Colombia: fin del “cuento chino”
* Canciller Holguín descalifica oficialmente afirmación de ex funcionarios de que fallo de La Haya fue una conspiración de jueza asiática de la Corte Internacional de Justicia
De un plumazo, la canciller de Colombia, María Ángela Holguín borró la teoría del “cuento chino” de su ex homóloga Noemí Sanín y otro funcionario, en torno a que el fallo de la Corte Internacional de Justicia, con sede en La Haya, se dio debido a la influencia de la juez de China Xue Hanqin
Sanín dijo –y hasta hizo un libro-, que Hanqin se había coludido con Nicaragua a fin de favorecer la construcción en nuestro país de un canal interoceánico que correría a cargo de capital de China continental.
El gobierno de Colombia tardó bastante en desmentir el infundio debido a que ante la falta de argumentos legales para revertir el fallo de la CIJ, llegó a coquetear con la descabellada teoría que encontró algún eco en los sectores más radicales del nacionalismo colombiano.
Holguín dijo el lunes que el canal de Nicaragua no tiene que ver con el fallo de La Haya, algo que su gobierno debió dejar claro desde un inicio, y que lo hace hasta ahora debido a que no ha renunciado al reclamo ante la Corte Internacional de Justicia y sabe que el malestar que la absurda acusación causó en la CIJ, es hondo.
La canciller afirmó durante la rendición de cuentas del último semestre de la cartera que preside, que “Nicaragua está con esa intención hace muchos años. No tiene absolutamente nada que ver con el fallo, pero obviamente todo lo que está pasando causa un ruido adicional”.
Agregó que con nuestro país, a pesar de no tener la mejor relación, hay un diálogo respetuoso en los escenarios internacionales.
Como se aprecia, ha bajado la hostilidad verbal hacia Nicaragua y de paso hacia la Corte Internacional de Justicia, a la que los políticos de Colombia han declarado culpable de sus desgracias.
La ex canciller Sanín, una fracasada ex candidata a la Presidencia de su país bajo la bandera del grupo político Sí Colombia, formado por ella misma, intentó levantar su caído perfil con el “descubrimiento” sobre la presunta conspiración china que plasmó en un libro que finalmente terminó regalando en su versión electrónica y que difícilmente saldrá de alguna imprenta.
La Corte de La Haya, según alertaron reputados profesionales colombianos, estaba muy molesta por las afirmaciones hechas por Sanín y un ex viceministro de Justicia, en el sentido de que la juez Xue Hanqin “conocía los negocios de semejante tamaño que se estaban fraguando discretamente entre la China y Nicaragua”.
Ricardo Abello, experto en derecho internacional de la Universidad del Rosario, dijo hace un mes a El Espectador que “estamos quedando muy mal al ‘agredir’ a la Corte. Nadie entiende cómo gente en Colombia puede referirse en esos términos a los jueces del más alto tribunal internacional. La senadora Moreno Piraquive los ha tratado de corruptos. Eso es gravísimo y los tiene molestos”.
El colmo del ridículo, sin embargo, es que la jueza Hanqin, a la hora del fallo realizó una reserva de voto en la que “en un 90% da la razón a Colombia”.
Lo que dijo la jueza china fue: “Mi primera reserva se refiere a la metodología… debe ser capaz de asegurar, con respecto a la configuración de la zona geográfica y otras circunstancias pertinentes, un resultado equitativo”.
Y agrega: “Sería mucho mejor para el mantenimiento de la estabilidad regional y el orden público si el tribunal señalara la dirección de la frontera entre las partes en esta área, dejando el espacio suficiente para que los estados interesados trazaran, en primer lugar, sus respectivos límites y luego reajustaran sus relaciones marítimas. Lamento que la Corte no haya tomado ese camino”.