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Colombia exporta primer modelo andrógino

* “Juega mucho con su cabello cuando habla y aunque insiste en que no se maquilla, tiene las cejas bien perfiladas y unas pestañas largas y crespas que parecen muy arregladas”

Ricardo se acostumbró a que desde muy niño le dijeran que tenía «carita finita y ojitos de niña», pero nunca pensó en parecerse a una mujer. Hoy, a los 20 años y con una carrera de modelo por delante, tampoco se esfuerza en parecerlo, le sale muy natural. Ya lo llaman el primer modelo andrógino de Latinoamérica y acaba de firmar un contrato con una de las principales agencias de modelaje en Europa.

Su historia parece similar a la del bosnio Andrej Pejic, descubierto por un fotógrafo en un McDonald’s en Australia o la de ucraniano Stav Strashko, fichado por un estilista en las calles de Tel Aviv. A Ricardo Domínguez lo vieron en el parque del Poblado, en Medellín, lugar frecuentado por modelos, artistas y fotógrafos. Tenía 15 años y muchas inquietudes por el arte. Iba a una academia de teatro, aprendía piano y música, cuando le llegaron las primeras propuestas para modelar.

En sus primeros desfiles en las universidades o haciendo promoción de marcas por internet le empezaron a insinuar que tenía rasgos femeninos muy marcados y alguien le mencionó los modelos andróginos. «Empecé a buscar por internet y descubrí que había hombres que parecían mujeres pero no se me ocurrió hacerlo», dice mientras se acomoda una larga y cuidada cabellera, digna de la envidia de cualquier mujer.

Juega mucho con su cabello cuando habla y aunque insiste en que no se maquilla, tiene las cejas bien perfiladas y unas pestañas largas y crespas que parecen muy arregladas. Regularmente viste de jean, botas y camisa o camiseta larga por fuera del pantalón. Realmente confunde. Su mandíbula angulosa y las manos huesudas, -aparte de su voz- son los rasgos más masculinos que tiene. Lo demás es ambiguo.

Fue esa ambigüedad la que hizo que se destacara en las pasarelas. Para bien o para mal, fue en Colombiamoda de 2011 que empezó a ser consciente de que su apariencia lograba confundir. Al finalizar un desfile de Alados, una periodista de una televisión local se les acercó a él y a otro modelo y le preguntó a su compañero qué se sentía ser el único hombre de esa pasarela. Ricardo lo tomó con gracia y solo se rió. De ahí en adelante sus amigos y familiares no dejaron de tocar el tema. A él le quedó la duda.

Y la despejó luego de que Patricia Mejía, una firma de zapatos, le propusiera explorar esa faceta y sacarle provecho a su ambigüedad en una campaña publicitaria. Desde ese momento, las redes sociales y los blogs de moda no han dejado de hablar del modelo andrógino colombiano, le escriben, lo felicitan, y cada vez que cuelga una foto o un video de sus trabajos, se desbordan los «like».

Por eso se animó a probar suerte en Bogotá hace siete meses. Y la tuvo, porque a la semana siguiente de aterrizar en la capital la agencia Contacto Básico lo llevó a abrir la pasarela del Círculo de la Moda con la marca New Cross.

«Todo ha sido maravilloso y he cumplido mis metas gracias a la aceptación de la gente», dice. Cuenta que al finalizar un desfile de la marca Juan, también en Bogotá, empezó a ver su nombre en twitter y al día siguiente medios internacionales también empezaron a reseñar la aparición del «primer modelo andrógino latinoamericano».

Le gusta que lo reconozcan por su trabajo y se ríe porque lo confunden en los baños o en los eventos sociales, pero tiene claro que su meta es ser un top model. Está convencido que es más que un modelo andrógino, porque para lograrlo no basta con usar tacones y maquillaje: «No importa si es chico o chica, lo importante es lograr la belleza, el equilibrio».

Y todo parece indicar que Ricardo lo tiene. En menos de dos años ha logrado lo que muchos no han alcanzado en toda su carrera. Acaba de firmar contrato con una de las principales agencias de modelos de Europa y su primera escala será París. Sueña con seguir estudiando teatro, porque es consciente que esa formación le será útil en el futuro. Pero la principal meta es seguir rompiendo paradigmas, como lo ha hecho hasta ahora.

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