Riñones humanos a la venta en Nicaragua
* Desesperación por crisis económica obliga a nicaragüenses a medidas impensables en otras épocas
El anuncio aparece en medio de la venta de un disco duro de un terabyte, un televisor plasma de 32 pulgadas, una cuna, dos parlantes con su amplificador y otras chucherías. Es una mercancía más y por eso no tiene que estar en otro estante virtual. “Vendo un riñón”, avisa un leonés de apenas 19 años.
“Hola, soy un joven de 19 años y estoy vendiendo un riñón en 36,000 dólares, se que parece un poco caro pero una vida vale mucho más que eso, mi tipo de sangre es O+, además no tengo ningún tipo de vicio ni tampoco consumo medicamentos superficiales para el riñón, tampoco importa el riñón que quiera (izquierdo o derecho) y soy muy limpio.
“Necesito el dinero para cambiar mi futuro y el de mi familia, soy de clase media. Interesados les dejo mi número de celular y mi mail…”. Corto y dramático. Ignoramos si alguien contactó a este joven de León que de seguro resiente el hundimiento de su familia de clase media, en la pobreza.
Es sin duda, un candidato para irse a Costa Rica, donde el tacto que en ese país exhiben para no ahuyentar el turismo, no ha impedido que explote un escándalo sobre el que ya se venía hablando desde hace mucho: el tráfico de órganos humanos.
Los aspirantes a vender sus órganos tienen un perfil conocido para los traficantes del denominado “turismo de trasplantes”: sanos, pero desesperados, como el nicaragüense leonés. Hay más propuestas de venta de nicaragüenses en internet, algunas ya expiradas. Se aburrieron de esperar o amarraron el negocio. No se sabe.
El diario La Nación señala este martes, en una nota de la periodista Ángela Ávalos R., que Clive Montalberth-Smith, cirujano de trasplantes de Costa Rica, lo advirtió cinco años atrás en varios informes al Ministerio de Salud, pero no le hicieron caso.
En esos documentos, el cirujano recomendó cerrar un portillo legal que eleva la vulnerabilidad del país para el tráfico ilegal de órganos para trasplantes en hospitales privados: los donantes sin lazo sanguíneo con el receptor, conocidos en el argot médico como donantes no relacionados.
En un mercado negro de órganos, esos donantes pueden ser personas a quienes les pagan fuertes sumas de dinero por su riñón, uno de los órganos más apetecidos.
“Montalberth ha pasado cinco años advirtiendo de que eso podría pasar. No le hicieron caso. Y ayer (lunes), el diario mexicano El Universal se encargó de reventar la noticia a escala mundial: Costa Rica es uno de los destinos predilectos para el llamado ‘turismo de trasplantes’, señala el diario tico.
Citando al médico argentino Roberto Tanus, de la Sociedad de Trasplantes de América Latina y el Caribe, dice El Universal: “Costa Rica está señalada mundialmente como lugar de turismo de trasplante. ¡Todos sabemos de qué estamos hablando! El turismo de trasplante es el disfraz elegante para decir tráfico ilícito de órganos”.
En los hospitales de la Caja (Seguro Social de Costa Rica) –donde se hace el 87% de estas cirugías– estos negocios son difíciles por los filtros que hay.
En los privados, por el contrario, no se tiene certeza de lo que pasa. Solo se cuenta con la buena fe de quienes los administran, admitió Juan Carlos Valverde, funcionario de la unidad a cargo de estos temas en el Ministerio de Salud.
Valverde dijo que esperan la aprobación del proyecto 18.246, que les permitiría pedir a los centros privados las características de los donantes y del receptor. La ley actual (1994) no lo permite.
La única herramienta actual es la ley contra la trata de personas (9095), que incluyó penas de 8 a 16 años para quien posea, transporte, venda o compre de forma ilícita órganos, tejidos y fluidos humanos.
Hasta ahora, las autoridades judiciales no investigan un solo caso por tráfico de órganos, confirmaron Freddy Montero, viceministro de Gobernación, y Francisco Segura, director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
El director ejecutivo del Consejo para la Promoción Internacional de la Medicina en Costa Rica (Promed) –que reúne a varios hospitales privados–, Mássimo Manzi, informó de que Costa Rica se adhirió este año a la Declaración de Estambul sobre el Tráfico de Órganos. Esa declaración contempla eliminar la figura del donante no relacionado con el receptor.