Brutal despale en Latinoamérica
* Brasil, Argentina, Paraguay, Bolivia, Colombia, Perú, Venezuela, Chile y Ecuador perdieron 545.624 km2. Si se agregan México, Guatemala, Nicaragua y Honduras, la cifra arriba a 591.454 km2
Entre 2000 y 2012 el planeta perdió 2,3 millones de km2 de bosques —una superficie similar a la de Argentina— mientras la ganancia de áreas forestales en el mismo período fue de solamente 800.000 km2.
Así lo constató un proyecto de monitoreo forestal global publicado recientemente en la revista Science, por investigadores de la Universidad de Maryland, Estados Unidos, en colaboración con Google.
El proyecto resultó en un mapa de las modificaciones en las áreas forestales durante este siglo, que puede ser una trascendente herramienta para medir la deforestación y recuperación de los bosques del planeta.
“El mapa es un estímulo para mejorar la capacidad de los países para fabricar sus propios mapas, compartir los resultados y mejorarlos a medida que avanzan”, dijo Matthew Hansen, de la Universidad de Maryland y autor principal del estudio.
Tras analizar más de 650.000 imágenes satelitales, los investigadores determinaron que las mayores pérdidas y recuperación de áreas forestales se registraron en los trópicos, en comparación con las zonas subtropical, temperada y boreal.
Donde fueron las grandes pérdidas
Los bosques tropicales de Latinoamérica fueron los que más perdieron áreas forestales, debido a la deforestación en la región del Chaco.
En total Brasil, Argentina, Paraguay, Bolivia, Colombia, Perú, Venezuela, Chile y Ecuador perdieron 545.624 km2. Si se agregan México, Guatemala, Nicaragua y Honduras, la cifra arriba a 591.454 km2.
Además, Brasil presentó la mayor disminución anual de pérdida forestal entre los países evaluados, cayendo de 40.000 km2 por año entre 2003 y 2004 a 20.000 km2 entre 2010 y 2011.
Aunque la pérdida forestal bruta del país es todavía la segunda más alta del planeta, los autores subrayan la intervención política brasileña como un ejemplo de cómo la valoración de los bosques puede revertir décadas de amplia deforestación.
Para Hansen, ayudó el hecho de que el país utilizara datos satelitales para monitorear la deforestación. “Brasil produce datos oportunos cada año, los cuales son compartidos en forma de mapas espacialmente explícitos”, reseña. “El principio de los datos abiertos es un modelo a seguir para otros países”.
Para Marco Nalon, investigador del Instituto Forestal de São Paulo, Brasil, el mapa presenta una resolución audaz para la escala mundial. Pero reseña que si el objetivo fue mapear los bosques nativos remanentes y su dinámica, por lo menos en São Paulo, no ha sido eficaz.
“Casi todo lo que fue indicado como alteración de la cobertura vegetal coincide con áreas de plantación de especies exóticas, que están siempre siendo cortadas y replantadas”, dice a SciDev.Net. “Si ese aspecto del monitoreo se repitió en otras áreas del planeta, la eficacia del mapa puede haber sido perjudicada”.
Para Claudio Schneider, gerente técnico de Conservación Internacional, Perú, ninguna herramienta global de monitoreo es totalmente fiable, y su precisión variará para cada sitio en particular, dada la variedad de factores geográficos y condiciones atmosféricas.
Sin embargo, “esta herramienta proporciona un nivel sin precedentes de la consistencia global, ya que utiliza cada pixel libre de satélite disponible en el archivo del Landsat”, aclaró.