Cytotec, el secreto de las niñas
* Al igual que el Misoprostol, es un nombre que anda en boca de muchas adolescentes de Nicaragua, y que paradójicamente los padres conocen hasta que sus tiernas muchachitas acaban con graves sangrados en el hospital
El Cronista Digital | Redacción
Las dos chavalas, una de 15 y la otra de 16, charlaban desde camas contiguas en un hospital capitalino. La extrema palidez de sus rostros y el sufrimiento de los últimos días no lograron borrar sus rasgos infantiles, solo que el tema que trataban no tenía nada que ver con su recién dejada infancia. O no debería tenerlo.
Alexa y Camila hablaban de los abortos que habían tenido y de los métodos que amigos, familiares e incluso personal de salud, habían utilizado para ayudarlas a deshacerse del hijo indeseado en un país donde dicha práctica se castiga con la cárcel.
Ambas adolescentes son de Managua y llegaron al hospital presentando severos sangrados debido al uso de unas pastillas que se venden en muchas farmacias de Managua y de forma abundante en varios sitios de internet.
Aparte de ser dos números más en las estadísticas de uno de los países con mayores embarazos adolescentes, Alexa y Camila se sumaron también a la lista de consumidoras del Cytotec/Misoprostol, el principal abortivo que utilizan adolescentes y mujeres jóvenes en Nicaragua.
A la mamá de Camila el trabajador de la Salud que le recomendó el Misoprostol para terminar lo que la chavala había iniciado por cuenta propia, pero sin usar la dosis adecuada, le prohibió repetir el nombre de la pastilla cuyo precio es exorbitante para la mayoría de bolsillos en nuestro país.
“Está bien pegado el chavalo, ya van diez dosis de esa ‘cosa’ y nada”, dijo la señora, ateniéndose fielmente a la recomendación del facultativo. Le preocupaba la salud de su hija, pero también el costo de las pastillas que se veía obligada a adquirir.
“¿No hay problemas con las autoridades?”, le consultó una visitante a la enfermera que escuchaba la plática con la mamá de Camila. La mujer de blanco hizo un gesto con la boca y dijo que son tantos los casos que la Policía ya no parece estar tan interesada, y en el hospital lo que les importa es salvar la vida a las muchachas.
Tampoco parece despertar interés la venta descontrolada del abortivo en las redes sociales, lo que pone en alto riesgo la existencia de las chavalas.
Uno de los sitios en internet lo ofrece en Nicaragua como “el método más rápido y seguro para terminar esos embarazos no deseados, lo puedes llevar a cabo en la comodidad de tu hogar, millones de mujeres alrededor del mundo la han utilizado efectivamente”.
Y a continuación ponen los precios: 1 dosis, 4 pastillas: 50 dólares; 2 dosis, 8 pastillas: 80 dólares. Hacen entrega a domicilio en no más de 48 horas. Los pedidos que hacen en Internet son numerosos y la mayoría lleva etiqueta de urgencia.
También se oferta el Misoprostol en córdobas, casi en equivalencia al valor en dólares. Si es fuera de Managua, el costo sube. Pero siempre se garantiza la entrega de “forma personal y confidencial”, y el pago se hace hasta tener el producto en las manos. “Me puedes escribir para darte mi número”, dice una vendedora.
Después se acuerda la cita, que se da de la manera más común. Dos chicas se encuentran en un centro comercial, un fast food o una tienda e intercambian dinero por pastillas. ¿Quién podrá interesarse en eso?
En Nicaragua el negocio tiene características de jugoso, ya que los vendedores ofrecen, aparte del genérico Misoprostol, el Cytotec fabricado por prestigiosas marcas internacionales, aunque eso no descarta que sean hábiles falsificaciones ya que el aborto adolescente tiene alcance mundial, lo que lo hace rentable.
Una pista sobre el potencial fraude la deja en su correo una vendedora que se identifica como “Laura”: “tengo de venta pastillas Cytotec originales de laboratorios Pfizer, no te dejes engañar por vendedores que te aseguran son las originales, (…) mis pastillas vienen selladas en su blíster con nombre impreso y fecha de vencimiento…”.
¿Y las causas para verse envuelto en este negocio con demasiadas trazas de mercado negro? Son variadas. Desde la inexperta cipota que da la “prueba” de amor al novio, hasta la razón que brinda alguien que se identifica como “venganza” en internet: “Quiero comprar la pastilla, ya que mi hermana fue violada al salir de una disco, ¿cómo hago para comprarla ya mismo…?”.
Claro que la principal es la prohibición del aborto en Nicaragua, incluido el terapéutico.
En la Navidad pasada hubo hasta descuentos en el precio de las pastillas. Y al igual que en el comercio formal de productos, otros otorgan facilidades de pago. Así las cosas, ¿no sería más sano revisar las leyes que califican de “parricidas” a las chavalas que abortan y que tildan a la vez de criminales a quienes les ayudan?