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Peligro de que saquen órganos a gente viva

Dra. Gioconda Cajina.

* Alertan sobre aspectos alarmantes del anteproyecto de la Ley de Trasplantes. Quieren cambiar reglas para declarar muerto a alguien y en vez del fallo cardio-respiratorio buscan imponer la muerte encefálica

Oscar Merlo

El sujeto se acerca a la muchacha en una calleja oscura mientras ella regresa a su casa y sin rodeos le dice: – Te voy a robar el corazón.

– Guau, qué romántico, dice la joven.

– No, le responde el hombre, es en serio, soy traficante de órganos.

Por supuesto que el anterior es un chiste que bien podría alinearse en la categoría de “crueles”, y que se cuenta en los países donde han aprobado leyes a favor del trasplante de órganos y se especula con el tráfico de los mismos.

Pero lo siniestro no está siempre solamente en el campo de lo satírico. La Ley de Trasplantes que se discute actualmente en Nicaragua, tiene aspectos inquietantes como el aprobar la certificación de que una persona se fue de este mundo por causa de muerte encefálica y no por falla cardio-respiratoria como se hace actualmente.

Vivo, pero legalmente muerto

Es algo que preocupa a la doctora Gioconda Cajina, quien ha tenido acceso a la ley que algunos sectores ligados a la salud presionan para que se apruebe tal y como está actualmente.

Si así ocurriera, dos médicos pueden declarar muerto al paciente por falla del sistema nervioso. La médico explica que como consecuencia de un traumatismo craneal o por accidente cerebro vascular, la persona en coma podrá ser dictaminada fallecida por esos dos galenos.

Uno de ellos debe ser especialista de Neurología o Intensivista. El procedimiento consistiría en retirar al paciente los auxilios médicos y la respiración asistida, en algunos casos el cuerpo muere pocas horas después, en otros puede quedar vivo si continúa respirando. Pero legalmente estaría fallecido.

“Según el proyecto de ley, este ciudadano vivo es considerado cadáver, y queda a la decisión de terceras personas si se le realiza la ablación (extracción de órganos), si sus riñones, córneas, hígado, páncreas, etc., van a alimentar un banco de órganos para trasplantes, o sea, que sin su voluntad, porque ésta ya no cuenta cuando se es declarado cadáver, sus órganos van a pasar a ser propiedad de otras personas”, dice la Dra. Cajina.

“Pruebas de vida” que no manejamos

En el anteproyecto de ley, la muerte encefálica será declarada cuando la persona presenta alteración del estado de conciencia, en coma, sin movimientos ni respuesta refleja, sin respiración propia, habiendo descartado que este estado se deba a factores metabólicos, intoxicaciones, estados de shock o efectos de drogas sedantes y bloqueantes neuromusculares.

Nuestra entrevistada afirma que en el anteproyecto se mencionan algunas pruebas instrumentales para comprobar la inactividad y los daños del cerebro, entre ellos, el electroencefalograma, -que no es concluyente, ya que entre el 15 y 40% de personas en coma tiene actividad eléctrica cerebral- , los potenciales evocados de tallo cerebral -es el mismo electroencefalograma-, sonografía doppler transcraneal, algo complicado que requiere de especialistas que no tienen los hospitales, arteriografía cerebral de 4 vasos, que tiene alto riesgo para el paciente y es de tecnología avanzada que no tenemos en nuestros hospitales.

“Además, los médicos sabemos que a pesar de los conocimientos neurofisiológicos actuales, no hay un examen concluyente que delimite la frontera entre la vida y la muerte cerebral”, sostiene.

Terrorífico: “donante” debe estar vivo

La Dra. Cajina ilustra que desde 1981, a fin de conseguir órganos para trasplantes, por un acuerdo de Harvard determinaron la muerte de la persona por falla cerebral incompatible con la vida, decisión que cuenta con el aval del Vaticano, y según noticias que se leen, los Papas asisten al Congreso de Trasplantes a explicar las razones ético-filosófico-teológicas para sustentar esta autorización.

Algo como para perder el sueño, es que los “donantes” deben estar vivos, de lo contrario los órganos no sirven porque después de unos minutos de fallecido ya hay muchas células cadavéricas.

“Los órganos son extraídos en el quirófano sin anestesia porque el llamado “cadáver” supuestamente ya no siente, pero hay anestesistas que opinan que debe dárseles anestesia, porque cuando están operando el cuerpo responde con signos de estrés -claro, porque está vivo-.

Por eso hay pocos donantes

“Para que los nicaragüenses aceptemos donar el cuerpo de mi deudo a fin de que le realicen la ablación, debo haber conocido cómo pensaba en vida, si era partidario de esta práctica médica, debo respetar a mi familiar que no está en condiciones de decidir, es lo que le sucede a un motociclista que por traumatismo craneal, puede ser declarado con daño cerebral irreversible”, señala la galeno.

Nos brinda más datos. “No hay mucha gente dispuesta a donar sus órganos, en Europa, España se considera uno de los países que más captan donantes y tienen 35 personas por cada millón de habitantes, y apenas llegan a 1 667, y en Chile apenas 5.4 donantes por cada millón de habitantes, son dos países que tienen años de practicar trasplantes renales.

“Los donantes de órganos son cada vez menos y no porque seamos menos cristianos, menos solidarios, sino porque tanto en Roma como en Nicaragua hay pobres, y para ellos no hay órganos disponibles, el trasplante es un lujo, un negocio de grandes dimensiones. Si en los países desarrollados se niegan a hacer ‘el testamento vital’, y los órganos escasean, es porque la gente no está de acuerdo con estos procedimientos”, asegura.

¿Cuál es el negocio?

Un médico cirujano que opera en un hospital público gana su salario mensual, en el Hospital La Mascota, los Nefrólogos y los Cirujanos hacen su labor con los escasos medios que les provee el Estado, “no conozco que tengan impedimentos legales, pero sí materiales, porque los medicamentos anti rechazo no los provee el Minsa, se obtienen mediante la Asociación para Niños Nefropáticos, Annef, apoyados por la organización italiana Movimondo.

“Los órganos son donados por familiares vivos, y la sobrevivencia de estos niños trasplantados, según explican los Nefrólogos de La Mascota, tiene que ver con la situación de pobreza. Sin posibilidades de los cuidados especiales que requieren, mueren por infecciones.

“En realidad, las causas de muerte de las persona trasplantadas son muchas, mueren por causas cardíacas, presentan hipertensión arterial, infecciones por la inmunosupresión que les producen los corticoides, tienen el doble de probabilidades de presentar cáncer, y se sabe que el 20% de las personas trasplantadas muere en el primer año, y el 40% en los siguientes cuatro años, explica.

Hasta 100 mil dólares

Dice la Dra. Cajina que en los hospitales privados los trasplantes cuestan más de 20 mil dólares cuando se trata de un donante relacionado (familiar). Los trasplantes negociados, comprando órganos, se calcula que pasan de los 100 mil dólares.

“Aquí se reparten el botín entre los hospitales, con los gastos quirúrgicos, los laboratorios que realizan las pruebas de compatibilidad, los médicos, los buscadores de personas, hay en la red autoridades militares y de otros poderes del Estado y lo que le pagan a la persona que vende su riñón, que entre más pobre cobra menos, y si se muere como ya ha sucedido, no cobra nada. Enrique Picado murió en el Hospital Militar después que ‘donó’ su riñón, y no se supo qué cantidad de dinero estaba pagando el norteamericano que vino a trasplantarse y que también se murió.

“La propuesta de ley del Minsa es peligrosa, vamos al turismo de trasplantes, es abierta a que cualquier persona pueda venir a Nicaragua a comprar un riñón, solo por el hecho de permitir que personas no relacionadas puedan donar y recibir un órgano.

El escándalo de Costa Rica

“En Costa Rica, en el 2008 modificaron su ley de trasplantes para permitir donantes vivos no relacionados, y por eso están enfrentando la vergüenza de la descomposición del gremio médico, el jefe de Nefrología del Hospital Calderón Guardia está preso, una mujer policía era su cómplice.

“Antes de 2008, los médicos ticos de la Caja Costarricense de Seguridad Social estaban enfrascados en la medicina social y apoyaron en capacitación a los cirujanos pediatras del Hospital La Mascota, que son los que más trasplantes han hecho en Nicaragua.

“Según el Dr. Clive Montalberth Smith, nefrólogo, él advirtió a tiempo al Ministerio de Salud de Costa Rica que no dejaran ese portillo, que no permitieran los donantes no relacionados, los diputados costarricenses están preparando otra reforma a la Ley de Trasplantes y tiene que ser para volver al estado anterior, al donante relacionado”, señala.

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