Muere creador de “escuadrones de la muerte”
* General francés Paul Aussaresses, considerado el artífice del terror que sacudió a América Latina –incluyendo a Nicaragua- durante los años 70 y 80 del siglo pasado
El general francés Paul Aussaresses, que defendió claramente el recurso a la tortura durante la guerra de Argelia y fue acusado de entrenar a oficiales latinoamericanos para asesinar a opositores a gobiernos de derecha, falleció el martes a los 95 años.
Aussaresses fue el inspirador de la “Operación Cóndor” que unió a varios países sudamericanos en «el seguimiento, vigilancia, detención, interrogatorios con tortura, traslados entre países y desaparición o muerte de personas consideradas por dichos regímenes como ‘subversivas del orden instaurado o contrarias al pensamiento político o ideológico opuesto, o no compatible con las dictaduras militares de la región'», como fue definido en su momento.
En cuanto al plan Cóndor propiamente dicho, los torturadores argentinos, lo fueron desplazando progresivamente hacia el Norte y Centroamérica, nuevo lugar de confrontación entre las fuerzas armadas y los opositores. Enviaron varias misiones a Centroamérica con el objeto de ayudar a la represión y comenzaron a organizar períodos de prácticas de lucha contra la subversión a partir de la primavera y el otoño 1979 en Buenos Aires con el fin de formar a todos los que no están aún a escala continental, en particular, los de Centroamérica.
Un documental difundido hace varios años señala que “la caída de la dictadura somocista en julio de 1979 fomentó obviamente en latinoamericanos la adopción de normas comunes en la lucha anti subversiva y en particular, gracias a los argentinos y a sus teóricas bases francesas.
“Formalmente, el Cóndor desaparece en las selvas de Centroamérica cuando los Estados Unidos asumen por cuenta propia la lucha contra la Nicaragua sandinista. Más aún, el final de la guerra fría y la suma de sus excesos les asestan un golpe fatal.
“El balance general de la represión solo para el Cono Sur en el período en que las Juntas imaginaron la Operación Cóndor es de alrededor 50.000 asesinados, 35.000 desaparecidos y 400.000 presos. Sólo la Cóndor propiamente dicha representa sin duda varias decenas o varias cientos de víctimas elegidas como objetivo”.
lvira Aussaresses, la esposa de este chacal, precisó a la AFP que su marido falleció en un establecimiento de convalecencia al que había ingresado después de una hospitalización.
Aussaresses fue condenado en Francia en 2004 por apología de la tortura, tras haber defendido en un libro su uso durante la guerra de Argelia (1954-1962).
El oficial había enseñado en los años 60 en el campamento de los Boinas Verdes de Fort Braggs (Carolina del Norte) “las técnicas de la batalla de Argel” relativas especialmente a la tortura.
En 1973 fue nombrado agregado militar de Francia en Brasil, entonces bajo la dictadura militar.
Posteriormente fue acusado por el general chileno Manuel Contreras, fundador de la Dina, la policía secreta del régimen de Augusto Pinochet, de haber entrenado en esa época en Brasil a oficiales chilenos y de otros países latinoamericanos. Las declaraciones de Contreras figuran en el documental de la cineasta francesa Marie-Monique Robin “Escuadrones de la muerte, la escuela francesa”.
Los funerales de Aussaresses serán celebrados el 10 de diciembre en La Vancelle, pueblo del este de Francia en el que vivía, según la asociación.
El general Aussaresses, que dirigió los servicios de inteligencia franceses en Argel durante la guerra de Argelia, fue condenado por apología de la tortura al cabo de un proceso que hizo correr ríos de tinta en Francia.
En 2001, el oficial admitió en su libro “Service spéciaux, Algérie 1955-1957″ (Servicios especiales, Argelia 1955-1957) que había practicado la tortura, afirmando que la misma era “tolerada, cuando no recomendada” por los políticos.
“Tortura legítima”
Sostuvo que la tortura “se torna legítima cuando la urgencia se impone”.
“Era raro que los presos interrogados por la noche siguieran estando vivos al alba. Hablaran o no, eran neutralizados en general”, agregó.
Sus confesiones, acompañadas de una entrevista, desataron una tempestad política en Francia, donde el entonces presidente Jacques Chirac, que fue teniente en Argelia, se declaró “horrorizado” por tales declaraciones públicas.
Nacido el 7 de noviembre de 1918 en Saint Paul Cap de Joux (suroeste de Francia), Paul Aussaresses se enroló voluntariamente en 1941 en los servicios secretos franceses. Posteriormente participó en la creación del brazo de los servicios de inteligencia exterior. En tanto que jefe de batallón de paracaidistas, sirvió después en las fuerzas francesas en Indochina.
En 1957, el general Jacques Massu, comandante de la 11ª división de paracaidistas, le encomendó el restablecimiento del orden en Argel. Allí dirigió lo que él mismo llamó “un escuadrón de la muerte”, encargado de realizar detenciones nocturnas, seguidas de torturas y de la eliminación de determinados detenidos.
Enseñó después en la escuela norteamericana de Fort Braggs, antes de asumir en 1966 el comando del Primer Regimiento de Cazadores Paracaidistas.
“¿Si me ha planteado problemas la tortura? Yo digo que no. Me habitué a todo eso”, afirmó el general a principios de los años 2000.
Paul Aussaresses sostuvo siempre que sus actos fueron cometidos con el aval de su jerarquía y de las autoridades políticas.
La publicación de su libro y el reconocimiento de la utilización de la tortura por el ejército francés contribuyó a modificar la percepción en Francia de la guerra de independencia de Argelia, conflicto que las autoridades francesas siguieron llamando “los acontecimientos de Argelia” hasta 1999, fecha en la que los diputados reconocieron que hubo una “guerra”.