular sobre el tema de los agronegocios.

El Dr. Gerardo Escudero dijo que la mayor preocupación del productor es la falta de crédito con tasas de interés manejables, pero advirtió que la principal debilidad de la economía rural nicaragüense es la dispersión geográfica, la falta de asociatividad de los agricultores y su aislamiento de los mercados y de la información.

A estos problemas le sumó la limitada infraestructura para producir y transformar las materias primas, los altos costos de los insumos y servicios, así como la escasa capacidad técnica y gerencial de las organizaciones rurales.

«El primer paso para resolver nuestros problemas es saber reconocerlos», dijo, y citando estudios elaborados por la Oficina del IICA en Nicaragua en años recientes, señaló que la solución a esos males pasa, en primer lugar, por desarrollar la asociatividad entre los productores.

«Sobre esa base es factible desarrollar economías de escala, crear estrategias de mercadeo y cumplir con las normas internacionales de calidad e inocuidad en la producción y transformación de los productos para la exportación o para el mercado interno», afirmó.

La Oficina del IICA en Nicaragua y el Cuerpo de Paz de los Estados Unidos firmaron el año pasado una carta de intención para compartir asistencia y cooperación técnica entre ambas instituciones.

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