Sedentarismo tiene que ver con epidemia de obesidad
Un nuevo estudio liderado por investigadores estadounidenses, concluyó que la disminución de la actividad física ocupacional durante los últimos 50 años ha sido un factor relevante en la epidemia de obesidad que afecta a hombres y mujeres en dicho país.
Los investigadores compararon las tendencias en actividades físicas laborales durante las últimas cinco décadas con los cambios en el peso corporal promedio de las personas en Estados Unidos.
A partir de los años 60, ha habido un decrecimiento progresivo en el porcentaje de individuos empleados en ocupaciones agrícolas o de producción de bienes, mientras que se incrementó el número de personas en ocupaciones de servicio. Esto ha traído como consecuencia la sustitución de labores que requieren actividad física de intensidad moderada, por trabajos sedentarios.
La investigación se titula “Tendencias durante cinco décadas en actividad física relacionada con la ocupación en los Estados Unidos y sus relaciones con la obesidad” (Trends over 5 Decades in U.S. Occupation-Related Physical Activity and Their Associations with Obesity), y fue publicado el 25 de mayo del presente año por la Biblioteca pública de Ciencias (PLoS) en su revista colaborativa de ciencias y medicina, PLoS ONE.
Sedentarismo progresivo
A inicios de la década de los 60, aproximadamente la mitad de la fuerza laboral en la industria privada en los Estados Unidos requería, como mínimo, actividad física de intensidad moderada, mientras que ese número hoy en día no sobrepasa el 20% de la población.
Por esta razón, la investigación estima que el consumo energético relacionado con el trabajo ha caído en más de 100 calorías diarias en hombres y mujeres. Específicamente, en ese periodo se dio una caída en gasto energético ocupacional diario de 140 calorías en el caso de los hombres, y 124 calorías entre las mujeres. Esta reducción en gasto de energía representa gran parte del incremento observado en el peso de la población estadounidense durante el mismo periodo.
Metodología
En el estudio, los autores decidieron enfocarse en actividad ocupacional debido a que representa el segmento más amplio del total de horas que los adultos se mantienen despiertos. Durante los últimos 40 años, la fuerza laboral también ha cambiado drásticamente debido a la incorporación de las mujeres en el empleo remunerado.
Los datos de obesidad en adultos en EE.UU. se tomaron de encuestas de los Institutos Nacionales de Salud y Nutrición (NHANES) realizadas en las décadas bajo estudio. Los resultados de los sondeos analizaron el peso de los adultos entre los 40 y 50 años de edad, en ambos géneros. Se escogió este grupo etario debido a que tienen el porcentaje empleado más alto entre hombres y mujeres.
La información sobre del empleo se extrajo del Departamento de Estadísticas Laborales de Estados Unidos, entre 1960 y 2008. Las ocupaciones se separaron entre aquellas que producen bienes y las que proveen servicios, cada una con sus divisiones. Por otra parte, las industrias se clasificaron de acuerdo con la intensidad de la actividad física: sedentaria, liviana y moderada.
Actividad física necesaria
¡Revierta la tendencia!
Con trabajos cada vez más sedentarios y dificultad para separar tiempo para ejercitarse, es posible mantenerse activo en la oficina durante la jornada laboral.
1.- Camine o vaya en bicicleta a su trabajo. Si va en bus o tren, bájese unas cuantas paradas o estaciones antes y camine el resto del trayecto.
2.- Póngase de pie. Quemará más calorías de pie que sentado. Levántese de la silla cuando esté hablando por teléfono. Incluya actividades que le permitan estar de pie.
3.- En las horas de café o descansos (break), realice una breve caminata o estire.
4.- Tome las escaleras en vez del ascensor.
5.- Coordine reuniones o sesiones de creatividad caminando alrededor de la oficina o en las afueras.
6.- Realice sesiones de estiramiento o ejercicio aeróbico de 1 minuto (caminar ligero, correr o marchar en el mismo lugar).
Tomando en cuenta que es poco probable regresar a ocupaciones que requieran actividad física, aunque sea moderada, la información del estudio es evidencia adicional sobre la importancia para la salud pública de promover estilos de vida activos y saludables, dentro y fuera del horario laboral.
En 2008, las Guías de Actividad Física de los Estados Unidos recomendaban 150 minutos semanales de actividad física, de intensidad moderada, o 75 minutos de intensidad alta, lo que ayudaría a compensar la disminución en las actividades físicas en el trabajo. Sin embargo, solo 1 de cada 20 estadounidenses cumple estas guías.
La inactividad física constituye un factor de riesgo para contraer enfermedades crónicas, causantes de 1,9 millones de muertes cada año alrededor del mundo. Por lo tanto, mantener un balance entre la ingesta de comida y el gasto calórico, a través de la práctica constante de actividad física, permitirá alcanzar un estilo de vida activo y saludable.