Red del “Chapo” incluía a Nicaragua
* En años anteriores se llegó a decir que estaba oculto en nuestro país
Héctor Silva Ávalos (*)
Joaquín Loera Guzmán, “El Chapo”, extendió su sombra sobre Centroamérica en forma regular al menos desde 2002, según los informes, mediante alianzas con grupos locales de narcotráfico en Honduras, Guatemala, Nicaragua, Costa Rica y El Salvador. Al menos seis informes de inteligencia de las policías salvadoreña, costarricense y hondureña, elaborados entre 2002 y 2011, dan cuenta del paso del “Chapo” y su droga por el istmo.
Un reporte de inteligencia que compartieron las Policías salvadoreña y hondureña en 2011, indica que el 23 de noviembre de ese año tres narcotraficantes salvadoreños de la banda Los Perrones, viajaron a un pueblo del Atlántico hondureño conocido como La Brea a bordo de tres todoterrenos; ahí tenían programado reunirse con “el Chapo” entre el 24 y el 27 de noviembre.
En septiembre de 2012, la ONU identificó a Los Perrones como una de las bandas de narcotráfico en Centroamérica con vínculos directos con “El Chapo” y su cartel de Sinaloa.
El primer informe escrito de la Policía salvadoreña en que se menciona a Sinaloa es de 2002. Elaborado en el Centro de Inteligencia Conjunta Antinarcóticos, el memo, del que este periódico tiene una copia, da cuenta de la existencia de una organización de narcotraficantes salvadoreños “arraigada desde el norte de Nueva York y Nueva Jersey hasta Guatemala y El Salvador”.
Uno de los proveedores de cocaína de ese grupo es, según el documento, “El Chapo”. La información, según el oficial salvadoreño que firma el memo, está basada en información proporcionada a la PNC por la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, en inglés).
Un exagente del Grupo Especial Antinarcotráfico (GEAN) de la PNC salvadoreña corroboró, durante una entrevista realizada en abril del año pasado, el contenido del informe de 2002 y que la estructura a la que se refería el memo era la primera versión de la banda salvadoreña que luego se conoció como Los Perrones de Oriente.
“Había un informe de inteligencia de que una persona, enviada del cartel, vino primero a San Salvador y tuvo luego una reunión en Sonsonate, de ahí salió (la instrucción) y acordaron que gente local quedaría aquí en el país encargada de buscar… para operar una estructura”, había escrito el mismo agente en 2009 en el marco de las investigaciones realizadas en torno a Los Perrones.
Dice el exagente que la gente del “Chapo” encontró en oriente el lugar idóneo para operar porque “ya existían estructuras de contrabando… lo único que tenían que hacer era proveerles droga para que ellos (Los Perrones) siguieran con su organización normal, respetando sus jerarquías, respetando a los que le iban a entregar la droga”.
Reynerio Flores Lazo, uno de los miembros de esa banda, movió al menos 2.4 toneladas de cocaína entre Costa Rica y Guatemala entre 2004 y 2009, según expedientes judiciales. Otro narco, Juan María Medrano, también del oriente salvadoreño, estableció una estructura de encomenderos que colocaba la droga directamente en las calles de Nueva York, Nueva Jersey y Maryland.
Los cargamentos viajaban vía aérea del Aeropuerto Internacional El Salvador gracias a contactos de Medrano en la División Antinarcotráfico (DAN) de la PNC. Oficiales antinarcóticos de El Salvador y Costa Rica confirman que buena parte de esa droga pertenecía al cartel de Sinaloa.
Flores y Medrano están ahora en prisión, pero, según otro informe de la inteligencia policial salvadoreña, este de 2011, otros narcos menores se repartieron rutas y contactos en el oriente. Desde 2011, la banda retomó su centro neurálgico de operaciones en Pasaquina, en La Unión. Uno de sus nuevos líderes, dice uno de los informes, ha viajado por tierra desde esa ciudad hacia Honduras y Nicaragua para reunirse con “el Chapo” Guzmán o sus agentes.
El 11 de septiembre de 2011, Costa Rica decomisó 140 kilos de cocaína en Peñas Blancas, frontera con Nicaragua. La sospecha es que la droga es de Los Perrones y sus socios, al igual que otros 290 kilos decomisados el 25 de marzo en la misma frontera. De nuevo, buena parte de la droga, según los agentes, es de Sinaloa.
(*) El autor es investigador asociado del Centro de Estudios Latinoamericanos de American University en Washington, D. C.
La Prensa Gráfica.