Colombia sabía que podía perder mar
* Ex presidente Samper revela que desde inicios de la década de los 90 contrataron un equipo asesor internacional y ahora teme por aspiraciones de Nicaragua de expandir su plataforma continental
Desde inicio de los años 90 Colombia sabía, durante el gobierno de Ernesto Samper, que una demanda de Nicaragua por el archipiélago de San Andrés y Providencia, podría terminar en pérdida de gran parte del mar Caribe del que se creían dueños.
En una entrevista que le realizaron en el diario La República, de Bogotá, Samper señala que en cuanto se dieron cuenta de las aspiraciones de Nicaragua se contrató un equipo de expertos internacionales entre los cuales estaban los profesores Prosper Weil, Sir Athur Watts, y Santiago Torres Bernardez, coordinados por Germán Cavelier y el expresidente Alfonso López Michelsen, para que emitieran un concepto.
El ex mandatario expone lo que a su criterio fueron las fallas en el proceso que dejaron en desventaja a su país.
– Frente a lo sucedido, ¿usted cree que este documento sí se tuvo en cuenta? ¿Qué se puede analizar en este aspecto? El Profesor Weil tenía una preocupación sobre la pérdida de mar.
Es verdad, ellos no tenían ninguna duda sobre la soberanía apropiada de Colombia con San Andrés y Providencia, porque era un tema que ya estaba definido en el tratado de 1928, pero sí expresaron la misma duda que teníamos muchos, empezando por el Presidente López y yo, de que el meridiano 82 no se podía considerar un límite definitivo entre los dos países, lamentablemente, tanto el Gobierno de Pastrana como el de Uribe se montaron sobre esa idea.
– ¿Usted cree que el Gobierno de Pastrana debió haber renunciado al Pacto de Bogotá?
Era una de las opciones que señalaban los internacionalistas, que se debía renunciar al Pacto de Bogotá, inclusive Pastrana trató de renunciar al Pacto, pero faltando muy pocas horas para que se presentara la demanda de Nicaragua, y está claramente estipulado que para que la renuncia a la Corte sea efectiva se requiere por lo menos un año de anticipación. Los mismos internacionalistas decían que renunciar en esos términos a la competencia de la Corte podría dejarlos en una posición peor, porque no aceptaría la renuncia y de alguna manera estaríamos enfrentados.
– Uribe tuvo también capacidad de acción ¿Usted cree que ahí se hubiera podido cambiar de rumbo?
Creo que los mayores errores que cometimos más que por acción fueron por omisión. La misma Corte en el fallo de la Haya, que publicó en noviembre del año pasado, señala que Colombia ha debido contrademandar. Colombia adoptó una posición defensiva, se paró en el hecho de que Colombia tenía un límite absolutamente definido y al final propuso una línea media, que todo el mundo sabía que no iban a aceptar.
– Se hace este análisis, pero ¿por qué no permaneció la estrategia del mar?
El problema de Prosper Weil es que en las recomendaciones de la Comisión, mientras que los otros asesores proponían una línea proactiva y que Colombia se moviera, Weil decía que no había que hacer nada y había que dejar las cosas así, y así lo dejamos hasta que nos demandaron.
– ¿Cuál cree que debe ser el paso a seguir?
Me preocupa lo que viene. Yo no descarto que Nicaragua esté pensando en una reivindicación de plataforma continental. En el mismo fallo de la Haya, la Corte le dice a Nicaragua que no acepta sus pretensiones. Lo grave es que Colombia no ha suscrito la convención del mar con lo cual quedaría sola Nicaragua en esta pretensión.