Un canal aquí pondría en “jaque” a Panamá
* De hacerse, acortaría el viaje de un carguero de costa a costa de los EE. UU. en más de 2 mil km. Y de hecho le quitaría más del 50% de los clientes al panameño
Eduardo A. Esquivel R. (*)
La construcción del canal, aprovechando el curso del Río San Juan, data de la época colonial, ya que el río vacía el lago en el Caribe. Napoleón III escribió un artículo a inicios del s. XIX y posteriormente habían intereses por parte de EE. UU. por construirlo, pero Bunau-Varilla, en una intervención del Senado norteamericano en 1902, distribuyó entre los senadores una estampilla postal de Nicaragua en la que se ilustraba el Volcán Momotombo en plena erupción, lo que los hizo cambiar de opinión.
Bunau-Varilla quería que el Canal se construyera por Panamá, ya que él tenía las acciones del fracasado Canal francés y quería venderles los derechos a los norteamericanos.
Más de un siglo después, el Gobierno de Nicaragua, decide crear la Ley que facilita la construcción del histórico Canal, con el financiamiento del consorcio chino HK Nicaragua Canal Development Investment Co., con sede en Hong Kong. La ruta escogida no utiliza el río San Juan y el costo de la obra se estima en 40 mil millones de dólares.
La ruta escogida es la antigua ruta Bahía de Bluefields en el Caribe, atravesando el centro del país hasta el Gran Lago, para desembocar en las costas del Pacífico, sur nicaragüense, específicamente en Rivas. Este canal sería a nivel, con esclusas especiales para manejo de mareas y evitar filtración de agua salada al Lago. La vía se hará para que puedan pasar los Panamax, Post Panamax e inclusive los nuevos buques que no puedan pasar por Panamá. El ‘Paquete’ ofrecido por la Empresa de Hong Kong incluye terminales portuarias, un Ferrocarril transístmico y un oleoducto paralelo.
Los ‘expertos’ canaleros consultados en los medios en Panamá (los mismos que decían que la Ruta Ártica no se abriría ni en 100 años), lógicamente hablan con desdén del canal nicaragüense y tratan de ocultar su justificada preocupación. De hacerse, este canal acortaría el viaje de un carguero de costa a costa de los EE. UU. en más de 2000 km. Y de hecho le quitaría más del 50% de los clientes al Canal de Panamá. Es importante considerar que la empresa constructora es de Hong Kong, que posee una importante flota mercante. Finalmente, uno de los impactos más duros es que el Canal de Panamá dejaría de ser un monopolio, por lo que no podría imponer las alzas de los peajes que tiene planificado y que juegan un papel importante en el financiamiento de la ‘Ampliación’, que estaría en problemas.
Es cierto que este proyecto implica un Impacto Ambiental enorme, pero eso no impediría que se construyera el canal, así como no impidió que se hiciera el Canal de Panamá ni la Ampliación, a pesar de que generan impactos imposibles de mitigar. La construcción del Canal de Panamá y el Lago Gatún implicó la destrucción de millones de hábitats de fauna y flora nativas, y el desplazamiento forzado de poblaciones enteras de panameños.
El ‘alto costo’ del canal nicaragüense mencionado por algunos como un obstáculo, es realmente todo lo contrario. Daniel Ortega ha conseguido para Nicaragua lo que nadie ha conseguido para Panamá: que una empresa invierta 40 mil millones de dólares en el país. Esto significa una inyección histórica a la economía nacional, decenas de miles de nuevos empleos y la creación de numerosas empresas de servicios.
De lo único que tiene que cuidarse Daniel Ortega es de los nuevos Bunau-Varilla, nacionales o extranjeros.
*Biólogo
La Estrella de Panamá