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Apenas unos cuarenta judíos viven en Nicaragua

Cementerio judío en predios del Cementerio General de Managua.

* Es una de las comunidades más pequeñas en América Latina, pese a que su representante señala que no existe antisemitismo ni oficial ni público en el país

Dentro de todas las comunidades judías de Latinoamérica, una de las más pequeñas es la de Nicaragua, que posee una sola Institución, la Congregación Israelita, y está conformada por aproximadamente 40 miembros reunidos en 15 familias, según la publicación Itongadol.

“Las únicas actividades sociales que tenemos son las clases de judaísmo y las fiestas religiosas. La comunidad cuenta con 15 niños y todos van a colegios laicos”, explicó a la Agencia Judía de Noticias (AJN), el presidente de la entidad, Kurt Preiss.

Las celebraciones de Rosh Hashaná (año nuevo) y Iom Kipur (día del perdón) en Nicaragua son humildes y quedan circunscriptas sólo al hogar. Preiss afirmó: “Las festividades se celebran generalmente en nuestra casa, allí tenemos un Sefer Torá. A veces tenemos minyam, no tenemos rezos en Shabbat, pero nos reunimos los domingos a las clases de judaísmo como primer paso a conversiones”.

“Celebramos Sucot en nuestra casa, no hicimos una Sucá (cabaña) pública. No tenemos templos, pero igualmente nuestra kehilá tiene tendencia a ser ortodoxa”, informó el presidente de la Congregación Israelita.

No cuentan con templos, escuelas o clubes, pero en esta pequeña comunidad tienen un lugar en donde enterrar a sus seres queridos: “Hay un cementerio histórico en la ciudad de Granada, pero no se usa porque una familia asimilada lo considera de su propiedad. El cementerio de la Congregación está en Managua y los entierros son totalmente según la Halajá (ley judía), ese cementerio no está asimilado. En el de Granada hay unos 13 judíos y en el de Managua unos 40. La mayoría de ellos son Ashkenazies provenientes básicamente de Rumania, Polonia y Rusia”.

A pesar de las carencias que poseen, no se detienen en la lucha para construir una comunidad mejor: “Hace poco hicimos la colocación de la primera piedra de lo que soñamos será nuestro centro comunitario religioso, que incluirá una pequeña sinagoga (de 90 metros cuadrados), un área social y educativa chica y una mikve (espacio para baños de purificación)”.

Al mismo tiempo, al ser tan pequeña, la kehilá nicaragüense no presenta casos de discriminación hacia el judío. “En Nicaragua no hay antisemitismo oficial ni público, y si hubiese sería en una forma muy particular y no expresada”.

Por otro lado, en cuanto a los aspectos políticos, si bien Preiss afirmó que “la relación con el Gobierno es excelente y la relación comunitaria con el resto de la sociedad es a nivel personal, por medio de reuniones sociales, gremiales y profesionales, al igual que en el diálogo interreligioso”, consultado sobre la penetración iraní en el continente, resaltó: “Nosotros como comunidad exclusivamente religiosa nos mantenemos al margen de opiniones políticas».

Apenas unos cuarenta judíos viven en Nicaragua

* Es una de las comunidades más pequeñas en América Latina, pese a que su representante señala que no existe antisemitismo ni oficial ni público en el país

Dentro de todas las comunidades judías de Latinoamérica, una de las más pequeñas es la de Nicaragua, que posee una sola Institución, la Congregación Israelita, y está conformada por aproximadamente 40 miembros reunidos en 15 familias, según la publicación Itongadol.

“Las únicas actividades sociales que tenemos son las clases de judaísmo y las fiestas religiosas. La comunidad cuenta con 15 niños y todos van a colegios laicos”, explicó a la Agencia Judía de Noticias (AJN), el presidente de la entidad, Kurt Preiss.

Las celebraciones de Rosh Hashaná (año nuevo) y Iom Kipur (día del perdón) en Nicaragua son humildes y quedan circunscriptas sólo al hogar. Preiss afirmó: “Las festividades se celebran generalmente en nuestra casa, allí tenemos un Sefer Torá. A veces tenemos minyam, no tenemos rezos en Shabbat, pero nos reunimos los domingos a las clases de judaísmo como primer paso a conversiones”.

“Celebramos Sucot en nuestra casa, no hicimos una Sucá (cabaña) pública. No tenemos templos, pero igualmente nuestra kehilá tiene tendencia a ser ortodoxa”, informó el presidente de la Congregación Israelita.

No cuentan con templos, escuelas o clubes, pero en esta pequeña comunidad tienen un lugar en donde enterrar a sus seres queridos: “Hay un cementerio histórico en la ciudad de Granada, pero no se usa porque una familia asimilada lo considera de su propiedad. El cementerio de la Congregación está en Managua y los entierros son totalmente según la Halajá (ley judía), ese cementerio no está asimilado. En el de Granada hay unos 13 judíos y en el de Managua unos 40. La mayoría de ellos son Ashkenazies provenientes básicamente de Rumania, Polonia y Rusia”.

A pesar de las carencias que poseen, no se detienen en la lucha para construir una comunidad mejor: “Hace poco hicimos la colocación de la primera piedra de lo que soñamos será nuestro centro comunitario religioso, que incluirá una pequeña sinagoga (de 90 metros cuadrados), un área social y educativa chica y una mikve (espacio para baños de purificación)”.

Al mismo tiempo, al ser tan pequeña, la kehilá nicaragüense no presenta casos de discriminación hacia el judío. “En Nicaragua no hay antisemitismo oficial ni público, y si hubiese sería en una forma muy particular y no expresada”.

Por otro lado, en cuanto a los aspectos políticos, si bien Preiss afirmó que “la relación con el Gobierno es excelente y la relación comunitaria con el resto de la sociedad es a nivel personal, por medio de reuniones sociales, gremiales y profesionales, al igual que en el diálogo interreligioso”, consultado sobre la penetración iraní en el continente, resaltó: “Nosotros como comunidad exclusivamente religiosa nos mantenemos al margen de opiniones políticas».

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