Nicas migrantes amplían Canal de Panamá
* Informe de OIM señala que 800 mil compatriotas han tenido que dejar el país desde los años 80, y que la causa actual para dejar el lar patrio ya no es política, sino económica
Unos 800 mil nicaragüenses –el 10% de la población-, residen fuera de nuestro país, de donde se han marchado en busca de mejores oportunidades de vida, según señala el Perfil Migratorio publicado por la Organización Internacional de las Migraciones (OIM).
En 2012 la población del país era de 6,07 millones de personas. De ellos, un 60 % residía en zonas urbanas. Las previsiones señalan que para 2050, la población total alcanzará los 8 millones de personas.
De acuerdo con la OIM, Nicaragua es principalmente un país de origen de migrantes que parten a América del Norte, Costa Rica y otros países vecinos en busca de mejores oportunidades económicas.
También acoge a un pequeño número de migrantes de la región, en su mayoría de Honduras y El Salvador, y de fuera de ella que atraviesan el país como una etapa en su viaje hacia Estados Unidos.
En el informe hay datos interesantes, como el que muchos nicaragüenses laboran actualmente en las obras de ampliación del Canal de Panamá. También algo que se conoce poco en el Pacífico: la migración estacional o temporal de la población afrocaribeña que se desplaza a Jamaica, Islas Caimán y Belice, principalmente contratada por líneas de cruceros.
Desde la década de los 80, Costa Rica y los Estados Unidos han sido los principales países de destino de los migrantes nicaragüenses. A partir de 2000, los flujos migratorios Sur-Sur comenzaron formalmente con las migraciones desde Nicaragua hasta El Salvador y Panamá, y la feminización se convirtió en una nueva tendencia de los flujos migratorios.
En el informe se indica también que España se convirtió en un país de destino para los nicaragüenses, sobre todo para las mujeres, empleadas como trabajadoras domésticas o en otros sectores de servicios.
“Pese a que los nicaragüenses migran por una serie de razones, la principal es la búsqueda de mejores oportunidades económicas. Los flujos migratorios de este país se caracterizan sobre todo por su componente laboral”, explica Carmen Paola Zepeda, jefa de la oficina de la OIM en Nicaragua.
“Cabe señalar también que una parte importante de los migrantes son vulnerables, ya que se encuentran en una situación irregular en los países de destino”, añade Zepeda. Plenamente conscientes de este hecho, Nicaragua ha puesto en marcha un registro consular por el que los migrantes reciben un carné que les permite identificarse como nacionales nicaragüenses.
Durante el viaje con destino a América del Norte, se exponen a peligros físicos y psicológicos, así como a abusos de los derechos humanos por parte de empleadores sin escrúpulos.
“En el futuro los flujos migratorios de Nicaragua dependerán del crecimiento económico, la disponibilidad de buenos trabajos y las oportunidades de desarrollo humano, en especial entre los más jóvenes, que constituyen la principal fuerza en pro del desarrollo futuro del país, como se indica en el Plan Nacional de Desarrollo Humano”, agrega Zepeda.
De acuerdo con el Perfil Migratorio de la OIM, la región centroamericana fomenta la libre circulación de bienes y servicios, y se han logrado importantes avances para promover la circulación de personas. No obstante, la movilidad de los trabajadores entre los países de Centroamérica sigue siendo un desafío.
Los nicaragüenses que migran a Costa Rica, Panamá y El Salvador suelen estar empleados en los sectores de la construcción y la agricultura, mientras que las mujeres suelen trabajar en los servicios sociales y personales, principalmente como empleadas domésticas.
“Merece la pena señalar la presencia de importantes factores de atracción como la necesidad de mano de obra en los sectores de la construcción y la agricultura en El Salvador y en los trabajos de expansión del canal de Panamá, lo que se suma a la posibilidad de percibir salarios mucho más elevados.
“Si bien Nicaragua es uno de los países más seguros de la región, otro factor muy importante es la presencia de redes de delincuencia organizada involucradas también en actividades de tráfico de drogas y trata de personas. Este sentimiento de inseguridad empuja a muchos centroamericanos a buscar lugares más seguros para sus familias como, por ejemplo, Nicaragua”, explica Zepeda.
Según la publicación, la preparación y las aptitudes ganadas por la diáspora nicaragüense serían instrumentos potenciales para el desarrollo del país y pide programas que animen a los nacionales en el exterior a compartir sus conocimientos.
“Estamos interesados en promover una ley que proteja los derechos humanos de nuestros nacionales en el extranjero. En este sentido, la información que brinda el Perfil Migratorio es la base sobre la que comenzar un proceso de concienciación para formular une ley en este ámbito”, observa Juan Ramón Jiménez, presidente de la Comisión de Población, Desarrollo y Asuntos Municipales de la Asamblea Nacional.
En el informe se señala también la función vital que desempeñan las remesas a escala familiar, comunitaria y nacional y resalta la necesidad de políticas públicas en pro de la formación financiera de quienes las perciben y de acceso a las instituciones financieras. Según el Banco Central de Nicaragua, en 2012 las remesas enviadas por los migrantes ascendieron a US$1.014,2 millones, mientras que en 2011 está cantidad fue el equivalente al 12,5% del PIB.